Capítulo 53

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[ADVERTENCIA]

La semana de competencias estaba por llegar a su fin y Camila no sabía si con el tiempo había empezado a tomarle amor a la natación solo por Lauren o si había sido un amor independiente, pero de lo único que tenía certeza era que se había vuelto aficionada al deporte. Le encantaba ver todas las cosas que las personas podían hacer en el agua, y la manera en la que las hacían parecer tan fáciles. Desde luego, su parte favorita era poder ver a Lauren convirtiéndose en su mujer maravilla y haciendo lo que amaba como si nada más importara; por lo que se encontraba en medio de no querer que terminasen las competencias y en estar contando los días para volver a tener a Lauren a su lado, quien por la mañana había nadado las series clasificatorias de los 100 metros libre y los relevos de 200 metros libre, y tras clasificar, en la noche le correspondían la semifinal y la final de cada estilo, respectivamente.

Cuando Lauren se preparaba para nadar la semifinal de los 100 metros libre, decidió dar un vistazo rápido al lugar. Aun le parecía irreal que estaba participando en los Juegos Olímpicos, por tercera vez. Casi tenía que pellizcarse para convencerse a sí misma de que no era un sueño y de que ya no era la misma chica de catorce años con cientos de sueños por cumplir. Aquello era real.

Subió a la plataforma con una pequeña sonrisa en el rostro, que duró poco, al tener que reaccionar para saltar a la piscina. Sabía que no debía esforzarse mucho al ser solo una semifinal y más que todo, porque luego debía nadar la final de los relevos que eran 200 metros. Por lo que nadaba a un ritmo suave, que seguía siendo más rápido que el de las demás competidoras.

Tocó la pared primero que todas y saludó rápidamente al público al salir de la piscina. En los vestuarios fue interceptada por Nick, quien no dudó en abrazarla apenas entró.

— Felicitaciones. Fue una buena serie— admitió su entrenador. Lauren sonrió de acuerdo.

— Gracias.

Camila se levantó de su asiento junto a Charlotte luego de que Lauren saliera de la piscina y tras revisar el horario de su siguiente competencia. Tenía cuarenta minutos antes de que volviese a nadar, tiempo suficiente para ir hasta los puestos ambulantes de comida que estaban fuera del estadio y comprar algo de comer para todas.

— ¿Te están gustando los Juegos? —Preguntó Camila a medida que caminaban.

— ¿Es una broma? Es como... como un sueño— exclamó emocionada—. Y Lauren me dijo que el viernes iba a llevarme a los vestuarios para que conociera a todos. ¡Es una locura!

— Supongo que van a... ¿gustarte? —Comentó insegura, sin saber que reacción debería tener una persona al entrar al lugar. Para ella eran unos vestuarios ordinarios, iguales a los del centro de entrenamiento de Lauren en Nueva York, pero tal vez para Charlotte eran alguna especie de santuario—. ¿Qué quieres comer?

— Perritos calientes, definitivamente.

— ¿Mamá aun no te deja comerlos? —Inquirió con diversión.

— Dios salve a esta familia si alguna vez como algo sin cubiertos— respondió, rodando los ojos.

— No me digas que aun comen pizza con cuchillo y tenedor...

Charlotte asintió tras hacer una mueca de disgusto.

— Mamá y papá si, pero yo no. Tendrías que ver la cara que ponen cuando me ven haciéndolo.

— Vas a matar a mamá de un ataque al corazón si sigues así— se burló Camila.

— Solo me falta decirle que me voy de casa para vivir en Estados Unidos y que me gustan las chicas.

girls do it better; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora