Internado de Vampiros y Hombres Lobo [Libro #1]

Capítulo 54

Luna's Pov.

Estaba usando toda mi energía convirtiéndome en un grifo, al parecer cambiar formas requería energía de más; la cual no tenía.

Intenté buscar el portal que Julia abrió para traernos a este mundo, para ello las alas; lo demás era un extra que me parecía fantástico.

Sin embargo, el portal parecía haberse cerrado ya que no había nada, además que toda mi energía se agotaba más rápido de lo que creía mientras peleaba con mi clan vampirico para que regresara al castillo y pudieran inyectarme una cura, la cual no quería.

— ¡Solo intentamos ayudarte! ¡¿Podrías solo bajar?! — preguntó Bryan desde el bosque a las afueras del reino.

Negué lanzándoles una ráfaga de fuego hasta mi clan, el cual tristemente esquivaron, a lo lejos toda mi manada venía corriendo hasta nosotros en su forma lobuna, algo que me hizo reír internamente por alguna extraña razón.

Cuando me despiste mirando a la manada, una gran pelota de nieve me golpeó en el rostro, haciéndome perder el equilibrio y la concentración; obligándome a retomar mi forma humana una vez más cayendo hasta el suelo, sin embargo siendo sostenida por una gran rama en uno de los árboles.

— ¿Dónde está? — preguntó Alan, mirando a todos lados.
— Díganme que no fui el único que la vio caer. — respondió Freddie mirando a su alrededor.
— La ayuda a llegado. — dijo Elizabeth cabalgando a James en su forma lobuna junto a Austin que venía encima de Kendall.
— ¿Que planean hacer? — preguntó Jos al verlos llegar.

Tenía que admitir que admirar todo desde la copa de un árbol era fascinante, como ver una película en 3D.

— Tenemos una idea, pero no sabemos si vaya a funcionar ya que Luna ha estado usando poderes de nivel tres. — comentó Elizabeth bajando de James. Austin bajo de Kendall al instante.
— ¿Cual es la idea? — preguntó Bryan.
— Detener el tiempo y dispararle a Luna tanto como podamos, su energía se debilitará y podremos llevarla al castillo sin fuerza alguna, debería de funcionar. — opinó Elizabeth.
— ¿Enserio creen que eso podrá funcionar? — pregunté amplificando mi voz para que así se escuchara eco en el lugar, sin saber exactamente de dónde provenía mi voz.
— Yo creo que si. — dijo esta vez Luke quien saltó hasta mi, derribándome de la rama que me sostenía, cayendo ambos a los pies de todos.
— ¡Ahora Austin! — gritó Elizabeth.

Todo lo qué pasó después fue en un rayo de luz.

(...)

Golpes, golpes y más golpes.

Hielo, agua, arena y hasta un poco de tierra; eran elementos los que me arrojaban para debilitarme y vaya que lo estaban logrando.

Las miradas de tristeza, decepción y angustia albergaban la mayoría de los chicos, la otra mitad estaban empeñados en hacerme caer.

Luke parecía ser el peor y no lo culpaba si había sido su alfa la que había causado todo, pero aún me rehusaba a convertir a un pobre chico en vampiro o lobo, lo que sea que mis padres habían planeado, no lo tendría. No arruinaría la vida de otra persona.

Bryan era la persona que más se desquitaba, parecía enojado. Casi furioso, pero tampoco lo culpaba, en algún punto todo se volvería gris y estaba lista para ello. Desde que soy todo esto sabía que no estaría lista, soy un gran desastre y una maquina para matar. Son cosas de las que ya no puedo escapar.

Este es mi destino y no hay nada para cambiarlo.

(...)

— Por favor Luna, solo despierta... — susurraron en mi oído. El aliento tibio sobre mi cuello y el aroma a madera y vino tinto invadió mis fosas nasales. Era Luke.
— Dios Santo, Luke; ¿podrías quitarte de encima? — pregunté en un susurro, el sentimiento de vacío en mi pecho seguía ahí y no sabía si era bueno o malo, aunque en realidad no me importaba.

Luke salto del susto alejándose rápidamente de mi, mirándome fijamente, tanto que me incomodó. Pero aún más, su sonrisa deslumbrante, ¿le importaba tanto?

— Estás... estás despierta. — susurro con felicidad. Asentí lentamente mirando todo a mi alrededor.

Las paredes blancas y la jeringa inyectada a mi vena solo significaban una cosa; hospital.

— ¿Seguimos en Mundo Mágico? — pregunté. Luke asintió y rodé mi ojos — ¿Cuánto llevo dormida?
— Tres días. — dijo. Levante mis cejas en señal de asombro — Ya vuelvo, le diré a tu familia que despertaste. — dijo aún más emocionado saliendo del cuarto. Bufé.

No pasaron ni cinco minutos cuando mi cuarto se llenó con amigos y familiares. Sonreí falsamente.

— Cariño, estás bien. — dijo Sol llegando a mi lado abrazándome. Me removí incómoda.
— ¿Estás bien? — preguntó Niall. Asentí.
— No lo pareces. — dijo esta vez José.
— Estoy bien José, no te preocupes. — rodé los ojos y él pareció ofenderse.
— ¿Por qué me llamas así? — preguntó.
— Así te llamas, ¿no?

Su rostro pasó de una gran sonrisa a un ceño fruncido, pidiéndole a Niall que saliera con él un segundo afuera.

Mi manada estaba completa en aquel cuarto de hospital, preguntándome si estaba bien, si necesitaba algo o si querían que llamara a la enfermera; algo raro porque el doctor jamás se presentó. Mi clan también estaba ahí, junto a Alonso que me veía de una forma tierna y no entendía cómo lograba seguir viéndome de tal manera después de lo que le hice, no que me sintiera mal al respecto pero si fuera él, me odiaría.

— Luna está mal. — susurró José afuera de mi cuarto de hospital. Las voces a mi al rededor hacían eco en mis oídos pero la de él y Niall eran las principales
— Fue el strigoi, ¿no es así? — preguntó Niall de igual forma. Se le escuchaba preocupado.
— Le inyectaron sangre de strigoi, sus emociones están apagadas temporalmente. Por eso está así. — respondió José.
— ¿Y cuando obtendrá sus emociones de nuevo? — preguntó Niall.
— No lo hará. Ella tiene que quererlas y por lo que veo, no creo que las quiera.
— Necesita recuperar sus recuerdos, José.
— Niall, ella no los quiere.
— Me importa una mierda si ella los quiere o no. Es nuestra hija, está en peligro y si la única manera de recuperarla es dándole sus recuerdos nuevamente; así será.
— ¿cuándo? — preguntó José.
— Mañana, en la luna llena. Le diré a Julia, que su manada y clan la vigilen; la daremos de alta hoy por la tarde y que se quede encerrada en su alcoba hasta mañana por la noche. Luna sin emociones podría ser un nuevo enemigo al que no sabríamos cómo derrotar si ella se lo propusiera.