Capítulo 15

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Para Lauren, despertar con Camila a su lado hubiese sido la mejor manera de comenzar el año. Pero no quería sobrepasar los límites invitándola a dormir con ella por si después pensaba que Lauren tenía otras intenciones. Así que le dejó a Camila su habitación, y ella tomó la de invitados.

Se despertó a las ocho en punto —cuatro horas más tarde de lo que normalmente lo hacía—, y luego de su rutina de aseo personal, fue hasta la cocina para preparar el desayuno. Lauren no era muy diestra en la cocina, pero estaba acostumbrada a preparar grandes cantidades de comida para ella, y siempre mantenía su refrigerador y despensa llenos. Algo tendría que inventarse con eso.

Camila abrió los ojos, sintiéndose completamente descansada y como si estuviese recostada sobre una nube. Miró a su alrededor y se encontró con una habitación pulcra y ordenada, con la temperatura perfecta para no querer salir nunca de la cama. Se levantó descalza hasta el baño, en donde encontró una nota pegada en el espejo de Lauren.

Te dejé un cambio de ropa en el closet. O puedes escoger cualquier otra cosa. En el gabinete hay cepillos de dientes, toallas y jabón por si quieres tomar una ducha.

Camila dejó la nota en el mismo sitio, y buscó un cepillo de dientes para lavárselos; luego caminó hasta el closet para tomar la ropa que Lauren había preparado para ella. No sabía exactamente qué hora era y no se sentía en la confianza de estar abriendo y cerrando gavetas como si fuese su casa. La ducha pasaría después de que saludara a Lauren y esta le mostrara en donde estaba lo que necesitaba.

Al salir del baño, se encontró con Lauren sentada en el mesón de la cocina con un desayuno preparado en la mesa del comedor. Camila pudo ver que habían crepas de jamón y queso, tostadas integrales, jugo de naranja, yogurt de fresa, café y una bandeja llena de frutas.

— Buenos días, ¿dormiste bien?— Preguntó Lauren, dejando a un lado su teléfono al notar la presencia de Camila.

— Si, bastante. ¿Qué hay de ti?

— Dormí como un bebé— respondió la atleta de manera simple, tratando de ocultar su emoción porque Camila seguía tuteándola.

— No tenías que dejarme tu habitación, podía dormir fácilmente en la de invitados o en el sofá.

— No fue nada. — Lauren se encogió de hombros, y caminó hasta el comedor, haciéndole señas a Camila de que la siguiera—. No sé qué te guste desayunar, pero si esto no te apetece podemos ir a comer en cualquier otro lugar...

— No te preocupes, esto es más que perfecto.

Camila sonrió, y se sentó. Lauren imitó su acción y comenzó a servir la comida en los platos. Luego, tomó la taza del café de Camila y con la leche; empezó a hacer un trazo, sacando su lado barista. Al entregarle la taza, Camila pudo darse cuenta de que en su café había una pequeña figura, y se trataba de una flor bastante deforme, pero sonrió para sí misma, pensando en que nadie más había tenido un gesto de ese tipo con ella. De hecho, nunca le habían regalado flores ni siquiera.

Desayunaron en silencio, acompañadas solo del ocasional sonido de sus cubiertos chocando con sus platos o de las sillas rechinando cuando alguna de las dos se movía. Al terminar, Camila ayudó a Lauren a recoger la mesa, porque consideraba de mala educación no hacerlo. Cuando estaba por lavar los platos, Lauren objetó que a ella le parecía de mala educación que una invitada lavara los platos en su casa, y ambas rieron dándose cuenta de las manías extrañas que tenían.

— Lauren... Necesitamos hablar— dijo Camila, luego de que Lauren hubiese puesto todos los utensilios que había utilizado en el lavajillas. Lauren tomó una respiración profunda, sabiendo que esa frase nunca traía nada bueno, y con un ademan, le ordenó a Camila que se sentaran en el sofá de la sala.

girls do it better; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora