Diecinueveavo Capítulo

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<<Maldita traicionera>>

La escena se repetía una y otra vez en mi cabeza, mis gritos suplicantes aún retumbaban como un sueño, "¡Greta!". Era como verme por fuera, bajando las escaleras forzada por la directora, pasando entre los alumnos de Hughroom que llenaban con la luz de sus celulares los pasillos, sus miradas acuchillantes que recaían, una vez más sobre mí; hasta cruzarme con la de Sascha, que me veía desde lo alto de las escaleras del octavo piso...

<<Sascha>>

—¡Alex Florence! ¿Me está escuchando?— la voz de la directora me sacó de mis pensamientos, como cuando te despiertas de un sueño en el que sientes que te estas cayendo.

Mi corazón palpitaba rápidamente, tragué la espesa saliva que se había acumulado, intenté humedecerme los labios secos sin lograrlo y me aclaré la garganta con el mismo poco éxito.

—Disculpe, no me siento bien— dije con un poco de dificultad.

—Alex..— sonrió de una manera espeluznante dada la situación.

—Le juro que yo no he herido a nadie— me justifiqué inmediatamente sin verle a los ojos, mientras me acomodaba en mi asiento, una silla forrada tela descuidada que dejaba la espuma de su interior expuesta.

—Alex, Alex, tranquila— dijo mientras acomodaba la silla giratoria forrada de cuero del otro lado del escritorio, sacando de debajo de él una nota — ¿Sabes quién escribió esto?— dijo extendiéndome una hoja tamaño carta.

"¡AYUDA PORFAVOR! UN CHICO HA SIDO ASESINADO, SU CADÁVER SE ENCUENTRA EN UN CUARTO SUBTERRÁNEO. LA PUERTA CAMUFLADA BAJO LAS ESCALERAS LOS GUIARÁ A ÉL"

—No sé qué es esto— dije dejándole el papel sobre el escritorio.

—¿Crees que soy idiota, Alex? Siendo yo la encargada de este lugar ¿crees que no me he dado cuenta de que has abandonado las instalaciones en más de una ocasión?¿o que has ido a lugares no permitidos?¿que has estado fuera de tu cuarto en altas horas de la madrugada?— dijo tranquila, en un tono incluso burlón, alcé la mirada para encontrarme con la suya, retadora.

—No sé de qué me habla— dije sin poder sostenerle la mirada y posando mi mano derecha en mi brazo izquierdo, por arriba del codo. Definitivamente no sabía mentir.

—Has visto cosas ¿no es así?— preguntó de golpe, provocando que sintiera un vuelco en el estómago, nuevamente nuestros ojos se encontraron.

—¿Qué...de qué habla?— pregunté tartamudeando.

—Por favor Alex, sabes de lo que te hablo— dijo. Me quedé boquiabierta.

—No...no lo sé— sin poder evitarlo la miré con miedo.

—Bien— habló firme —Sé que sabes a lo que me refiero. No me lo cuentes si no quieres Alex, pero tienes que entender que cada una de esas visiones son algo más que eso— no pude evitar prestar atención, levanté la mirada y ella notó el interés en mis ojos — Sí Alex, esas visiones son más de lo que puedes imaginar, has podido ver el sufrimiento que este lugar guarda, has visto las almas que han quedado encerradas aquí por siempre, porque nadie se va de Hughroom Alex, al final siempre hay una razón que retiene a las personas aquí, no te irás, no intentes huir, porque nada es coincidencia, tu estancia aquí no es coincidencia.

Mis ojos estaban dentro de lo posible expuestos, no podía parpadear, podía sentir mis pupilas contraerse, sentía un escalofrío erizando mi piel. La directora dejó su asiento, haciendolo rechinar, se acercó a mí recargándose en los brazos de la silla mientras me miraba fijamente.

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