Capítulo 10

28.6K 1.7K 405
                                    

Un rato después, Dinah se fue y Camila se unió a la conversación entre Normani y Lauren. Normani le contó a Lauren que conocía a Camila porque había tenido un photoshoot con ella algunas semanas atrás, y no dudó en molestar a Lauren y decirle que sus fotos no habían salido tan bien como las de ella.

El teléfono de Camila sonó y se disculpó para salir a contestarlo. Era su mamá.

— Camila, cariño, por fin puedo hablar contigo.

— Hola, mamá— respondió, de manera monótona. No tenía ningún problema con su madre, ni una mala relación. Simplemente evitaba contestar sus llamadas lo más que podía.

— ¿Cómo estás? Hace mucho que no sé de ti...

— Bien... Tengo bastante trabajo.

— Siempre que te pregunto lo único que haces es decirme que tienes mucho trabajo... ¿No tienes una vida fuera de el? Te lo he dicho muchas veces, Camila. No es sano ser adicto al trabajo. Tienes que salir, divertirte, conocer gente, dar un paseo.

— Si, mamá... De hecho, ahora estaba con unas amigas.

Camila no podía ver a su madre, pero estaba segura de que debía estar sonriendo. Desde que se había ido de casa era la primera vez que compartía un poco de su vida privada con ella.

— ¿Interrumpí algo?

— No, no...

— De todas maneras solo te llamaba para ver como estabas...

Anne, su madre, hizo una pausa. Camila conocía bien lo que eso significaba: tenía que preguntar por su familia o despedirse. Siempre era la misma rutina, siempre igual de predecible.

— ¿Cómo están los chicos? — Preguntó Camila, no queriendo cortar a su madre cuando habían tenido una de las conversaciones más civilizadas de su vida.

— James ya va al baño solo y hace oraciones más largas... Charlotte entró al cuadro de honor del colegio.

— Me alegro...— Murmuró.

— Charlotte quiere saber si vas a venir a su cumpleaños.

Camila sonrió, y negó con la cabeza. Ya sabía que su mamá iba a encontrar la manera de ponerla en una situación incómoda. Charlotte, su hermana, cumpliría quince años dos días después de navidad. Y la indirecta de su madre era más que clara.

— No puedo. Tengo que trabajar— mintió.

— ¿Por lo menos vas a pasar navidad con alguien?

— Si, mamá.

— ¿Y en año nuevo?

— Tengo que trabajar también— mintió nuevamente. Sus verdaderos planes incluían quedarse en casa tomando champagne y comiendo Doritos, mientras veía alguna película en Netflix. Odiaba salir en año nuevo.

— Está bien... Tal vez el año que viene.

— Tal vez... Mm, mamá, tengo que irme. Te llamo luego.

Camila terminó la llamada, y sintió como la presión en sus hombros se aliviaba y su corazón volvía a latir a un ritmo normal. Lauren salió al pasillo a buscar a Camila, temiendo que se hubiese ido. Pero sintió consuelo cuando la vio recostada a una pared.

— ¿Estás bien? — Le preguntó Lauren a Camila, colocando su mano en el hombro de la fotógrafa.

— Si... Disculpe por tardar. Mi mamá llamó y...

girls do it better; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora