16: "El beso."

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-Muy bien, ¿y ahora qué haremos?-pregunto aún con cierta inquietud en mí asiento. Ethan está en el pueblo y ahora resulta qué debo esperar. Ja

-Sarah, no podemos llegar así como así, debemos esperar-explica-. Ahora vamos a ver un viejo amigo, él nos dirá quién reside en ese lugar-

-No creo que alguien resida, debe tratarse de un viejo almacén-respondo con mala gana. Recuesto mí espalda en el asiento y subo mis piernas en el tablero, Frida gruñe y niega ante mí actitud.

Luego de unos minutos, abarca frente a lo qué parece ser un bar y se baja sin decir nada, hago lo mismo y le sigo el paso. Dos grandes hombres que se encuentran en la entrada simplemente se apartan y nos dejan entrar, sin preguntar nuestras identidades. Frida me guía por un pasillo y arrugo mí frente cuándo la música se hace más audible.

Muchos cuerpos recostándose entre ellos y labios devorándose unos con otros son las primeras cosas que consigo ante mis ojos, el alcohol se ve influenciado en cada persona, tanto qué ni siquiera deben estar percatados del peligro qué tenían a sus espaldas. Y lo digo porque al menos cinco vampiros asechaban en la pista. Frida parece darse cuenta de ello y me ayuda avanzar más rápido. Subimos unas escaleras y entramos en lo que parece una oficina, aquí ya el ruido disminuye debido al material en las paredes. Escaneo la habitación y me detengo frente a un hombre barbudo qué tenía cargadas en sus piernas, a nada más y nada menos que dos mujeres con poca ropa. Estas nos observan con cejas levantadas y son corridas al instante qué el hombre nos ve.

-Frida, ¡qué sorpresa!-exclama el hombre. Este luce un traje de saco, algo fuera de lugar para dicho sitio. Su cabello es castaño y tiene una corta barba pegada en su mandíbula. Él se gira a verme y me sonríe al encontrarme observándolo, sus ojos cafés estallan en admiración-. Y traes una muy hermosa acompañante-

-Deja el juego, Ulises-Frida vira los ojos-. Vengo a preguntar sobre algo-

-Cómo siempre, no me sorprende-dice aclarando su garganta-. ¿Qué quieres saber?-

- ¿Qué se dice de los almacenes Denver?-pregunta-. Aquellos en 14A-

-Abandonados, ya lo sabes-se encoge de hombros-. Los Denver desaparecieron hace mucho y eso quedó abandonado-

- ¿Seguro?-contraataca Frida-. Porque me parece qué estás mintiendo-

Ulises se queda observando su rostro de manera detallada y sonríe luego de un rato, niega levemente y se apoya sobre su escritorio.

- ¿Otra vez metiéndote en problemas?-pregunta-. Ahí nadie reside, pues ni un loco lo haría. Pero, sí hay sujetos que utilizan el espacio. ¿En qué? No tengo idea y tampoco quiero entrometerme-

-Entonces dices que los hermanos Bahamonde ahora son dueños de eso-Frida voltea a verme-. ¿De maravilla no?-

-Hey hey, yo no dije nada-se defiende el hombre-. Frida, ya tengo muchos problemas. Así que sí eso es todo lo qué quieres saber, puedes retirarte-

-Gracias, Ulises. ¡Tú hermoso rostro permanecerá así por más tiempo!-exclama la rubia antes de salir de la habitación conmigo detrás. Bajamos nuevamente las escaleras y volvemos a pasar y empujar cada cuerpo bloqueando nuestra salida, pero a diferencia de la primera vez, me detengo frente a un chico que me observa detalladamente, con curiosidad en sus ojos.

Es alto, su cabello es algo corto y de color castaño, al igual que sus ojos. La tez de su piel es algo pálida y pude reconocer qué no era ningún mutante, sólo un humano con posibles hormonas alborotadas. Intento pasar por un lado de su cuerpo pero él se interpone en el camino, le dedico una mirada fulminante y suelto su agarre.

Avenencia. [#1 LIBRO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora