Internado de Vampiros y Hombres Lobo [Libro #1]

Capítulo 16

Luna's Pov.

— En realidad no se mucho Luna. — sonrió —. Los vampiros se queman con el sol, los matas con una estaca de madera o una mordida de un licántropo, la sangre de un híbrido es lo único que lo cura, pero, no detiene la transformación. — recordé lo que le pasó a Zabdiel —. Los lobos son un poco más peligrosos, se convierten cada luna llena, los matas con plata o con azaleas* ambas son efectivas. La primera semana después de que se convierten su lobo es el que habla por ellos, muchos no lo saben, pero, es como si tuvieran a otro ser dentro de ellos, más animal, claro.
— ¿a que te refieres? — pregunté confundida.
— Ya sabes, la primera vez que te hicieron enojar tanto que querías matar a cualquiera que se te cruzara, esa persona, esa cosa, ese animal en el que te convertiste no eras tú porque, por más que le gritaras a tu lobo que era suficiente y que no los matara aún así lo hizo y se sintió tan bien. — se perdió en un punto fijo en el establecimiento y siguió hablando —. Para tu lobo las ganas de matar la primera vez no son suficientes, la primera luna llena es un infierno, mayormente si la pasas solo. Es peor cuando eres híbrido, tienes un poder que seguro ni siquiera sabes controlar, hay niveles que no puedes dominar y cuando menos te das cuenta; ya haz provocado una masacre.

Note como los ojos de Jack se volvían rojos de a poco, su voz comenzaba a cortarse y sus pupilas nadaban en lágrimas, sin embargo, me miró y al hacerlo no dejó caer ni una sola lágrima.

Soportó todo aquel dolor del que me había estado hablando, era obvio que hablaba sobre él y sus experiencias como híbrido. No era muy buena en eso de reconfortar personas, pero, tome su mano y le di un ligero apretón para que supiera que estaba ahí con él. Al mirarme, me dedico una suave mirada.

(...)

Dos días después ...

— ¡Luna! — gritaron a mis espaldas. Era James.

No diré que estaba feliz de verlo, pero, me alegraba que me hablara de nuevo. Ya hace varios días que mi manada no me dirigía la palabra, ni siquiera James. Mi lobo era demasiado orgulloso para ir y pedir una explicación o siquiera pedir perdón. Solo deje las cosas pasar.

— Maslow, ¿qué te trae por aquí? — seguí mi rumbo hacia mi edificio, había salido de clases aproximadamente desde hace ya veinte minutos.
— Quería hablar contigo, Luna. De echo, queremos.
— ¿Quieren? ¡Ja, por favor! — solté una risa sarcástica —: ¡Ustedes son los que no me han dirigido la palabra desde hace ya tres días! — solté de pronto, supongo que lo que había dicho Jack de que tu lobo te controlaba la primera semana después de convertirte era cierto.
— ¡Tu tuviste una cita con Jack Pierce! ¡No sabes lo que le ha hecho a Zabdiel! — gritó hacia mi.
— ¿¡Y como chingados quieren que sepa si no me tienen la puta confianza para decirlo!?  — escupí más que molesta, sentía mis colmillos más grandes de lo normal.
— ¡Maldita sea, Martínez! No nos diste tiempo de explicar, ¿cómo querías saber qué pasó si saliste enfadada de la cabaña antes de que nos dejarás hablar?  — gruñó, sentí su enojo y su ira, vaya que si.
— ¿Quien te mandó?

La expresión de James cambió y se suavizó.

— ¿Quien te mandó, Maslow? Es decir, cualquiera de los chicos pudo venir, inclusive Zabdiel, pero, te mandaron a ti, así que dime... ¿Quien de todos te mandó? ¿De quién fue la idea?
— Kendall... — suspiró.
— Bien vayamos a hablar con los chicos, pero, no quiero saber nada acerca del pasado que Zabdiel tiene con Jack. Solo iré a despedirme, ya no seré más su alfa; al parecer Kendall hace un mejor trabajo del que yo jamás podré hacer. — suspire cansada.

No lo negaré, en verdad me dolieron decir aquellas palabras, pero, ¿qué podía hacer? ¿Qué es una manada si no hay confianza?

Gire sobre mis talones hacia la salida del internado para dirigirme junto a James hacia el bosque donde estaba la cabaña.