Vigésimo Sexto Capítulo

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Sascha había pasado gran parte de la tarde quejándose amargamente. Maldecía el hecho de no haber podido estar presente cuando todos los alumnos se habían vuelto contra mí, y peor aún cuando el enfrentamiento físico ocurrió. Por mi parte, me encontraba sentada en mi cama con mi maleta al lado, moviendo de un lado al otro la ropa y accesorios que semanas atrás había empacado.

—Pude defenderme sola —aseguré con una sonrisa casi convincente, excepto para él y a decir verdad para mí, aún no estaba segura de que así lo hubiera hecho, me dolía la cara y mi labio inferior hichado tenía un poco de sangre seca.

—Me figuro que por eso tienes la cara de diferentes colores, Alex— arqueó una ceja, realmente estaba molesto por no haber estado presente e intervenir.

—No tienes que defenderme todo el tiempo— no pude evitar esbozar una mueca.

—Tienes que limpiarte eso...— dijo mientras buscaba una toalla dentro de mi maleta para hacerlo. Al encontrarla se dirigió al cuarto de baño para mojarla un poco y al regresar se sentó en su cama, quedando frente a mí. Me miró como si me pidiera permiso y presionó ligeramente contra mi labio, el ardor provocado me hacía sentir como si hubiera recibido otro golpe.

—Deja de moverte un segundo, intento mejorar esto— expresó seriamente y lo obedecí.

Observé cómo sus ojos se clavaban en mi herida, su rostro se veía diferente, parecía preocupado. Traté de imaginar que pasaba por su mente en estos momentos, muchas ideas me cruzaron por la cabeza; me pregunté si había encontrado algo en el cuarto de Greta, pero negué inmediatamente la idea, si hubiese sido así ya me lo hubiera dicho o simplemente la hubiera enfrentado en la recepción.

—¿Encontraste algo en el cuarto de Greta?— la pregunta surgió de mis labios aún cuando ya sabía la respuesta. Sascha retiró la toalla de mi labio y tomó aire a manera de suspiro para responder, sin mirarme a los ojos y aún con la mirada clavada en mi boca.

—No— respondió—Si hubiera sido así ya te lo hubiera dicho.

—Sí, lo sé— bajé la mirada para después continuar, me sentía un poco avergonzada por haber preguntado—Sólo quería...— hice una pausa— No sé, preguntar. Ella sigue siendo muy sospechosa para mí.

Sascha no contestó, se levantó y dejó la toalla sobre la cama

—¿No escuchaste cuando.... el cuerpo del chico... — continué apenas en un susurro humedeciendo un segundo mis labios, tenía dificultad para terminar la frase —...cayó?— inmediatamente volteó, estaba molesto, la pregunta lo había desconcertado totalmente.

—¿Crees que he sido yo?— preguntó con un tono de voz duro.

—Claro que no y te lo dije allá abajo— respondí mientras me acomodaba nerviosamente en la cama como si necesitara enfrentar algo que no me había dicho—Es sólo que...no has dicho mucho al respecto.

—Todo lo que haya ocurrido, te lo he dicho Alex— sus facciones estaban demasiado tranquilas. Asentí sin decir nada más, no había nada más que decir—Realmente piensas que he sido yo, ¿no es así?— retomó la conversación mientras buscaba el encuentro con mis ojos. Me maldije por dentro, probablemente terminaríamos peleando.

—No, sé que no has sido tú— contesté a la vez que él se sentaba a mi lado.

No dijo nada, me miró fijamente a los ojos y tan sólo asintió. Levantó la mano para acariciar mi labio inferior, sentí un pequeño ardor por lo cual cerré y apreté los ojos, pronto la retiró al notarlo. Abrí los ojos y observé que se mordía el labio impacientemente, fue cuando me di cuenta que preferiría que este dolor que sentía en el labio me lo hubiera hecho él y no Greta.

SASCHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora