Cuadragésimo Capítulo

937 144 22
                                    

Una pequeña brisa con olor a lluvia me empapaba la cara a cada paso que daba, los tenis enlodados resbalaban y el cansancio de mi cuerpo me imploraba un descanso.

La oscuridad del cielo parecía eterna, como si a partir de que comenzamos a planear la huida, una especie de túnel del tiempo nos hubiera atrapado en una sola noche. Seguramente si alguien hubiera puesto atención al cielo estrellado que, debido a la lejanía de la ciudad siempre se encontraba despejado, pudiera saber si cada uno de esos puntos luminosos seguían en la misma posición de hace unas horas.

La poca luz que me daba la luna, me permitió caminar hasta cierto punto hacia alguna dirección. Tenía miedo que estuviera dando vueltas como las últimas veces.

Dicen que cuando estás a punto de rendirte es cuando te encuentras más cerca de la meta, quizá podría aplicar en estos momentos pues, me decidía a dejarme caer en mis rodillas y esperar a que alguien encontrara mi cuerpo, cuando de pronto noté unas luces provenientes del fondo de un pequeño sendero. Caminé muy a fuerzas con la curiosidad de saber de qué se trataba, cuando atravesé aquella barrera de vegetación me quedé plasmada. La característica textura que dejan las llantas de los camiones se podía diferenciar entre un camino enlodado cuya trayectoria había sido tapada por las hojas secas que llegaban a caer de los árboles, llevando hacia algún lugar cuyo destino era escondido por la niebla de aquel bosque; el camino por el que quizá pasamos meses antes... antes de quedar enclaustrados en aquella casona.

Mis tenis iban a la par del camino. La niebla comenzó a desvanecerse a cada zancada, para reemplazar el olor a vegetación por combustible quemado, característico de muchas carreteras; justamente fue lo que se diferenció a la distancia.

<<Había logrado salir>>

Aquella carretera, ansiada cada vez que daba vueltas entre la vegetación que escondía a Hughroom, se vislumbraba claramente en lo alto de un pequeño monte, las luces de los automóviles chocaban con los troncos de los árboles, dejando pasar irregulares rayos que hacían contraer mis pupilas.

Entendí entonces que en algo había tenido razón Sascha, siempre había algo que te retenía en Hughroom. Pero hubo algo que quizá nadie haya entendido, se necesitaba coraje para hacerlo. El enojo que sentía por dentro me generó ese coraje para desapegarme de cualquier cosa que me pudiera retener ahí. Pero ya no más.

Di un paso y me congelé. Fue entonces cuando millones de ideas me cruzaron por la mente al mismo tiempo, una especie de flashback que me hizo recordar algo muy importante. Una promesa.

Había gente que por un momento en mi vida había creído en mí. Aquellos estudiantes que al igual que yo, llegaron con la esperanza de mejorar académicamente en un curso de verano en el que quedaron atrapados; inocentes, asustados y sin saber nada de sus padres, al igual que yo. Cada uno de ellos confió en mí, y quizá sigan esperando la hora acordada para que se llevara a cabo el plan maestro.

<<David>>

La promesa que le hice mientras sostenía energéticamente su mano, como si de alguna manera en aquel apretón pudiera pasarle un poco de vida. Recordé su cara, sus ojos, la esperanza y la valentía que había tenido para llegar al centro del embrollo y tener una oportunidad más de volver a ver la cara de su madre. No podía hacer esto, simplemente no podría cargar con la vida de todas aquellas personas en mi conciencia. No me lo perdonaría.

Miré con los ojos húmedos el paso de los carros hacia sus destinos, por un momento dudé y quise imaginar hacia dónde podrían dirigirse, una cena, el quinto aniversario de alguna pareja felizmente casada; o quizá alguien cansado de toda una jornada de trabajo del día de la semana que fuera hoy, a mi me daba igual.

Aquellas luces irregulares comenzaron a proyectar mi sombra hasta perderse nuevamente en la negrura provocada por la copa de los árboles, entrando de nuevo a la espesa neblina.

<<     >>

Colab: BaldeMes

Muchas gracias a todas las que nos han leído, por favor, no olviden votar, eso es muy importante para nosotras y también leer cada uno de sus divertidos comentarios.

Les mandamos un saludo a Shayra y Kae, que nos han leído desde el principio hasta ahora y han hecho la historia parte de su paso por la prepa.


SASCHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora