43: "Emboscada."

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Con lo fijos que se han quedado mis ojos en aquella ventana, puedo ver cada detalle. Estoy de vuelta a casa de los Graham, después de la original. Ethan ahora se está quedando con los Graham la mayoría del tiempo, así que estaba aquí cuando llegué. Emily ha salido fuera del pueblo para visitar familiares que también son parte de la manada, por lo tanto Tyler se quedará solo hasta que su hermano decida volver. Nadie ha tocado el tema pero estoy segura de que se trata de reuniones en su manada.

- ¿Puedo?-pregunta Elias a mis espaldas y me giro para verlo. Asiento levemente y vuelvo a mirar hacia la ventana.

Desde que Elias me ha dicho aquello último cuando Ethan me mencionó lo que está sucediendo entre nosotros dos, se ha vuelto algo callado. Y no lo culpo, yo me encuentro sin saber qué hacer. No he estado tan cerca de un chico, el más cercano ha sido Ethan y fue un tema distinto. Así que no sabré cómo actuar, pensar o sentirme.

- ¿Quieres hablar?-pregunta y pestañeo varias veces, volviendo a la realidad.

-Estoy cansada pero no puedo dejar de pensar-digo de repente y al ver su expresión de confusión, explico-. Siento que nunca estarán bien las cosas-

-Ha terminado, Sarah. Ya no habrán más muertes-dice ya sentado a mi lado y me niego a creer en eso.

-Oliver y Amber son solo dos mutantes menos en este lugar, estoy segura que vendrán muchos más y con peores intenciones-volteo a verlo-. ¿Qué sucederá con Bastian y las visiones?-

-No importa ahora. Y si llega a suceder algo, de todos modos lograremos detenerlo-me alienta.

-Andrew ha estado actuando extraño, ni siquiera he podido verlo y hablar con él-agacho la cabeza-. Estoy empezando a creer que sus visiones sí son reales-

-Lo dudo, Andrew es tu guardián, ¿no?-asiento y besa mi cabeza-. Descansa, Sarah-

Lo veo rodear la cama, hago lo mismo y me acuesto de mi lado. Ya llevo la pijama puesta y me he duchado antes, sólo me queda dejar de pensar para lograr dormir. Elias se quita la camisa y se me queda observando algo indeciso, queriendo averiguar si dormir aquí, conmigo, en su cama. Mis ojos no se despegan de los suyos hasta que finalmente abre paso entre las sábanas y entra a mi lado. No se acerca más de la mitad, al menos no hasta que me giro a verlo y me atrae para abrazarme.

-Descansa, Elias-susurro antes de cerrar mis ojos y caer rendida por el cansancio.


Despierto a mitad de la noche, o madrugada. Pienso que me encuentro en un sueño pero descubro que no es así cuando noto a Elias a mi lado, la luna aún brillante y mis manos correctamente ordenadas. En la ventana hay una silueta y la identifico como la de Andrew, por lo que destapo mi cuerpo de las sábanas y salto hasta ese lugar. La silueta corre antes de que pudiese llegar. Cuando me asomo sólo logro ver su cuerpo alejarse corriendo y se gira entre los árboles para verme. Me sonríe y cuando abro la ventana para seguirlo, un dolor punzante en mi estómago me detiene. Bajo la mirada hasta ese área y palidezco cuando noto una espada atravesándome.

Repentinamente siento que el aire me falta e intento llamar a Elias, pero este ni siquiera se percata de que me he levantado. Todos sus sentidos se encuentran apagados. Intento acerca a él pero el desespero me obliga a detenerme. Elias finalmente parece percibir el olor a sangre porque se levanta de golpe y con aspecto soñoliento, avanza hasta donde me encuentro ya arrodillada. El dolor que la herida está ocasionando es terrible.

-Lo sacaré, aguanta-y dicho esto, agarra la espada y de un solo tirón la saca.

Algo muy extraño sucede. La espada no tiene sangre, ni mucho menos he derramado. Aterrada levanto mi camisa y palidezco aún más cuando no encuentro herida alguna. Intento regular mi respiración y observo a Elias quien también luce desconcertado e intenta conseguir explicación. Andrew estuvo aquí, sentí el dolor de la espada que repentinamente me atravesó. No estoy loca. Lo vi, Elias también. ¿Qué pasó entonces?

Avenencia. [#1 LIBRO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora