El primer impacto de metal no tardó en aparecer. No podía ver la cara del enemigo, es más no pude ni si quiera avanzar cuando ya lo tenía bajo mis pies, muerto. Disparar a la distancia mientras mi otra mano se ocupaba de la espada que blandia con fuerza.
Pero tenía miedo.
Era algo nuevo, estaba en territorio completamente desconocido peleando para ganar, matando para sobrevivir. Tanto tiempo pensando en que lo podría hacer tanto tiempo deseando ver caer a mi enemigo frente a mi, ahora puedo decir que la sensación de partir carne y romper hueso no es agradable.
Marco no se separó tanto de mi, Galeana y Joshua fueron un poco más lejos, aun así podía ver sus cabelleras volar por los impactos y movimientos bruscos. Por la distancia las balas de Susejh cruzaban el aire y entraban en cuerpo hostil, quitando vidas. Ella es buena, acabaremos con esto.
De repente veo como dos se acercan a mi, obviamente más grandes y cuerpudos que yo, no me hice para atrás y utilice la fuerza que me otorgaba el endoesqueleto, mientras a uno lo bloqueaba con mi espada, pude apuntar al otro, le acerte en la pierna, cayó hacia el piso dejando las armas. Tomé con las dos manos el mango de mi espada y partí a la mitad su cuerpo, me acerqué al otro y lo remate con un balazo, no había notado que mis oídos me pitaban y mis manos temblaban.
Escucho un grito agudo, mi mirada se posa en Galeana, ella no es la herida. Mientras divago fugazmente sobre las cabezas y armas en el espacio veo un cuerpo conocido, la chica capitalista que me hablo en el trasporte, un rebelde la tiene contra el piso a unos escasos segundos de matarla. Comienzo la carrera.
Me abrí paso entre las personas para llegar hasta ella, con mi hombro empuje a aquel espectro negro que la tenía contra el piso, la ayude a levantarse cuando note que su traje estaba manchado de sangre, sangre que se expandia por la tela brillante blanca. Sentí un movimiento detrás y coloque mi espada en diagonal para bloquear lo que venía hacia mi, el rebelde no se había cansado.
-Marco, necesito apoyo- le di órdenes a mi sistema que me comunicara con Marco, otra ventaja del nuevo sistema.
-¿Dónde estas?- me contesta rápidamente.
-Sigue recto yo...
El rebelde logró golpearme en la cara, sentí como mis dientes abrían una herida dentro de mi cachete, mi boca tenía sabor a hierro.
-Estoy en el medio- le termino diciendo.
-Voy para allá- se corta la llamada y puedo seguir protegiendo a la chica, quien se quejaba del dolor sobre su piel abierta.
Unos golpes más y Marco ya estaba a un lado de mi, le disparo desde unos metros atrás al rebelde, su cuerpo cayó levantando polvo y tierra negra.
-Llevatela- le digo, al principio me ve con incredulidad, mientras mas lo veo más se lo cree, termina por cargar a la chica sobre sus hombros. Me pongo frente a ellos y comenzamos a trotar hacia territorio alto, hacia un lugar seguro- Susejh, me copias- le pregunto- Si, te copio y te veo- dice- Abrenos camino- instantáneamente veo las balas dejar humo sobre el aire frente a nosotros, Susejh abría el paso para caminar.
Mientras yo seguía disparando a los dos lados, ayudando en todo lo que podía, notaba algo, estábamos ganando. Antes de subir por la colina regrese al campo, me lancé al ataque con todas mis fuerzas. Después de tanto lidiar con un rebelde siento una carga sobre la espalda, una pesadez increíble. Veo a mi alrededor y la tierra y polvo me pican los ojos, con mi mano intento quitar esa neblina. Por fin habíamos acabado.
El campo queda manchado de sangre que se vuelve negra con la tierra café sobre el suelo. Veo mi espada y esta manchada, la devuelvo a su funda y también la pistola. Galeana y Joshua se acercan corriendo, cansados y en sus ojos puedo ver que lograron matar a alguien, lo llevan tatuado.
-Informe de lo ocurrido- les digo.
-Logre matar a tres de ellos, deje a dos heridos- dice Galeana observando aquel rojo panorama.
-Mate a cuatro y no deje ninguno- Joshua me dice viendome, me dice que se arrepiente, sus ojos lo dicen.
-Yo perdí la cuenta, no es relevante- digo tratando de que suene sin importancia. Tratando de que no me afecte quitar vidas. Ellos mataron a mis padres, recuerdalo Sam.
-¿Y Marco?- pregunta nervioso Joshua, camina un poco hacia adelante y se lo que piensa.
-Esta en territorio alto Josh, vengan vamos- le digo tomando su hombro.
Caminamos por la ladera y subimos la colina, siento la sangre acumulada en mi boca y la termino escupiendo. No tiene buen sabor. Cuando por fin hemos llegado al campamento de antes veo a la chica ser atendida por médicos, eruditos, en la superficie. Marco se acerca y checa rápidamente a los demás, luego fija su atención sobre mi.
-Tu cachete esta...mal..- comenta su mano va hacia mi cara, me aparto un poco.
-Si, podria estar tirada sobre el piso con un charco de sangre rodeandome, coformate con eso- le trato de reír pero me duele estirar la piel abierta, le dedico un rasgo en la comisura de mis labios-¿Se salvará?
Marco voltea hacia el cuerpo de la chica quien ya tiene una venda alrededor de su cintura.
-Eso parece, lograron sacar la bala a tiempo pero no la mandaran de regreso a la capital- dice algo molesto, si se algo que enfurece a Marco es dejar a heridos en territorio peligroso, se que quiere enfrentarse al general Tomás.
-Estará bien, todos hemos sido entrenados para esto ¿no?- lo último me sale dolido. Puesto que no me esperaba que les diera igual la Salud de un soldado, me enoja saber que tendremos que seguir peleando y la chica esta herida, herida de bala.
-Supongo- Marco se encoje de hombros y luego fija la mirada detrás de nosotros Omar viene con su legión detrás, molesto más que preocupado.
Nos esquiva y se dirige hacia su amiga su legión se queda a un lado de nosotros. Los demás intentan no mirar, hay algo mal aquí. Omar aparta salvajemente a los doctores que intentan salvar la vida de la chica, desenvaina la espada y yo actuo por impulso, llegó antes de su espada se inserte en el cuerpo de la chica, bloqueo su ataque y me asesina con la mirada, yo también estoy enojada.
-¡Quítate del medio!- me grita, me lástima los oídos.
-¿No es tu compañera?- le pregunto- Es de tu legión y aun así la tratas de lastimar.
-Es un trato que tenemos, nadie puede salir lastimado y si lo es, no sirve dentro de la legión- me comienzo a reír por lo bajo, es idiota.
-Entonces si tu fueras el lastimado te tendrían que dejar de lado porque eres basura ¿no?- empujo su espada y lo aparto violentamente.
-Soy el líder, nadie puede quitarme de mi puesto-
-Según tu trato si, la vida de todos es importante y si para ti no significa nada perdona que te lo diga pero eres imbecil- lo insulto, le doy la mano a la chica para ayudarla a pararse se aferra a mi hombro y se encorva hacia adelante para mitigar el dolor.
-No te debería de importar su vida ¡No sirve!-
-Tu eres el que no sirve, pensar en tu escolta como peones del juego, es de cobardes- el lanza un grito y da un paso hacia adelante, en menos de un parpadeo ya tengo a mi escolta en frente de mi.
-Gracias- me susurra la chica, le asiento la cabeza.
-Así es como debe de trabajar una legión como equipo, como familia, protegerse los unos a los otros- me doy la vuelta y le digo a la chica que vayamos a sentarla a otro lado, su legión llega y me ayuda con ella. Omar más enojado que nunca saca su pistola y me apunta a la cabeza.
-Otro paso más y te vuelo el corazón- Susejh le apuntaba con su francotirador, Omar se de cuenta que no puede ganar, baja las armas y se va caminando al lado contrario.
La legión no es un escudo, es un equipo.
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Los Cien Pisos (#Wattys2016)
Ficção CientíficaNadie sale, nada entra. Una guerra destruyó el mundo para recobrar lo perdido Los capitalistas viven debajo del suelo, mientras que los rebeldes están afuera respirando el aire puro sin problema alguno ¿De que color era el cielo? No lo recuerdo Deb...