Lauren entró a la habitación y se dio cuenta de la hora. Eran las once de la mañana, y Camila aún seguía durmiendo, a pesar de que tenían que salir dentro de pocas horas; pero Lauren no había tenido el corazón para despertarla.
En toda la noche, Camila solo se había movido una vez para buscar a Lauren y abrazarse a ella cuando sintió frío. Al despertarse, Lauren estaba atrapada entre el cuerpo de la fotógrafa, que la envolvía justo como a un oso de peluche. Y fue todo un desafío lograr salir de la cama sin despertarla.
— Cumpleañera, levántate— susurró Lauren en el oído de Camila. Empezó a acariciar su cabello, pero se detuvo cuando recordó que con eso solo iba a hacer que durmiese aún más profundo—. Traje el desayuno, mi amor.
— Está bien— balbuceó Camila, sin levantar la cabeza de la almohada.
— Tenemos que salir en dos horas.
Eso, ciertamente hizo que Camila se despertara de golpe. Se sentó en el espaldar de la cama, y buscó un reloj para ver la hora.
— ¿Por qué no me despertaste antes?
— Supuse que estabas cansada...
— Y lo estoy— admitió—, pero sabes lo mucho que odio ser impuntual.
— Son las chicas, no el presidente— bromeó, ganándose una pequeña sonrisa de parte de Camila—. Anda a lavarte los dientes y después vuelves aquí.
— ¿No debería ser yo la que de las ordenes porque es mi cumpleaños?
— Tu orden sería que te esperara aquí. — Lauren guiñó el ojo. Camila dejó la habitación para entrar al baño y buscar el cepillo de dientes que ya tenía su propio lugar en el apartamento de Lauren.
Salió sintiéndose algo más despierta que antes, y se sentó en el regazo de Lauren para besarla. El día anterior estaba tan cansada que apenas y había podido procesar que había llegado a la ciudad, mucho menos había tenido la oportunidad de saludar a Lauren como ella deseaba.
El beso era lento y delicado, como si quisieran tomarse su tiempo para que sus labios se conectaran nuevamente y pudiesen moverse en perfecta sincronía. Las manos de Lauren estaban en la cintura de Camila, y las de ella estaban en el cuello de la atleta.
Lauren fue la primera en separarse, y apoyó su frente contra la de Camila, aun con los ojos cerrados. Los fue abriendo lentamente, para encontrarse con su chica favorita sonriéndole con ternura.
— Feliz cumpleaños.
— Ya me lo dijiste ayer.
— Pensé que tal vez lo habías olvidado.
Camila soltó una pequeña risa, y llevo sus manos hasta la cara de Lauren para acariciarla.
— Nunca me olvidaría de algo que tú me digas.
— ¿Ni aunque te atropelle un auto y pierdas la memoria?
— Ni aunque me atropellen tres autos— le aseguró. Su sonrisa se volvió aún más grande, y unieron sus labios una vez más.
Camila se había despertado excesivamente feliz y de buen humor, sin embargo no tenía una razón concreta para ello. Tal vez era porque finalmente había vuelto a la ciudad, que en tan poco tiempo se había vuelto su hogar; porque era su cumpleaños o porque tenía a Lauren Jauregui mirándola como si fuese el ser más hermoso del planeta. Fuese cual fuese la razón, estaba agradecida con ella.
— Compré pizza, aunque no sé si quieras algo que sea más de almuerzo— susurró Lauren sobre los labios de Camila.
— Nunca es un mal momento para comer pizza.
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girls do it better; camren
FanfictionLa medallista olímpica Lauren Jauregui ha tenido una vida llena de triunfos y éxitos; está acostumbrada a ser persistente en todo lo que hace y obtener buenos resultados. Pero su confianza parece derrumbarse cuando empieza a sentir interés por una m...