De nada.

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Música alta, con ese BUM bum, con esa melodía que impide escucharme a mi misma.
Música alta, pensamientos fuera.
Y de repente dejo de escucharla esta alta sigue ahí ese bum bum, pero sólo escucho el pum pum de mi corazón, solo escucho el ruido que hace el boli contra el papel, a veces pienso que pobre papel que lleva gravado en el penas de los demás, sufrimiento.
De repente no podía escribir, no había música, no escuchaba ni siquiera mi pum pum, los pensamientos ya no estaban, el papel estaba sangrando y el boli derrochando tinta de el.
Mis ojos estaban rojos pero no veía, no escuchaba.
Y de repente deje de sentir.
Me caí.
Y decidí levantarme. Tirar ese boli y ese papel, apagar la música que ni escuchaba, dejar de pensar, y empezar hacer lo que sentía.
Empecé a sentir. Empecé a quererme.
Y empecé a ser, a exisistir.
Pero aún pese a todo, sigo siendo sin una parte de mi, sigo existiendo sin todo mi yo.
Pero sé que esa parte no volverá, de vez en cuando miro hacia atrás y veo como todo a mi alrededor se desmorona, se derrumba. Como ya nada es igual, como el tiempo destroza todo por su paso, me dan ganas de parar y tirar la toalla. Pero me doy cuenta que de nada sirve esperar una muerte, si total va a llegar igual, mejor que venga a por mi, porque ganas de irme de aquí no tengo.
Asique mirando hacia atrás decido caminar hacia delante con lágrimas en los ojos, despacio para apreciar lo que hay, para apreciar el hermoso desastre que es vivir.

One love.
-A.
Publicada el 19 de septiembre del 2016.

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