《•13•》

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Los días pasaron, aburridos y constantemente repetitivos, por la mañana el colegio, por la tarde...nada... salir de ves en cuando con los chicos, pero nada más interesante que eso. Tuvimos pláticas acerca de todos los trabajos que podíamos elegir, maestros, medicos, cocineros, eruditos, limpiadores, capitalistas vinieron a hablarnos del porque deberíamos escoger su trabajo. Me quedé fascinada con la presentación de los Capitalistas, hablaron acerca de sus trajes y del mundo exterior, de que estrategias usaban y del equipo que se les daba.

Caminábamos con dirección a la cafetería, las hermanas Ana llegarán después, se quedaron preguntando algo al profesor acerca de matemática avanzada, con gusto se los enseñaria pero me dijeron que no querían molestarme. Estábamos ya reunidos en una de las mesas comiendo carne asada con vegetal horneados, no me gustaban, así que de ves en cuando se los pasaba al plato de Aciel y el se los comía por mi.

-Después de tanta plática ya no quiero volver a oír acerca de cocina o productos de limpieza- se quejaba Marco

-Yo escuché atentamente todas las pláticas, a pesar de saber que trabajo voy a elegir- Suse habló entre su comida

-Me encantó cuando los médicos pasaron a nuestro salón, salvare muchas vidas cuando tenga la suficiente edad- Decía Alessandra

-Los Capitalistas hablaron muy detalladamente de lo que hacían, definitivamente escogere ese trabajo- dije, las hermanas Ana por fin llegaron, saludaron y sólo se quedo Galeana, Vela se fue por su comida.

Continuamos la plática entre risas y discusiones un poco infantiles, de repente, por toda la cafetería se escucho el caer de una bandeja de metal, todos volteamos a la fila de despacho donde Vela estaba tirada en el suelo, con toda la comida embarrada en su uniforme blanco y Victoria se reía de ella, la sangre me comenzaba a hervir.

Me pare decidida de la mesa, Marco trató de detenerme, jale mi brazo y comencé a caminar descontroladamente, con la mirada fija en Victoria quien continuaba su risa de Vela.

-Hay lo siento, no te vi pasar- Decia Victoria

-Pero yo estaba detrás de ti- Decia Vela al borde del llanto

-¿A sí?- se continuaba burlando de ella

-¿Qué paso, Vela?- le tendi la mano para que se parara, justo cuando Vela iba a tomarla, Victoria lanzó su bandeja a la cabeza de Vela haciendo que retrocediera de un movimiento,  tapándose la cabeza con sus manos.

-¿Qué te pasa?- me giré hacia Victoria

-Nada, se me cayó "accidentalmente"- dijo en un tono amenazador

-Accidentalmente es como te voy a dejar la cara- me empezaba a enojar bastante, de nuevo, le volví a tender la mano a Vela, se paró resbalandose, se puso de pie cuando sentí un empujon hacia adelante, giré mi torzo y todo paso en cámara lenta.

Mi puño fue a dar directamente a su cara, no se lo esperaba y lanzó un grito que sonó por toda la cafetería, sabía que Victoria no iba a dejar esto así, se paró y lanzó un puñetazo tan débil que agarre su mano y la torci hacia un lado, de nuevo un grito salió por su boca. Con su otra mano, me jaló en pelo hacia atrás, me contraje safandome de su agarre. Las dos estábamos paradas, a ella le comenzaba a sangrar la nariz del golpe, la cabeza me palpitaba gracias a que jalo de mi cabello muy fuerte. Coloque mi puños en frente de mi cara como me habia enseñado mi mama. Ella trató de copiar mi movimiento, aunque estaba claro que no sabía como pelear, ella lanzó otro golpe que esquive con facilidad, otro, otro y otro más. Eran demasiado lentos para mi, decidí acabar con esto lanzandole una patada a su lado derecho, sobre las costillas. Se agarró el lugar y se desplomó sobre el suelo.

-¡Hey!- llegó un grupo de capitalistas

-Ella me golpeó Capitalista- se escudo Victoria, Susejh, Alessandra, Aciel, Marco y la hermana de Vela estaban ahí, viendo lo que había hecho.

-Eso no es verdad- respondí yo

-No me interesa quien desató el conflicto, las dos tendrán una llamada de atención, habrán sus sistemas para que pueda ver su perfil de identificación- dijo, me llegó de golpe el aviso, una llamada más y me iré de nuevo al aislamiento, que diablos, ya tengo el aislamiento. Victoria abrió rápidamente su sistema dejando ver sólo sus 2 mensajes de atención, abrí mi sistema dejando ver los 14 que tenía.

-Victoria Enielle, ahora tienes 4 llamadas de atención, puedes irte- se paró del suelo llendose con su grupo de seguidores,la gente no se iba, saben claramente lo que me espera.

-Samanta Mondragón, ahora tienes 15 llamadas de atención, es mi deber llevarte ante el consejo a que te juzguen y decidan cual es tu castigo.

Asenti lentamente, ya sabía el proceso, me di media vuelta y coloque mis manos sobre mi espalda, me pusieron el artefacto que oprime los deseos de zafarse, por lo tanto no iba a poder escapar. No me daba pena ni miedo ir al aislamiento, le prometí a Mirahí que ya no volvería a ese lugar, le falle.

Me condujeron al elevador, al piso 99, el piso del concejo de la capital.
Pasamos por la entrada donde el scanner leyó mi tarjeta, entramos a una pequeña sala blanca, donde una silla de metal me espera, me senté sobre la silla, sin quitarme el artefacto, el Capitalista salió de nuevo por la puerta, luego las paredes se movían hasta dejar ver el amplio salón, los candelabros de plata colgaban sobre el techo, los elegidos, son los que me juzgan sentados al rededor del lugar que tiene forma de semicirculo. Comenzó tan rápido que me sobresalte al escuchar la voz por el amplificador.

-Samanta Mondragón- dijo el líder del concejo, Lord Avenarus, tan viejo que desde su posición podría ver la calva y los cabellos blancos de su cabeza

-Soy yo- le dije

-Hija de la pareja de Capitalistas denominados "Los Mondragón", tu madre capitalista tu padre erudito, muertos por ataque rebelde sobre el oceano oeste a la capital,vives en el recinto número 239, junto con tu hermano Fernando Mondragón, tu prima menor Mirahí Solano y tu prima mayor Denisse Harpeti, -¿Cierto?- asenti- estas aquí por tu décimo quinta llamada de rebeldía, según tu historial- no estaba poniendo atención, contestaba aleatoriamente

-Si-

-Bien, según las leyes y reformas del trato de paz entre las capitales, se te mandara al aislamiento en el piso 2 durante 3 días, ¿Estas consiente del porque?

-Por supuesto Lord Avenarus- dije

-Excelente, se les avisará a tus familiares de tu condición, esperamos que recapacites tu acto de rebeldía y te apenes por haberlo hecho- dijo con voz grave y profunda

-Juro por las leyes, que recapacitare mis actos y volveré hecha un ser humano nuevo, por los Capitalistas y por el Dictador de la capital central occidental, el señor Lonerí Gustav- dije de mala gana, me hacían decirlo para que me fuera.

Me pare de mi silla y como por arte de magia de nuevo estaba encerrada en el cuarto blanco, el Capitalista llegó tomándome muy fuerte por el hombro.

Los números azules del elevador subían y subían, pase el piso de mi recinto, el piso de aprendizaje medio, pero el piso que esperaba y que sólo pude observar durante un segundo fue el piso de educación básica, el piso donde estudiaba Mirahí. Llegamos al lugar y pasábamos por las celdas de metal gris.  Llegamos a lo que iba ser mi encierro durante estos días.

Pase al pequeño cuarto, a mi lado izquierdo la cama se extendía desde la esquina hasta la entrada de rejilla, del lado derecho un espejo y otra puerta,  de metal blanca, dándo al baño, solo la regadera y el inodoro,  por encima de mi cama había una ventana, no más de veinte centímetros de alto.  Sentí que el artefacto emitió un pitido, dando a entender que lanzó la onda electromagnética desactivando mi tarjeta.  El capitalista salió,  camine hacia mi cama recostandome en esta.  Recapasitando lo que habia dicho Lord Avenarus,  mis padres muertos por ataque rebelde, el comunicado decía que habia sido falla de la nave y que simplemente se desplomó sobre el océano.

Podría ser de dos,  la primera,  el comunicado se recibió mal y de verdad los rebeldes mataron a mis padres o que el Consejo y el dictador esconden algo acerca de mis padres,  lo que me lleva a pensar,  que tal vez,  solo tal ves,  estén vivos.

Los Cien Pisos (#Wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora