Me quedo pensando que tiene que ver con mis padres.
Mis manos se me ponen frías y comienzan a sudar. No es momento de entrar en pánico. Aun no. No leo nada más y cierro mi sistema, tomo la rendija y la coloco de nuevo en su lugar. Intento moverme hacia atrás para volver y tratar de girar, mi cadera me lo impide, así que opto por ir de espaldas todo el camino, muriendome de dolor. Primero muevo los pies y luego las manos empujan mi cuerpo hacia atrás, así recorro todo el camino de regreso al dormitorio.
Cuando llego me asomo por el espacio sin rendija para observar si alguien ha sospechado algo o esta despierto, nadie. Como estoy de espaldas lo primero que bajan son mis piernas, piso la cama de Susejh y me dejo caer, ella abre los ojos de golpe y le tapo la boca, parpadea dos veces y luego formula un "lo siento", yo no le digo nada más y tomo la rendija que sigue debajo de sus mantas y la coloco en el agujero. Bajo hacia mi cama y me meto entre las mantas, ahora es momento de entrar en pánico.
Cuando las luces se prenden yo sigo dormida escuchando el alboroto de los demás por intentar vestirse y bañarse, sigo de espaldas y tapada hasta la cabeza, tenía demasiado sueño. Susejh se para de su cama y se acerca a la mía-Sam- me sacude un poco- Olle, Sam- me mueve más fuerte pero sigo sin contestarle- ¡Samanta!- me grita en el oído y ahora le contesto de malas- ¿Qué quieres?- le digo tallandome los ojos- Vamos a bañarnos- me dice, se acerca al ropero y saca ropa limpia, también me ayuda en sacar la mía.
Marco se levanta de la suya y se acerca a nosotras.
-Buenos dias- susurra mientras se estira, Galeana, quien tiene su litera en frente de la mía se revuelve dentro de su cueva, me recuerda a Mirahí.
-Hola- le digo sentada en la esquina de mi cama
-¿Te descubrieron?- pregunta
-No, pero lo que yo descubrí me inquieta mucho- le digo pensando en las tres palabras, cárcel, desierto, rebeldes.
-Supongo que al rato nos contarás ¿No?-
-Si, antes quiero analizarlo sola-es verdad, quiero leer sola todo lo que tiene una relación con mis padres antes de decidir si saldremos a buscarlos.
-Sam, vamos a bañarnos, Galeana sigue dormida,ven- me agarra de la mano y me para, siento un dolor agudo en mi cadera y me voy hacia adelante, hacia el piso. Un brazo pasa por alrededor de mi cintura y me sostiene para no caerme. No puedo pararme, no me puedo mover.
-¡Sam, lo siento!- grita Susejh tapándose la boca
-No...me...puedo....mover...- digo espantada, mi cadera no me responde, si Marco me suelta caeré al piso, me aferro más a él- Chicos de verdad no me puedo mover, mi cadera no me responde
-Tenemos que llevarla a la enfermería, o al hospital ¡Rápido!- le dice Marco a Susejh, el me toma por la espalda con una mano y con la otra me carga las piernas, me termina cargando el sólo.
-Despierta a Joshua y a Galeana, diles que nos sigan Suse- continúa Marco mientras abre la puerta de una patada- Yo la llevo a la enfermería
Corremos, bueno, el corre por el pasillo y gira hacia la derecha, luego hacia la izquierda y así sucesivamente, me sigue doliendo demasiado, cada ves que el hace un movimiento brusco o esquiva a alguien me duele y lanzó un quejido de dolor. Por fin llegamos a la enfermería. -¿Pueden atenderla?- dice Marco, las enfermeras se nos quedan viendo-Por favor-continúa el. Las enfermeras traen una camilla flotante y Marco me recuesta en ella, la camilla se aleja y Marco se pierde por el pasillo mientras yo me interno en un cubículo.
-Por favor pase su tarjeta de identificación por aqui- me muestran un scanner y la paso inmediatamente, la lado de mi aparece una pantalla con mi historial clínico y las enfermedades que alguna padeci.
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Los Cien Pisos (#Wattys2016)
Ficțiune științifico-fantasticăNadie sale, nada entra. Una guerra destruyó el mundo para recobrar lo perdido Los capitalistas viven debajo del suelo, mientras que los rebeldes están afuera respirando el aire puro sin problema alguno ¿De que color era el cielo? No lo recuerdo Deb...