《•70•》

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Pasaron dos días de nuestro "descanso" en ese tiempo no tocamos ningún tema de guerra ni tampoco agarramos nuestras armas. Sólo fue dejar de pensar en lo que somos.

Pero ya había llegado el momento de partir.

La gente entraba y salía del elevador, mientras nosotros subiamos de piso en piso hacia el primero. Cuando se abrieron las puertas los capitalistas que estaban ahí se quitaron de inmediato. Aun con estos días de reposo, de ves en cuando toso sin sentido, el diagnóstico médico decía que había sufrido una intoxicación de grado tres, por lo que mi sangre se contamino.

La tropa uno es la que encabeza a todo el ejército que va hacia la ciudad. Así que me acerco hacia ellos, al principio algunos nos miran mal, mientras que otros se acercan a conversar. Entre ellos se encuentra la chica de la aeronave. Quien sigue teniendo esa chispa en los ojos que hace que confíe en ella. Platicamos un rato y después alguien pide silencio.

-Gracias a todos por su sacrifico, les aseguramos que el dia de hoy tendremos control sobre el territorio peleado y conquistaremos la ciudad Cúspide- nadie habla ni hacemos comentarios. Me mantengo neutra frente a esta situación.

-Somos demasiados los que iremos a batallar, debieron darles el número de su tropa al reclutarlos, todos deberán de acatar órdenes del jefe de su tropa quien se encargará de presentarse dentro de la aeronave, la tropa uno es la que irá más allá dentro de la capital y tiene permiso de moverse por toda la ciudad si es necesario, los demás mantenganse al margen de su sector- un hombre habla al lado de mi, molesto lanza groserías entre dientes.

-Dadas las órdenes partiremos de inmediato, la tropa uno se viene conmigo, los demás sigan las indicaciones de sus lideres para avanzar- la mujer comienza a caminar hacia afuera y me abro paso entre la gente, sorprendida porque la estoy siguiendo de cerca.

Afuera todo intenta recuperarse tras el ataque, ciertamente habían destruido varias cosas como transportes o puestos de ayuda. Las aeronaves que quedaron se fueron repartidas entre todo el ejército que íbamos. Varias capitales enviaron a sus más fuertes legiones, entre dos o tres incluso más, pero de la capital central del occidente sólo estamos nosotros, la unica legión que logró llegar al sector A.

Tomamos uno de las aeronaves, en lo que las demas se acomodan y todos estanos listos. Una legión entre al apar de nosotros, me alegro de que sea la legión de la chica. Por lo menos una a la que le puedo hablar sin problemas.

-¡Oh Samanta! - hablando de ella...

-Mariana- le digo cuando entran por la rampa.

-Seremos compañeras de tropa, ¿no es emocionante?- pregunta.

-Algo- le digo. Tomo asiento junto a Marco quien me dedica una sonrisa burlona y viendo a Mariana.

-Ya tienes una amiga- me susurra en mi oído.

-Callate- le digo sonriendo.

Entran sólo tres legiones más y la rampa se cierra dejándonos unos segundos en penumbra para que luego se enciendan unas luces debajo de los asientos colocados en filas paralelas en cada pared.

Decido cruzarme de brazos y piernas mientras espero a que den órdenes. Siento como alguien toma el lugar al lado mío, un poco brusco, Mariana me mira fijamente.

-¿Algún consejo?- tiene las manos sobre los muslos y está inclinada hacia adelante esperando mi respuesta.

-¿Acerca?

-Bueno, ustedes salieron ilesos de ciudad Cúspide y pensaba que tendrías algo que decirme como estrategias... algo así...

Se rasca la nuca mientras lo dice. Todos dicen que ciudad Cúspide es algo terrible y es la peor situación que se puede encontrar un capitalista. Cuando terminamos en aquel peligroso problema la ciudad estaba en calma, no nos topamos con demasiados rebeldes como lo pensaba.

-Sólo querías hablar con ella Mariana- un hombre que sigue doblandome la estatura habla. Mariana se pellizca los muslos y luego se ríe.

-Soy el líder de la Legión Dessnia, dime Loren- me da la mano, parece amistoso.

-Samanta- se la estrecho.

-Así que unos niños salieron de ciudad Cúspide vivos y caminando

Ahora ya no me parece tan amistoso. Hago una mueca de cansancio.

-Tranquila es un halago, no cualquiera tiene habilidades como las suyas tan jóvenes- dice riéndose, es una risa ronca y profunda. Me recuerda a mi padre cuando soltaba un chiste malo durante la comida.

-Gracias, supongo.

-No se sientan intimidados por los demás, son hipócritas por no conseguir medallas antes que ustedes- me dice casi en susurro. Pongo una sonrisa en mi cara. Me alegro que alguien esté de mi lado, o al menos no me trate mal.

-Podríamos estar con ustedes en esta misión- comenta Loren.

No se porque, de repente pienso que es una mala idea. Se me viene a la mente la palabra "culpa". Tomo  decisiones muy arriesgadas, con ellos a un lado de mi tendré que frenar mi impulso suicida. Me imagino a ellos muriendo por mi culpa, por una acción rápida o una orden mal dada. La culpa se me sube y me pita los oídos. Mala idea. Me apanica.

-La verdad somos algo impulsivos- No sabía que mi legión había guardado silencio cuando Loren se había presentado. Marco me salva de gritarles un ¡no!.

-Nos gusta tentar la muerte- agrega Susejh.

-Es verdad, a nadie se le abría ocurrido la idea de saltar de una aeronave, menos en aquella situación- Loren afirma lo dicho- Todo es el pensar de su líder ¿Verdad?

Mi legión asiente sonriendo.

Otra idea se me viene a la mente. Siempre soy yo la que da las órdenes peligrosas, soy yo la que decido si atacamos o no.  Soy yo la que los lleva  a su muerte si fuese el caso.

-No nos preocupa.

-Todas las estrategias que tenemos son demasiado exactas, siempre somos nosotros los vencedores, al menos hasta ahora- Joshua me escuda. Gracias Josh.

-En general, no somos una legión más ni pensamos serlo. Ustedes deberían hacer algo que destaque, así conseguirán lo que todo capitalista quiere-le digo cruzandome de brazos.

-Intentamos, no es fácil pensar arriesgadamente.

A mi me sale de lo más normal.

Nos quedamos en silencio unos segundos. Acaricio suavemente el mango de mi espada y siento el grabado sobre el metal que nos distingue de los demas, AlfaOmega se graba sobre mi dedos. Marco me mueve el brazo. Pongo mi atención sobre el.

-Ciudad Cúspide estaba muy sola la vez que nos metimos en ella ¿no?

-Si, ¿porque preguntas?- mi cerebro me gana de nuevo y abro mis ojos demasiado.

-Así es, ya se que tu eres la líder y decidiras que hacer en tal caso pero...

-Debemos estar preparados para lo que sea-

A lo largo de los años  ninguno de los dos bandos dentro de la guerra a ganado, tanto Rebeldes como Capitalista tienen territorios controlados alrededor del mundo y ninguno tiene más que el otro. Al menos es lo que creo ya que siempre nos han dicho que nosotros somos el lado más avanzado. Otra mentira más que decir.

Si los Rebeldes no están tan atrasados como dicen los superiores, entonces algo nos espera en la ciudad. Algo grande y suficiente como para hacernos frente a todo el ejercito que llegaremos.

Tengo un mal presentimiento. Demasiado malo.

Me pongo de pie sin avisar y me dirijo hacia la cabina, tengo que informar a la general de lo que puede suceder pero justo cuando voy a abrir la puerta el piloto comunica por el altavoz.

Les informamos a todos los soldados que hemos llegado a ciudad Cúspide

Preparence para el descenso

Los Cien Pisos (#Wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora