Capítulo 39

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Las siguientes semanas después de volver a Nueva York, habían sido una total y completa locura para Lauren. Su asistente debía acompañarla durante el día para ayudarla a recordar todos los compromisos que tenía, mientras iba de un lado a otro y le decía al chofer que había tenido que contratar hacia donde debía ir.

Con los Juegos Olímpicos cada vez más cerca, Lauren tenía que reunirse con sus patrocinadores para conversar sobre lo que debía hacer durante los juegos, prestar su imagen para las fotos y videos promocionales que el Comité Olímpico Internacional y el TEAM USA requerían, reunirse con los diseñadores para seguir concretando los diseños que utilizaría en su línea de ropa, someterse a las pruebas físicas y psicológicas de rutina para verificar que todo estuviese en orden... Y después de todo eso, lograr dejar un espacio para poder entrenar en el gimnasio y en la piscina.

Se desocupaba después de las siete de la noche, y solo tenia tiempo de una cena rápida antes de tener que volver a salir porque varios programas y revistas la buscaban para que diera entrevistas y el único momento que tenía libre era en la noche. Por suerte, su posición le permitía comportarse como una diva y exigir que las entrevistas fuesen en horarios a su conveniencia y solo en Nueva York, porque salir un día de la ciudad significaba alterar por completo su agenda.

Camila también había tenido unas semanas con horarios para enloquecer. Varios diseñadores la habían empezado a buscar para que hiciera las fotos de sus nuevas líneas de ropa que serían lanzadas el siguiente año, o para mandar sus diseños a la New York Fashion Week.

Había algunos que querían fotos al amanecer en los Hamptons, y ella tenía que salir a las dos de la mañana de su apartamento para asegurarse de tener todo listo apenas comenzaran a apreciarse los primeros rayos de sol. Estaban otros que querían fotos en plena Quinta Avenida, y le exigían que moviera cielo y tierra para conseguir un permiso y poder cerrar una parte de esta. Camila respiraba hondo y se decía que eran esos idiotas arrogantes los que pagaban sus costosas visitas a Saks, que saldría de eso pronto y se lo compensaría con unas vacaciones en un yate en Bali.

Pero a veces no entendía que mierda tenían esas personas en la cabeza que no dejaban de dar órdenes como si Camila trabajara para ellos, y no con ellos.

Sus horarios junto a los de Lauren les daban poco tiempo para verse. Así que la solución más sensata había sido que los días de semana se quedarían en el apartamento de Camila porque les quedaba más cerca a las dos del gimnasio y del estudio, y los fines de semana sería en el de Lauren. La atleta le había dicho a Camila que si bien no podía cancelar todos sus compromisos los fines de semana para quedarse todo el día con ella en la cama como le hubiese gustado, apagaría su teléfono cada vez que estuviesen juntas para poder dedicarle todo su tiempo a su chica.

Lauren había cumplido con eso, pero en ocasiones había tenido que romper su promesa porque su asistente o su manager estaban llamándola como loca para recordarle que tenía un compromiso. Camila entendía eso y no ponía mala cara cada vez que el teléfono de Lauren sonaba o cuando le estaba hablando y Lauren estaba escribiendo en el. Sabía que solo serían unos meses de locura hasta los Juegos Olímpicos y después tendrían todo el tiempo del mundo para ellas. Apreciaba el esfuerzo que Lauren hacía de no descuidar su relación y como aun en medio de todo eso, sacaba tiempo para preguntarle cómo había ido su día, mandarle cajas con dulces al estudio o simplemente llamarla sin razón alguna cuando estaba en medio de su ajetreado día solo porque extrañaba su voz.

Camila se encontraba con el escritorio atestado de documentos legales que debía revisar, y aunque se negara a contratar a un asesor legal que se encarga de eso —porque decía que necesitaba sacar provecho de todos los años que estuvo estudiando una carrera que odiaba—, sabía que si quería estar al día iba a ser necesario.

girls do it better; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora