Capítulo 1

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El amarillo y el azul se fundían en el cielo, creando una mezcla que parecía ser etérea; que se perdía en medio de los altos edificios, las personas ajetreadas y los ruidos incesantes de la ciudad. Ella parecía ser la única persona despierta a esa hora que se tomaba el tiempo de apreciar el amanecer como si su vida dependiese de ello. Pero simplemente lo hacía porque le gustaban los nuevos comienzos: la primera página de un libro, la primera rebanada de pan, el primer copo de nieve; y los amaneceres, para ella, representaban el inicio de algo bueno.

Como una ávida fan de tal evento, su primer instinto debería ser tomar su cámara para inmortalizarlo. Pero no le gustaba tomarle fotos al amanecer porque pensaba que un dispositivo —por muy avanzado que fuese—, nunca le haría justicia a lo que sus ojos veían.

Lauren Jauregui era blanca, muy blanca, hasta casi llegar a ser pálida. «Como del clan de los Cullen», le decía siempre su mamá. Con ojos verdes penetrantes y cabello castaño largo y lleno de hondas que mantenía teñido de negro. Sus labios no eran ni muy gruesos ni muy delgados. Tenía la espalda ancha, y sus piernas y brazos eran bastante musculosos. Sus pechos eran de tamaño promedio y su trasero era voluptuoso, a pesar de todos sus años practicando natación.

— ¿Que tienes para hoy, Lauren?— Dijo para sí misma, tratando de recordar mentalmente su agenda. La primera cosa la tenía clara: debía ir al gimnasio a realizar su rutina diaria de ejercicios. Tal vez luego tendría que entrenar en la piscina o algún lugar al que asistir, pero en ese momento no lo recordaba con precisión.

Luego de que el espectáculo terminara, se cambió de su pijama a algo más presentable para hacer ejercicios. Preparó su desayuno, que consistía en yogurt con fresas y granola, cuatro tostadas de pan integral y su infaltable botella de agua. Al terminar de devorar —porque prácticamente eso había hecho— su comida, se colocó sus zapatillas de correr Nike y amarró fuertemente las agujetas. Preparó un pequeño bolso con una toalla, una botella de agua, su teléfono, identificación, dinero y llaves. Mientras salía de su apartamento desenredó sus audífonos y los conectó a su iPhone. Definitivamente necesitaba comprarse unos nuevos que no utilizaran cables.

Se fue trotando durante las dos calles de distancia a las que estaba el gimnasio, deleitándose con todo lo que su repertorio musical le ofrecía en aleatorio. Se encontró escuchando desde las penosas canciones de High School Musical hasta algo más parecido a ella como Lana del Rey.

— Buenos días, señorita Jauregui— la saludó la recepcionista al ver a la atleta entrar. Esta le correspondió con una sonrisa y se concentró en lo que quedaba de canción. Luego de que le permitieran la entrada, salió de su pequeña burbuja.

Como de costumbre, el primer piso se encontraba vacío. Lauren no entendía que tenían las personas en contra de las máquinas que eran algo más viejas y complicadas, porque todos parecían preferir entrenar en los demás pisos con máquinas y técnicas nuevas.

— ¿Te acordaste de los mortales y decidiste venir a congraciarnos con tu presencia?— La molestó su mejor amiga, Normani.

Era de piel morena, alta y bastante musculosa. Tenía el cabello negro y cambiaba de estilo cada semana, pues tenía la virtud de poder lucir bien con cualquier cosa que se hiciera. Sus ojos marrones y sus labios carnosos, junto a unas largas y tonificadas piernas, un abdomen plano y brazos delgados la convertían en una combinación perfecta.

Lauren y ella se habían conocido en Pekín, en los Juegos Olímpicos de 2008, en los cuales ambas habían sido ganadoras de múltiples medallas que dieron inicio a lo que sería una carrera llena de triunfos y éxitos. Normani Hamilton participaba en gimnasia, mientras que Lauren lo hacía en natación. Por cuestiones de logística, tuvieron que compartir habitación aunque sus disciplinas fuesen completamente diferentes. Al principio la convivencia fue incómoda, pero con los días se dieron cuenta de que tenían más en común de lo que pensaban. Y desde aquel día se habían vuelto inseparables.

girls do it better; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora