Un fuerte golpe sonó abruptamente del otro lado de la puerta, sobresaltándonos a ambos, fueron tres golpeteos desesperados. Nos miramos desconcertados pues, sabíamos que cada vez que tocaban la puerta de esa manera, no se trataba de algo bueno.
Sascha tomó la iniciativa y caminó rápidamente hacia la puerta y en un rápido movimiento la abrió, encontrándose con Greta del otro lado de la puerta, con la mano levantada, a punto de soltar otra serie de golpes contra el pedazo de madera.
—Han regresado— fue todo lo que dijo, con los ojos muy abiertos.
Sascha volteó a verme, no podía adivinar exactamente lo que sus ojos querían decirme, por un lado estaba presente la fría mirada característica de él, pero podría jurar que en sus pupilas se reflejaba un poco de miedo por las noticias que aquellos estudiantes aventurados trajeran, si es que habían regresado todos y cada uno de ellos; sin heridas, completos o por lo menos cuerdos. Después de aquella mirada fugaz que nos hizo cruzar todo tipo de pensamientos con las dos palabras que había dicho Greta aquella mañana, tomamos una sudadera cada quien, cerramos la puerta detrás de nosotros en un movimiento y salimos para bajar las escaleras rápidamente.
Nos encontramos con al menos cinco miradas perturbadas, tres eran los chicos que se habían ido y los demás eran alumnos que habían decidido quedarse, probablemente habían escuchado que sus compañeros habían regresado, uno de ellos era el chico fornido, y la otra, una chica pequeña de cabello oscuro y tez morena. Sascha se acercó de golpe a los recién llegados, yo me tardé en reaccionar un poco más, sentía que lo percibía ante mis ojos no podía empeorar o ser más triste.
Greta fue detrás de él, mis celos fueron interrumpidos por un momento, el pánico y miedo que sentía abarcaba todo mi pecho y mente.
—¿Por qué carajos han hecho eso?— gritó Sascha de golpe, no trató de ser delicado aún después de ver la cara de estos chicos —¿En que carajos estaban pensando?
—¡Sascha basta! ¿Puedes calmarte un segundo? Creo que uno de ellos necesita atención médica— interrumpí cuando noté que dos de los alumnos apoyaban a un chico, los brazos de éste rodeaban a cada uno de sus ayudantes por el cuello; traía la cabeza hacia abajo y cara le escurría de sangre y una de sus piernas había sido vendada con pedazos de tela que improvisaban una venda, las cuales también presentaban manchas color escarlata.
Caminé hasta quedar frente a los chicos y los miré detalladamente, sus rostros de miedo se quedarían en mi cabeza por siempre.
—Ayuda porfavor, viene muy mal herido— dijo la chica que lo sostenía del brazo derecho, con una voz débil. Estaban sucios, despeinados, tenían las vestiduras rasgadas, moretones y raspones ensangrentados. A simple vista, quien nunca ha salido al bosque que rodea Hughroom, podría jurar que se trata de un animal que decidió atacarlos esa noche, pero Sascha y yo sabíamos de lo que se trataba, o al menos teníamos una idea de los seres que noches atrás nos acecharon .
Miré de nuevo a Sascha, se veía dudoso, enojado y hasta cierto punto angustiado.
—Tenemos que ayudar al chico— dijo Greta pasando uno de los brazos apoyados en sus compañeros a los suyos.
—Está bien. Esto no tendría por qué estar pasando, nos estamos atrasando. ¡Carajo!— contestó Sascha de mala gana— Los demás, descansen y atiendanse sus heridas, en unas horas hablaremos con ustedes— dijo alzando la voz para todos y tomando del otro lado al herido.
—Chico ¿Cómo te llamas?¿Cuál es tu habitación?— dijo Greta intentado verle la cara. Cuando lo hizo sus pupilas se dilataron, una cara de asombro y terror la inundaron.
—¿Greta?— pregunté y parecía no haberme escuchado pues no me respondió.
—¿M... mi habitación?— dijo con voz débil — 37.... habitación 37...
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SASCHA
Fanfiction-Nadie se va de Hughroom Alex, al final siempre hay una razón que retiene a las personas aquí, no te irás, no intentes huir. -¿Qué te hace pensar que algo me va a retener aquí, en este horrible lugar? -Eso no lo se. -Ten por seguro...