Jane;
Cuando finalmente veo que Oliver sale en su auto, decido entrar a la casa. Luego de pensar un poco, he llegado a la conclusión de que no debería saber que he venido de repente. Y menos si llego a hablar con Damien sobre sus intenciones.
- ¿Damien?-murmuro al verlo de espaldas. Luce moribundo y encorvado desde su cama.
Me acerco un poco más y siento mi corazón comenzar a latir más rápido al detectar sangre en sus manos, las cuales sostienen una fotografía de Daliah. Una de mis manos se dirige a su hombro y lo giro hacia mí. Toda su boca también está llena de sangre, sus ojos se encuentran rojos y juzgando por su aspecto, no se ha duchado en mucho tiempo.
- ¿Qué te sucedió?-digo intentando contener las lágrimas y me agacho a la altura de sus ojos.
Damien no responde pero sí rompe en llanto, la tez de su piel luce sumamente pálida y me extraña que luzca de esa manera. Sólo sucede cuando dejamos de ingerir sangre por muchísimo tiempo, son las últimas fases antes de ser comidos por el virus. Sin pensarlo dos veces lío mis brazos alrededor de su cuerpo e intento calmarlo.
-No sabía que era ella, lo juro-dijo y lo repitió una tres veces más, remarcando en sus palabras las dos últimas.
- ¿De qué hablas?-pregunto intentando controlarlo pero ni siquiera me miró a los ojos-. Damien, por favor. Dime qué sucede-
-Supe que era su sangre en el momento en que la olí y probé. Me hizo comer a mi propia esposa-susurró muy bajo pero mis oídos lograron escucharlo-. Lo siento, Daliah-quebró su voz al final y volvió a romper en llanto.
Inconscientemente me levanto y me quedo observándolo desde mi lugar. Damien ha perdido la cordura y Oliver se ha ido encargando de enfermarlo más. La muerte de Daliah le ha afectado y no creo que esté consciente de lo que dice como para darme detalles sobre Oliver y Amber, ni mucho menos para recordarse de aquello que nos puede ser útil.
-Damien, vendrás conmigo, recoge tus cosas-digo con rapidez y antes de que corriera hacia su armario, me agarra con fuerza desde la muñeca.
-El daño ya está hecho, Jane-dice mirándome fijamente por primera vez-. Detenlo por favor, hazlo ahora-pide y asiento antes de prepararme para sanarlo.
-Detendré el dolor y te sanaré, tranquilo-limpio mis lágrimas y agarro su mano.
-No Jane, así no-dice casi perdiendo la voz, suena cada vez más débil a medida que lo pide-. Si quieren detener a Amber, deben primero que acabar con sus fuentes de alimentación-
- ¿Qué quieres que haga entonces?-pregunto entre lágrimas.
-Mátame y le quitarás gran parte de su fuerza-dice finalmente-. Hazlo Jane-
-No, no, no. Encontraremos otra manera, te lo juro-me siento a su lado e intento abrazarlo, pero me aparta. El labio me tiembla más que antes.
-Jane, déjame ir con tu madre-termina de decir y la habitación se envuelve en un silencio profundo, ninguna otra cosa que no fuese nuestros latidos era lo que nos rodeaba-. Los mutantes sobreviven gracias a dos cosas, la sangre y su humanidad. Ustedes a pesar de no ser nuestros hijos propios, lo sentíamos así siempre. Ustedes fueron nuestro rayo de luz al final del pasillo, y es nuestro momento de serlo para ustedes-
No respondo a sus palabras. Todo lo que debía ser dicho, lo fue y no tengo más opciones que hacer lo que me pide. Nada de esto sucedería si fuese necesario. Damien está sufriendo, y soy yo quien debe acabar con su sufrimiento. Aunque con todo el dolor del mundo, me relajo y saco las garras. Damien recuesta su espalda en mi pecho y llevo mi mano hasta el lado izquierdo de su pecho. Presiono en esa área y cierro los ojos antes de comenzar a traspasar su piel.
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Avenencia. [#1 LIBRO]
FantasíaLa adrenalina corre por sus venas, y el peligro saborea sus labios. Sarah Parks, una chica común y corriente, o al menos eso parecía antes de ser visitada por una pequeña e inocente niña en busca de ayuda para escapar de ciertos sujetos que la persi...