Capítulo 27

2.8K 228 16
                                    

Luna's Pov.

El pasillo estaba vacío a excepción de nosotros y otra chica. Al verla bien, era la chica que había visto hace días en la cafetería, la chica rubia o al menos eso fue la última vez que la vi ya que ahora era pelirroja, aquella que intento tomarme una foto y yo destruí su teléfono. Pasó por nuestro lado de mala manera y sin ni siquiera mirarme entró a la enfermería.

— ¿Estás lista? — preguntó José.
— No, pero ya nada puede impresionarme.
— Solo, prométeme que todo estará bien.
— Claro, como ya te dije, ya nada puede impresionarme.

Que equivocada estaba.

(...)

— ¡Luna! — José gritó a mis espaldas.

Salí corriendo de la enfermería, las lágrimas caían sin control y solo quería salir de ahí, desaparecer.

— ¡Luna, por favor! — la voz de mi madre se unió a la de José.

Me detuve en seco y volteé para encararlos.

— ¡¿Cómo se les ocurre esconderme eso por dieciocho años?! Ya tenía suficiente con saber que era la elegida, el ser adoptada, sin recuerdos y ahora esto, ¿qué otra persona me están ocultando? — grité llamando la atención de algunos alumnos que pasaban por ahí.
— Debes entender que...
— Solo, déjenme tranquila. — solloce
— Prometiste que todo estaría bien. — habló José.
— Pues al parecer ambos rompimos promesas. —caminé rápido hasta poder salir del internado, solo quería estar sola, poder pensar en lo que me acababan de decir. El saber si sobre actúe o si estuvo bien.

(...)

Yo soy tu madre, Luna. Soy Sol. — la mujer me miró, tomó mi mano y acarició mi muñeca —. No sabes cómo lamento todo lo qué pasó, el no haber estado ahí en tu niñez, el no haberte contado cuentos antes de dormir cuando eras pequeña, el no poder cocinar tu comida favorita, el no poder jugar contigo y tus hermanos, lamento todo eso y más. Pero, todo fue por tu bien, Luna, ¿lo sabes verdad? Solo queríamos protegerte.

Proteger.

Quite mi mano rápidamente de su tacto y por primera vez la miré a los ojos.

Me ocultaba algo más.

— Eso no es todo. Tus ojos me dicen qué hay algo más, pero, tienes miedo de decírmelo.

José me miró con asombro: — ¿cómo hiciste eso? — preguntó de la misma manera.

— ¿de qué hablas?
— Ese es un poder de nivel dos, Luna. — respondió Sol.
— ¿Nivel dos?
— Son como los poderes de un lobo, el ser alfa, beta u omega. Los vampiros tienen niveles de poder, tus poderes que tienes ahora son los más básicos, el que acabas de usar con tu madre es de nivel dos, el ver por el alma de alguien se requiere mucho poder y tú lo acabas de hacer, lo que no entiendo es como lo hiciste si aún sigues en nivel uno.
— Es la elegida, José. Es obvio que nos iba a estar sorprendiendo. — la señora me sonrió. José tomó su mano y la besó.

No sabía cómo me sentía al verlos juntos, es decir, tener a mis padres conmigo, tenerlos a ambos y que sean los verdaderos, solo me hacían tener un vacío en mi estómago como si algo me faltara.

Entonces recordé las palabras de Jack, tú heredas tus poderes de tus abuelos o familia, ¿cómo se supone que aplicaba eso para un híbrido?

— ¿de quién herede mis poderes?

José mi miró: — Eres alfa por mi, pero, tus poderes de vampiro, todos, los heredaste de la familia de tu madre.

— ¿de quién? — miré a Sol.
— De tu abuelo, seguro lo conoces. Lo has oído en cuentos de terror y seguro en noche de brujas. Se dice que fue el primer vampiro de la historia, eso es mentira. Tu abuelo es Drácula.

Holy shit.

Eso explica muchas cosas.

— ¿algo más de lo que me tenga que enterar? —ellos se miraron entre sí—: ¿y bien?
— Es algo complicado Luna.
— Solo díganlo. Me habías prometido no más secretos. — miré a José.
— Hay algo que Carlos no te contó cuando te dijo toda la verdad aquel día en el bosque. Cuando naciste, no solo te esperábamos a ti, Luna... — José mi miró —. Tú naciste con un varón, tienes un mellizo, Luna, al igual que tú era un elegido, pero, no aguanto el poder de la luna y murió al nacer.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, en mi garganta se hizo un nudo. No tenía palabras, simplemente salí de ahí.

(...)

Me hubiera gustado conocerte. — sonreí hacia el cielo.

Me encontraba sentada en una rama de algún árbol en el bosque, no sabía que tan lejos estaba del internado, tampoco era como si me interesara. Las lágrimas habían cesado pero aún me sentía mal. Era información que procesar y no estaba lista.

Tuve un mellizo, jamás lo conocí, se que no fue mi culpa, pero, siento como si lo fuera, como si al nacer comenzara un juego de fuerza, el que aguantara más sobrevivía y esa persona fui yo. Además, enterarte de que Drácula es tu abuelo es una noticia difícil de tragar.

Mi teléfono empezó a sonar con el nombre de James en la pantalla, contesté su llamada.

— Hola James. — absorbí moco.
— Luna, hola. ¿Cómo estás? ¿Estás bien? Tu voz se escucha apagada.
— Si, creo que si. La mujer que traje resultó ser mi madre, soy nieta de Drácula y José me dijo que tuve un mellizo que jamás conocí. Si, supongo que estoy bien.
— Wow, yo, lamento eso, ¿quieres compañía? Podríamos salir un rato de aquí, ir a la ciudad, tomar algo o ver una película, ¿qué opinas?
— Yo... no lo sé, no creo que me dejen.
—  Vamos, Luna, te ayudará a relajarte y te olvidaras de los problemas por un momento. Además, nadie tiene que enterarse.

Bufé: — está bien, iré.

— Perfecto, prepárate, paso por ti en veinte. — colgó.

Espero que esta salida sirva.

Internado de Vampiros y Hombres Lobo [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora