Capítulo 28

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Lauren se paseaba en su apartamento sin nada que hacer. Ya había terminado sus entrenamientos del día, se había dado una larga ducha, no tenía algo que limpiar u ordenar porque alguien del servicio de limpieza al que había contratado iba dos veces por semana a arreglar el poco desastre que ella hacía.

Pensó en llamar a Normani, pero la gimnasta estaba igual de ocupada con sus entrenamientos previos a los Juegos Olímpicos y en su recuperación después del esguince que había tenido a finales de año. Para el alivio de la morena, los jueces aceptaron tomar como referencia el puntaje que había obtenido en su última competición. Estaba dentro del rango que necesitaba, y la competencia era avalada por la federación. Sin embargo, no era el mejor puntaje que Normani había hecho, así que todo lo que le quedaba era esperar que nadie la superara en la siguiente competencia que se llevaría a cabo en dos semanas, y pudiese conservar su clasificación a los Juegos, considerando que no iba a tener otra oportunidad de pelearse un puesto.

Decidió llamar a Dinah, a ver si estaba libre para ir a cenar con ella. Para su suerte, la diseñadora le dijo que podrían verse en tres horas en frente de su apartamento para después escoger donde querían ir a comer. Lauren volvió a meterse a la ducha, se planchó el cabello y escogió meticulosamente cada prenda de ropa que iba a utilizar. Haría lo que fuese para tener algo en lo que ocupar su tiempo y su mente.

Dos horas después; se había probado diez vestidos, quince pantalones y catorce blusas. Se decidió por su última opción, y guardó toda la ropa que había sacado del closet. Aun después de vestirse y maquillarse, le quedaba una media hora sin nada por hacer antes de que Dinah llegara.

Optó por ordenar sus libros por orden alfabético, a pesar de que ya los había ordenado por colores el día anterior. Al terminar su tarea, Dinah la llamó indicándole que estaba abajo. Lauren tomó su chaqueta y su bolso, y salió del apartamento en busca de su mejor amiga.

— Hey, sapo— la saludó Dinah con una sonrisa.

— Hola, querida Dinah. Es un verdadero honor que hayas tenido la gentileza de acompañarme esta noche— respondió Lauren con sarcasmo, haciendo que Dinah rodara los ojos.

— ¿A dónde vamos?

— No sé, ¿tal vez cenar en un restaurante ridículamente caro y después ir a un bar?

— Suena bien para mí.

Dinah y ella salieron tomadas del brazo hasta la avenida, y comenzaron a caminar sin rumbo alguno, mientras Dinah le contaba a Lauren sobre el nuevo lugar que estaba diseñando.

— Espera— dijo Dinah, deteniendo el paso—. ¿Por qué me invitaste a cenar a un viernes por la noche, cuando tienes a una novia a la que deberías estar llevando a una cita en este momento?

— Camila está en Roma— respondió Lauren. Dinah levantó una ceja—. Hace unas semanas la llamaron para que hiciera una sesión de fotos para Vogue Italia.

— ¿Y por qué no fuiste con ella?

— No puedo faltar a los entrenamientos, y viajar al otro lado del mundo por unos días es mucho desgaste físico.

— ¿Cuando vuelve Camila?

— El miércoles por la tarde.

— Aw, por eso te ves tan triste— se burló Dinah.

— La extraño— murmuró Lauren de manera cursi. Dinah sonrió, y le comenzó a hacer cosquillas en el costado a Lauren por lo tierna que estaba siendo en ese momento.

Fue ahí cuando Lauren se preguntó como era su vida antes de que Camila llegara a ella. Y se dio cuenta de que era bastante aburrida, principalmente porque no tenía nadie a quien molestar ni con quien pasar sus tardes y noches. Sus días consistían en ir a entrenar más de lo que debía, comer hasta llenar el hoyo de su estómago, reunirse con su manager y ejecutivos de distintas marcas que querían que formara parte de su imagen, ver ocasionalmente a Dinah o Normani, y salir de compras. Era ridícula la cantidad de veces a la semana que Lauren iba a comprar cualquier cosa que se le ocurriera. Desde ropa hasta electrodomésticos, tanto para ella como para sus amigas o su mamá— que recibía en su puerta cada semana cajas llenas de cosas que ciertamente no necesitaba.

girls do it better; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora