Capítulo 63

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Maratón 1/3
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Luna's Pov.

Si me dieran una moneda por la cantidad de veces que he sido testaruda, sería millonaria.

El invierno en este pueblo mágico era extraño a lo que tenía en mente. Todas las criaturas que me he encontrado tienen colmillos y me han intentado atacar. No se en que parte del bosque este exactamente, pero mi lobo tenía hambre y estaba cansada.

— ¿Skylar? — preguntó una voz detrás de mi.

Mi lobo se giró gruñéndole a la persona que la había llamado, encontrándome con un pequeño dragón en color azul. Parecía una cría de dragón, ni siquiera un dragón joven, pero si un cachorro.

— Te quiero mostrar algo, ¿puedes acompañarme? — preguntó.

No. — respondió mi lobo.

— Es importante, por favor. — rogó.

La cría era pequeña, muy pequeña, ni siquiera sabía si era un dragón en realidad porque su tamaño podría ser el mismo que el de la palma de mi mano y tan solo su anatomía no parecía la correcta para alguien de su especie.

Dile a los fénix que se busquen a alguien más para ser su títere, me voy de aquí. — habló mi lobo telepáticamente hacía la criatura desconocida.

— ¿Quieres saber por qué todo es tan oscuro aquí? ¿Por qué todo cambia en invierno? — preguntó y de pronto la plática se había tornado verdaderamente interesante — Se que quieres saberlo, acompáñame y te lo mostraré.

La pequeña criatura comenzó a correr esperando que la persiguiera, era obvio que si lo hice. La curiosidad me carcomía por dentro y era una emoción que dudaba mucho que se fuera pronto. La criatura era escurridiza y veloz, era complicado seguirle el paso, pero después de unos segundos de correr detrás de ella, se detuvo frente a una gran montaña nevada.

— Es ahí. — dijo viéndola con suma atención.

¿Disculpa? — preguntó mi lobo confundida.

— En la copa de la montaña hay un redentor, que en algún momento sufrió por amor. Tres aves intentaron curarlo y al no ser posible una maldición desataron. — comenzó diciendo en rima y comenzaba a pensar que era una total broma u otro juego sucio de los fénix — El invierno se volvió gris y oscuro, y el corazón de un rey quedó marchitado. — la pequeña criatura se dio la vuelta desviando su atención y poniéndola sobre mi — Pero entonces llegaste tú, una reina sin corazón, y el redentor que una vez murió, misteriosamente revivió. Ahora esa es tu misión, darle al rey todo por lo que una vez sufrió.

Sigo sin entender. — comentó mi lobo y no podía estar más de acuerdo, no tenía sentido nada de lo que aquella criatura decía.

— Eres tú la que nos salvará de una muerte sin igual. Por eso estás aquí, para curar a un rey que su corazón marchitado está por ti. — dijo acercándose a mi — Es tu única salvación si quieres volver a donde todo comenzó.

Solo me confundes cada vez más y más, pequeño amigo.

— Te pareces a ella. — agregó.

¿A quién? — pregunté confundida.

— Nuestra reina. — susurró —. Mismos rasgos y carácter, eres tú correctamente.

¿Por qué tú no me has atacado como todos en este bosque? — preguntó confundida mi lobo.

— El hechizo es fuerte pero algunos nos mantenemos en línea, ven conmigo y te mostraré de lo que te has perdido.

Mi mente divagó entre aquello por unos segundos, era cierto que la pequeña criatura no me había atacado, pero confiar en ella era algo totalmente diferente y no estaba segura si debía confiar.

— No eres tonta, yo lo sé. Piénsalo y te buscaré.

¿Cómo sabes dónde estaré? — pregunté, esta criatura era interesante.

— Tú corazón tiene un brillo especial que todos pueden rastrear. Me llamo Celestia, grita mi nombre y apareceré junto a ti. — explicó —. Pero ten cuidado, no somos los únicos que quieren tu corazón y marchito o no, en un futuro podrías sufrir por amor.

No me hagas reír pequeña amiga. — resopló mi lobo una vez que había aceptado que la criatura era femenina — Jamás he sufrido por amor, es un sentimiento que ya no siento y lo agradezco.

Majestad, eso es incorrecto. Lo puedo ver. En su alma están las lagrimas de un joven desolado.

Alonso no está desolado, sus sentimientos simplemente son falsos. — respondió mi lobo.

— Está asustada, majestad. Alguien la traicionó en el pasado, entiendo que el dolor no se haya ido aún pero...

No sabes nada, Celestia — resopló mi lobo. — Te sugiero callar, si no quieres que tu garganta yo vaya a rasgar. — contestó imitando sus conversaciones en rimas.

— Lo lamento majestad, se que no tiene una buena racha en el amor pero el rey desolado, la hará cambiar de opinión. — dijo y comenzó a volar lejos de mi —. Recuerde mi nombre, Majestad. Hay tres aves que me tienen un odio sin igual. — entonces desapareció.

Estaba verdaderamente confundida, ¿Un rey sin corazón? Se suponía que los únicos que reinaban este lugar eran los fénix y Michael, ¿Por qué no me habían contado de aquel rey? ¿Y por qué demonios aquella criatura me llamaba Majestad? Todavía no mato a nadie para tener ese título.

Y su conversación tan extraña sobre mi vida amorosa había sido extraña, ¿Qué tenía que ver Alonso en todo esto? ¿O Christian? Eran personas las cuales me importaban poco y cuando terminé con Christian ni siquiera recuerdo que haya llorado por él, cosas de la vida; ¿Qué puedo decir?

Mi lobo siguió caminando sin rumbo fijo, pero una gran curiosidad albergando a ambas por saber lo que había en la cima de la montaña a la que la pequeña criatura me había traído. Así que sin dudar, mira a los lados para saber que nadie me veía y comencé a escalar la montaña saltando entre las piedras que había sobresaltadas para un mejor equilibrio.

Si tenía suerte no habría nada, sin embargo, también podría estar aquel rey desolado y quién sabe, podría ser mi ruina de igual forma.

Internado de Vampiros y Hombres Lobo [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora