Capítulo 14

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Lauren miraba impacientemente su reloj, esperando hasta que marcaran las nueve treinta exactas, para llamar a Camila y decirle que ya había llegado. La puntualidad no era de sus mejores atributos, pero la emoción que sentía, la había llevado a ser extremadamente puntual aquel día.

A las nueve treinta con quince segundos, desbloqueó su teléfono para buscar el contacto de Camila, pero su tarea se vio interrumpida cuando la fotógrafa la llamó.

— Hey... Estaba por llamarte— la saludó Lauren.

— Oh, ¿ya llegó?

— Sí.

— Parece que las dos somos puntuales, ¿eh? — O estamos igual de ansiosas, pensó Camila—. Voy a tomar mi bolso y bajo.

Camila colgó la llamada, y Lauren se quedó parada en el recibidor del edificio mientras esperaba a su cita. Se dio una última mirada en el espejo que estaba a un costado, y decidió que había elegido bien su outfit. Vestía jeans negros rasgados en la rodilla, una blusa corta negra, un abrigo corto del mismo color y uno más largo de color caramelo; en sus pies, zapatos de tacón de diez centímetros, con los que había batallado para no caerse en su trayecto hasta el apartamento de Camila. Y esperaba que la suerte estuviese de su lado, y sus pies se comportaran durante la velada.

Las puertas del ascensor se abrieron, y Lauren pudo divisar a Camila saliendo de él. Llevaba un vestido color negro hasta unos dedos debajo de la rodilla, con ligeras aberturas en cada costado y un abrigo de color negro, al igual que sus zapatos de tacón. Al reconocerse, ambas mujeres se sonrieron y se dieron una mirada rápida de arriba a abajo, que no pasó desapercibida por ninguna de las dos.

— Buenas noches, Lauren.

— Te ves hermosa— balbuceó la atleta, sin despegar su mirada de los ojos de Camila.

— Usted no se ve nada mal, es un buen cambio a los shorts de correr— la molestó Camila.

— Hablas como si hubieses olvidado nuestra primera cena.

— ¿Ya habíamos cenado antes? No lo recuerdo.

— ¿Siempre eres así de molesta o solo lo haces conmigo?

— ¿Qué define usted como 'ser molesta'?

— ¿Qué crees tú?

— ¿No hemos hablado varias veces de lo maleducado que es responder una pregunta con otra?

— ¿Te molesta?

— ¿Le molesta a usted?

Su ronda de preguntas fue interrumpida cuando el taxi les pidió la dirección a la que se dirigían. Lauren le dio el nombre del restaurante en el que Dinah les había hecho reservaciones.

— Necesito que aclaremos algo— comenzó a decir Camila—. Yo la invité, yo pago. ¿Entendido?

Nop— murmuró Lauren, acentuando la 'p'.

— No vamos a discutir esto. Solo quería informarle— concluyó Camila, y se recostó en el asiento para ver la ciudad desde la ventana del auto. Mientras Lauren pensaba en lo sexy que sonaba el acento de Camila estando enojada.

Al llegar al lugar, Lauren pagó el taxi, adelantándose a Camila, quien la miró molesta. Camila abrió la puerta del restaurante para que Lauren pasara, y una vez el maître las recibió y les pidió que las siguiera hasta su mesa; Camila se acercó a Lauren y colocó una mano en su espalda baja. Lauren sintió como su piel se achinaba, y todo su cuerpo reaccionaba ante el inesperado contacto.

girls do it better; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora