Internado de Vampiros y Hombres Lobo [Libro #1]

Capítulo 26

Luna's Pov.

— No saben cuánto lo lamento chicos. — solloce.
— Shh, tranquila Luna. Ya te dijimos que no pasa nada, Destructor tuvo la culpa de todo. — Carlos me abrazó sobando mi espalda.
— Pero Bryan...
— Él está bien, no está enojado Luna. Sabe que no eras tú. — Carlos se separó de mi y en cambio Villalpando me abrazó imitando la acción de Carlos.

Fue todo un reto escapar de aquel lugar, la mujer jamás me dijo su nombre después de dejarme escapar, solo me guió hasta un gran teletransportador, intenté usar alguno de mis poderes pero ella misma me dijo que era inútil, no funcionarían. El hombre que resultó ser Destructor nos descubrió y ambas peleamos con él, siendo la señora la que salió más herida, en un rápido intento de escapar me metí en un tubo dentro del teletransportador con la mujer conmigo y apreté cualquier botón. Solo quería salir de ahí, por suerte aparecimos en el bosque, corrí con ella hasta acá y mi padre la llevo a la enfermería sin decirme quién era, pero, por su expresión podría deducir que la conocía, me topé con los chicos en las oficinas de administración del internado ideando un plan para salvarme, sin embargo al verlos preocupándose por mi después de todo lo que les había hecho empecé a llorar y ellos me vieron, así es como llegamos hasta este punto.

— También fue mi culpa — hipe —. Si yo no fuera tan ingenua todo estaría bien.
— Si, pero ve el lado positivo — Alonso se separó de mi y Kendall me miró —. Si no fuera por ti no nos hubieramos controlado en luna llena, si no fuera por ti esa mujer seguiría siendo una prisionera. — me sonrió.
— No lo se, aún me siento culpable.
— Si de algo te sirve, te perdono. — la voz de Bryan resonó en mis oídos, levanté la mirada con una sonrisa y lo miré sin ningún rasguño. Rápidamente corrí a abrazarlo.
— Lo lamento tanto, Bryan.
— No eras tú, Luna. — sonrió —. Te perdono.
— Gracias. — susurre pegándome más a él.
— Por cierto, encontré esto. — me tendió mi teléfono.
— Gracias. — respondí con duda ya que recordaba haberlo lanzado al suelo después de la llamada con mi madre adoptiva.
— Lo importante es que estás bien y con nosotros. — James tomó mi mano y besó mis nudillos.

Me sonrojé ligeramente.

— Gracias y de nuevo perdón, chicos — mi teléfono empezó a sonar y a vibrar. Alguien, me llamaba —. Discúlpenme un momento. — sonreí hacía los chicos y me aleje un poco de ellos al ver de quien era la llamada —: ¿Necesitas algo? — pregunté una vez que contesté.
— ¡Hermanitaaa! ¿Cómo estás? Mamá me dijo que te cambiaste de internado, ¿cómo te va? Carlos se mudó contigo, ¿verdad? Mamá me lo dijo. ¿Cómo van las cosas con James? ¿Ya son algo? Ese chico me cae bien, a Ian no tanto, pero, ¿qué importa lo qué él piense? Ya casi no hablamos, ¿qué me cuentas? — Tom, mi hermano, contesto por el otro lado de la línea hablando demasiado rápido, me sorprendió que pude entender lo que dijo.
— Hola Tom. — respondí cortante y herida recordando que ni él, ni Ian quisieron hablar conmigo la vez que hable con mi madre.
— ¿Qué ocurre, Luna? ¿Estás bien? Nunca me habías llamado por mi nombre, siempre me respondes con un apodo como mocoso o adoptado.
— Si bueno, las cosas cambian cuando descubres que la adoptada eres tú.

Silencio.

Dos latidos a través de la línea.

— ¿De qué hablas?
— No te hagas el inútil, Thomas. ¿Ian está ahí contigo? Escucho un segundo latido además del tuyo Thomas, ¿quién es? ¿Niall, Julia o Ian? Ahora quién me dirás qué no está o no quiere hablar. Se perfectamente que cuando hablé con Niall y Julia ustedes dos estaban ahí, me dijeron que no estaban. Creo que simplemente se cansaron de mi, ¿quién te pidió que llamaras Thomas? — mi voz se empezó a quebrar.
— Y-yo...
— Luna, soy yo.

Su voz, Dios, tenía tanto tiempo sin escuchar su voz. Lo extrañaba tanto, desde que él se fue a estudiar de intercambio nada fue igual, no volvimos a hablar, hasta ahora. Lo extrañaba tanto y volver a escuchar su voz me hizo olvidarme de todos mis problemas por unos segundos y recordé su sonrisa y todo lo que llegué a sentir por él cuando éramos mejores amigos.

— ¿Liam? — una lágrima resbaló por mi mejilla, rápidamente la limpie.
— Luna, lamento no haberme comunicado contigo antes, lamento todo lo que está pasando, creí que estarías en tu casa, no sabía que te habías ido a un internado. Yo le pedí a Tom que te llamara, no tenía las agallas para hacerlo yo mismo. — se formó un silencio por un momento —. Te extraño.

Iba a contestar, sin embargo la voz de Tom me interrumpió: — Yo también lo siento, Luna. Se a lo que te refieres, pero a pesar de todo eres mi hermana, Lunita, no importa lo que digan, después de todo eres un licántropo, eres parte de nuestra manada como familia. Siempre serás mi hermana.

Sonreí inconscientemente y las lágrimas empezaron a salir sin control: — Los extraño tanto, han pasado tantas cosas...

— Iremos a Washington, Luna. Te haremos compañía por un par de días, las siguientes semanas nos necesitarás.
— Wow, hola para ti también Ian. — se escucharon risas del otro lado de la línea —. Gracias, chicos. — suspiré e inhale el moco que se escurría por llorar en silencio.
— ¡Luna! — José gritó a mis espaldas, rápidamente me di la vuelta y me di cuenta que estaba sola, no me había dado cuenta en que momento se habían ido los chicos, José me vio en el teléfono y me hizo una seña para que fuera con él. Asentí rápidamente.

— Chicos, me tengo que ir. Nos veremos pronto, salúdenme a papá y mamá. Y Liam... también te extraño.

Colgué sin esperar respuesta.

Corrí hasta llegar con José y me preguntaba que era tan importante.

— ¿qué ocurre? — pregunté llegando hasta él.
— La mujer con la que llegaste, despertó y quiere hablar contigo.
— ¿conmigo?
— Mhm
— ¿por qué?
— Lo descubrirás, solo necesito que lo tomes con calma y no te alteres.

Llegamos a la puerta de la enfermería, era lo único que me separaba de aquella misteriosa mujer que me salvó, no solo una, si no dos veces.

Al fin sabría quién es.