Internado de Vampiros y Hombres Lobo [Libro #1]

Capítulo 6

Luna's Pov.

El sentimiento de sentirte vigilada es horrible; tienes que cuidar lo qué haces y dejas de hacer o puede ser peligroso. Sin embargo, no olvidemos el revoltijo de emociones; ira, frustración, nerviosismo, temor, impotencia.

Si, creo que esa palabra me describe totalmente en estos momentos, me siento impotente, por qué se que esa cosa que está ahora conmigo es más peligrosa que ello, por qué se que me puede hacer daño, por qué se que soy vulnerable ante esto. Al final, no fue buena idea venir al bosque.

—Luna... — mi nombre se escuchó desde las penumbras del bosque —. Sigue mi voz, Luna. — la voz no era aguda y no podía decir que me daba un sentimiento de conformismo, sin embargo, creo que fue la gravedad de su voz lo que me convenció para seguirla.

La extraña voz repetía una y otra vez mi nombre, tal vez para que fuera más fácil seguirla, sin embargo, entre más la seguía más me adentraba en el bosque y justo ahora estaba arrepintiéndome.
El olor era fuerte y se incrementaba conforme me adentraba, cada vez más y más. Olía a viejo.

— ¿Andrés? ¿Eres tú? — pregunté a la nada. Desde que empecé a seguir la voz, siento que me siguen —. Esto ya no es divertido.
— ¿Andrés? ¿Me confundes con el bastardo de tu amigo? — aquella voz dijo algo diferente a mi nombre para después soltarse a carcajadas.
— ¿entonces quién eres? Ya me canse de seguirte, tengo clase, llegaré tarde. — exprese con molestia. No podía estar faltando a mis clases, o si no, no podría presentar finales.
— Tranquila, Luna. Te iras pronto, no sin antes saber los secretos que tus amigos te han estado guardado por diecisiete largos años. — habló de pronto otra voz.
— ¿ahora son dos voces? Genial. — respondí sarcásticamente intentando ocultar lo temerosa e impotente que me sentía.
— En realidad, somos cinco. Pero, no tienes porque sentirte temerosa, Luna. Si tú lo supieras, podrías vencernos a todos con solo tu dedo meñique. — dijo una tercera voz.
— ¿pero que carajos? ¿Cinco? ¿Cómo supiste lo que estaba pensando?— pregunté más que asustada, ¿a qué se refería con qué podía vencerlos?
— Ese es mi poder. — podía sentir su sonrisa
— ¿tu poder? Por favor, ya no tengo cinco años. No creerás que te voy a creer eso. — respondí. Mire mi reloj de muñeca, faltaban diez minutos para que el desayuno terminara y las clases empezaran. Si tenía suerte, solo en diez minutos salía del bosque, si no, me perdía más de lo que ya estaba.
— Vamos Luna, tú tienes ese poder y más aún. Si nos dieras la oportunidad; podríamos enseñarte. — habló una cuarta voz.
— ¿qué son? — susurre.
—vampyrus... — genial, más latín.

De pronto, la sensación de sentirme vigilada, de la gran presión emocional que sentía, se habían ido y yo, por el contrario, estaba dispuesta a irme del bosque y nunca más regresar, sin embargo, sentí una respiración a mis espaldas.
Voltee con mucho cuidado, la respiración era pesada, eso significaba que era algo grande. Mi vista se posó en el suelo, rápidamente cerré los ojos con fuerza esperando el ataqué de aquel animal, sin embargo, este nunca llegó. Abrí lentamente mis ojos, un enorme lobo café mocha estaba frente a mi, mire sus ojos. Yo conocía esos ojos. El lobo me miraba y yo no podía apartar mi vista de él, al verlo, toda sensación de temor se fue. Me sentía tranquila y relajada.
Sentí una gran necesidad de acariciarlo, su pelaje marrón me daba curiosidad. Levante mi mano y con cuidado la pose en su cabeza, creí que se alejaría o me gruñiría; pero, no lo hizo.

— ¿Luna? — preguntó alguien a mis espaldas. Me giré rápidamente y pude ver a Christian.
— Chris... — él vio al lobo, este al instante le gruñó y pareció que Christian hizo lo mismo —. Christian, por favor, relájate... es inofensivo. — hablé rápidamente defendiendo al canino.
— ¿inofensivo? Luna, por Dios... ¿ya viste el tamaño de esa cosa? — preguntó sarcásticamente.
— Lo se, Christian. Es enorme, pero, por favor. Relájate. — hable más calmada.