Capítulo 57

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Luna's Pov.

La nieve se comenzaba a derretir bajo mi cuerpo cuando Niall me arrojo a esta en el centro de un círculo que todos mis amigos habían creado a mi al rededor.

— Niall... — susurró Luke al verme.
— No te entrometas. — ordenó y escuche sus pasos detrás de mi — Vamos elegida, levántate. — dijo volviendo a tomar mi brazo y levantarme bruscamente — Es una lastima que ya no seas alfa de tu manada, porque sino seguro ya les hubieras ordenado que te soltaran, ¿no? — entonces me volvió a lanzar sobre la nieve.

¡Papá! ¡Mírame! — gritó la pequeña niña mientras bajaba la colina llena de nieve mientras esquiaba.
— ¡No vayas tan rápido Luna! ¡Podrías caerte! — gritó José detrás de mi, rápidamente su cara fue reemplazada por la de Niall.
— Se hacer esto papá, puedo saltar por si lo olvidas. — grito de nuevo la pequeña Luna y salió de la patineta de un salto dando un giro en el aire y cayendo a la perfección sobre la nieve.
— Esa es mi niña. — felicitó José o ¿era Niall? No los distinguía.
— Mira allá Luna, por aquellos árboles enroscados esta la entrada a un bosque secreto, oculto. Lleno de criaturas preciosas que solo mamá te ha contado en los libros, pero no podemos ir allí ahora. En el invierno todo se vuelve siniestro. — explicó.
— ¿Algún día podré ir ahí papá? — pregunté mirando los árboles enroscados a lo lejos, junto a un lago y una pequeña pila de madera a su lado.
— Algún día, mi pequeña.
— ¿Olvidaré esto?
— No, mamá Julia solo lo cambiará un poco. — dijo José. Estaba segura que era él.
— No quiero olvidarte papá. — susurró la pequeña dándole un gran abrazo y por un momento sentí sus lágrimas en mis mejillas.
— No lo harás, pequeña. Solo recordarás a papá Niall en su lugar viendo a una familia de osos polares en vez de una entrada mágica. — dijo y de pronto ya no era más José, sino Niall y lo que era antes una entrada con árboles enroscados había desaparecido dejando a la familia de osos en su lugar.

Todo había cambiado.

¡Basta! — grité levantándome de golpe de la nieve, Niall me miró con una sonrisa — ¡No me puedes tratar así porque no tengo sentimientos, maldita sea! — grité jalando con toda mi fuerza las esposas entre mis manos hasta que se rompieron.
— ¿Sientes algo? — preguntó con una sonrisa cálida, ¿era bipolar acaso?
— Quiero matarte, maldita sea Niall. — dije con odio y todos a mi al rededor celebraron, ¿pero qué carajo?
— La mejor forma de regresarle los sentimientos a alguien es comenzando con el enojo. — dijo con una sonrisa.
— Hazme un favor y cállate. — dije harta y entonces recordé aquel recuerdo que había tenido al tocar la nieve y en cómo había cambiado, ¿Cuál era el real? Toda mi vida creí haber visto siempre a la familia de osos y ahora parecía ser que había un bosque encantado oculto por alguna parte.
— ¿sientes algo más? — preguntó Niall.
— No.
— Bien, José estará aquí pronto.
— Excelente así puede hacerse cargo de su manada. — dije rodando los ojos.
— Envidia, me gusta. — dijo Niall y eso solo logró irritarme más.
— Luna, por favor. — pidió Zabdiel.
— ¿Disculpa?
— Siempre fuiste nuestra alfa. — dijo esta vez Christopher. Negué.
— José lo es, no yo.
— ¿Entonces estos chicos son sus betas? — preguntó Luke dejándome ver a Calum y al otro chico que había convertido, totalmente diferentes a como los recordaba y sus aromas eran fascinantes.
— Un placer conocerte al fin, Luna. — dijo Calum acercándose a mi — Mi nombre es Calum y él es Ashton. — se presentó.

Sentí un hueco en mi pecho, era parecido a lo que había sentido cuando convertí a Luke. El sentimiento de protegerlos y cuidarlos. Sin embargo ese sentimiento se fue rápidamente volviéndose todo neutro.

— Luna... — susurró James preocupado.

Grité por un momento al sentir mis huesos romperse y volver a unirse en su forma licántropa. Los chicos comenzaron a retroceder, en especial Calum y Ashton que se les notaba asustados.

Mi lobo interior se sentía molesta, se negaba a creer que aquellos chicos fueran sus betas, que fueran sus creaciones. Y que aún muy dentro de mi sabía que si lo eran, mi loba no lo veía así.

Mi tamaño en ese momento se sentía el doble de lo que yo recordaba ser y sin alguna advertencia rugí hacía los nuevos betas.

ustedes no son mis betas.

Los rostros del resto de la manada expresaban preocupación total, mi lobo les rugía a Ashton y Calum lo mismo una y otra vez, mostrándoles mis colmillos y obligándolos a cohibirse en su lugar para mostrarles quien mandaba.

— ¡Basta Luna! — gritó Kendall — ¡Los puedes matar!

Tú eres quien terminará muerto si no te callas.

Entonces, Kendall se trasformó mirándome de frente.

¿Enserio quieres esto? ¿Una pelea con tu alfa?

No puedes simplemente hacer sentir mal a tus betas, si no los aceptas bajarán a comando de omegas y será casi imposible para ellos conseguir una manada.

¿Desesperado por conseguir el control?

Si eso implica que Ashton y Calum se queden como betas. Si.

Mi rugido hizo que las aves posadas en las copas de los árboles salieran volando, era mucho más grande que Kendall; pero él sabía hacer todo esto y yo no.

Al diablo, ¿me importará mucho si lo hiero? Poco probable.

— ¡ALTO! — gritaron a lo lejos impidiéndome abalanzarme contra Kendall.

Maldita sea, ¿tantas interrupciones?

Mi lobo gruñó y casi al instante sentí una corriente recorriendo mis patas hasta llegar a mi cuello y sentirlo subir hasta mis orejas, todo eso para después sentir una vez más la nieve contra mi piel.

Al parecer desmayar a Luna se ha convertido en una tradición.

Internado de Vampiros y Hombres Lobo [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora