Internado de Vampiros y Hombres Lobo [Libro #1]

Capítulo 34

Luna's Pov.

— Luna, por favor. Solo escúchanos. — pidió José intentando acercarse a mi. Me aleje.
— ¿cómo está eso que Niall y Julia también son mis padres? — lo miré.
— Es complicado. — dijo esta vez Niall.
— Solo aléjense de mi. No los quiero ver, a ninguno.

Di media vuelta y salí casi corriendo de la oficina de José. Las lágrimas salían sin cesar y quería estar sola. Creí que ya no ocultarían secretos. Que equivocada estaba.

Mi mellizo está vivo. Julia y Niall también son mis padres biológicos. El maldito solsticio se acerca y yo no puedo hacer nada.

A menos que... podría funcionar, ¿por qué no? Así nadie saldría herido.

(...)

Día del solsticio.

— Maldita sea, ¿han visto a Luna? — escuché a José decir a la afueras del internado; él, Sol, Niall, Julia, mis hermanos, tíos, mi manada, Liam y el clan de vampiros. Todos estaban ahí, solo faltaba yo.
— Te dijo claramente que no vendría. Te dije que cumpliría su palabra. — dijo esta vez Niall.
— Será mejor irnos, no sabemos qué nos espera.

Entonces, cuando Sol termino de hablar, cree un campo de fuerza al rededor del internado. Salte del árbol en donde me encontraba, mire a José. Este me veía extraño, intento dar un paso hacia mi fracasando en el intento y chocando contra el campo de fuerza. Lo intento de nuevo, volvió a chocar. Lo intento varias veces hasta que se hartó y me miró enojado.

— Luna, te ordeno que quites este campo de fuerza ahora, o si no, Julia lo hará y cuando lo haga te ira muy mal, jovencita.
— No lo creo, José. — sonreí —, veras, estoy harta de las mentiras, el como me ocultan cosas y se les ocurre decírmelas en los momentos más inoportunos. Estoy harta que me digas que hacer y cuando hacerlo, al igual que estoy harta que manipules mi vida, estoy harta que no confíes en mi y no me dejes tomar mis decisiones. Eso se acabó.
— ¿a qué te refieres? Luna, quita esto. Ahora. — volvió a ordenar.
— No. — sonreí —. La última vez que tuviste encerrados a las personas que iban a pelear en el solsticio, las rapte. Ellas no recordarán nada, las hipnoticé para que no lo hicieran. Lo lamento, enserio, pero no dejare que alguien muera el día de hoy por las acciones arrogantes de José y mucho menos por mi.
— Luna, por favor. Quita esto, hija. Podemos arreglarlo como personas normales. — anunció Julia.
— Es que eso es lo qué pasa, madre. No soy normal, desearía serlo, pero no lo soy. Tengo tus poderes así que no intentes quitar el campo de fuerza, también tengo los poderes de Zayn y de aquella pequeña hada que contrataron para ayudarnos. No se preocupen, está bien — mire a todos por última vez —, ahora si me disculpan tengo un solsticio al que ir. Arrivederci.

(...)

— Vaya, vaya, vaya. Miren lo que nos trajo el ratón. La elegida, ¿y tus guerreros? ¿Ya no los tienes? Por cierto, ¿cómo está Sol? Hay una persona en especial que la extraña.

(...)

— Luna, te presento a mi guerrera. Ella me representará como vampiro. Elizabeth, cariño. Ven, hay alguien que quiero presentarte.

(...)

— Supongo que tú vienes en representación a todos tus guerreros, ¿no? Que inútil, creo que sabes que no sobrevivirás a esto, tenlo claro.

(...)

— Yo tomare su lugar.
— José no...
— Tenias razón, Luna. Cuida mucho a tus hermanos y a Sol por mi.
— Papá no...
— Fue lindo escucharte decirlo, lastima que fue en estas condiciones.
— No te vayas.
— Lo lamento. Estarás bien, Niall y tus tíos se quedarán. Estarás bien.
— ¡Papá no!

(...)

El aire entró de golpe hasta mis pulmones, el impacto me obligo a tomar una gran bocanada de aire y hacer que más aire entrara. Me levanté de golpe observando en dónde estaba.

Había cerca de cinco doctores a mi alrededor mirando sorprendidos y aliviados, en mi brazo tenía una aguja inyectada donde suponía que era suero, en mi nariz había unos tubos y uno de los doctores parecía que me había dado electrochoques ya que tenía una banda extraña al rededor de mi cabeza y él sostenía dos cilindros al lado de mi craneo.

— Hablaré con ella. Díganle a sus familiares que despertó. — el doctor que sostenía los cilindros habló hacia los demás y en menos de lo que esperaba solo nos encontrábamos él y yo —. Vaya Luna, nos diste un gran susto.
— ¿Qué sucedió?
— Tu madre te trajo aquí al medio día, tenias heridas muy graves y convulsionabas. — explicó anotando algo en unas hojas que eran detenidas por una tabla con un broche —, creíamos que te perderíamos, te estaba dando un paro cardiaco pero era diferente, tu corazón estaba en perfecto estado pero actuabas y tenías síntomas de uno, por ello te dimos electrochoques. ¿Cómo te sientes?
— ¿Dónde estoy?
— Tranquila, se lo que eres. Yo también lo soy. Es un hospital especial para personas como tú.
— ¿alguien más llegó conmigo?
— Si — revisó sus hojas —, un joven chaparro, uno moreno, una señorita que me comentaron era su hermana y el novio de su hermana. — asentí intentando procesar todo.

— ¡Papá no!

Mi propia voz hizo eco en mis odios, tapé estos rápidamente intentando que el sonido se fuera.

Levanté la mirada, ¿en que momento se había ido el doctor?

La puerta de mi habitación se abrió dejándome ver a Niall, Julia y Sol. Sonreí, esperen, ¿en dónde estaba José?

— ¿cómo te sientes? — preguntó Julia.
— ¿en dónde está José?

Las miradas de los tres cambiaron y eso solo me asusto más.

— ¿en dónde está José? — repetí.
— Hija, él te salvo.
— ¿Qué?
— José se dio cuenta de que algo andaba mal cuando tú campo de fuerza se rompió y tú aún no habías vuelto, todos nos dirigimos al lugar acordado para el solsticio, entonces te vio en el suelo llena de sangre. Corrió hacia ti y te dio un poco de su poder, te recuperaste pero no te dejó seguir. Los guerreros de Destructor eran más fuertes. Alonso, Erik y Tom entraron a pelear por ti. Alonso y Erik no aguantaron. Destructor se iba a llevar a Sol en ese momento, pero, tu padre se sacrificó. En cambio nos dejó a Elizabeth y Austin. — explicó Niall.

— Te amo, Luna. Espero puedas perdonarme.

Una lagrima se deslizó por mi mejilla, todo ese tiempo había estado escuchando todo lo que Niall me había dicho sin la valentía de mirarlos a los ojos. Lentamente levanté la mirada y les permití verme destruída, porque sabía que había sido mi culpa, porque sabía que si no hubiera sido tan caprichosa y terca José probablemente aún seguiría conmigo, pero Sol ya no. Probablemente Alonso y Erik estarían sanos y no recuperándose en una camilla.

Probablemente todo estaría bien si yo jamás hubiera nacido.