23: "La cruda realidad."

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Una punzada en la cabeza me hace quejar entre dientes, las correas que sostienen con fuerza mis brazos me hacen recordar dónde estoy, por lo que intento abrir los ojos nuevamente. La luz de una lámpara me ciega completamente, esta esta a tan sólo unos centímetros de mi rostro y es apartada al lograr despertar completamente.

-Agua-susurro casi audible, mi garganta arde horrible y no tengo ni idea en qué día estamos.

Un pote de agua es posicionado en mis labios por un hombre alto, pude haberlo reconocido como uno de los hombres que trabajan para los Bahamonde pero ni quise detallar sus facciones, sólo me concentro en no despreciar el agua que ahora corre por mi garganta. Comienzo a toser sin parar y vuelvo a beber de la botella plástica. Obviamente el ardor sigue ahí e intento mantenerme despierta a pesar de que mis ánimos estaban más abajo del suelo. Giro mi cabeza hacia mi lado izquierdo y me consigo con una bolsa guindando justo a mi lado, está conectada a un pequeño tubo y este está conectado justo en mi brazo, succionando la sangre desde este.

Siento que me sofoco y comienzo a llorar incluso sintiéndome deshidratada, el terrible sentimiento de que no podía moverme y que mi sangre estaba siendo sacada de mi cuerpo, no era la mejor noticia al despertar. El hombre a mi lado ya no se encuentra allí y recuerdo a mis dos compañeros de habitación, Jane y Elias. No los he escuchado por lo que volteo a ver el lugar dónde por última vez se encontraban, pero no lo conseguí. El cuerpo de Jane y Elias ya no estaban allí y sólo quedaban las sogas tiradas en el suelo, ¿se habían ido? ¿qué les habían hecho?

Muchas preguntas rodean por mi mente y antes de que intentara gritar, la puerta de hierro es abierta y el hombre a mi lado se retira. Espero que los pasos se hagan más cercanos para lograr ver el rostro de Blake con más claridad, este no luce muy feliz pero al verme en estas circunstancias, sonríe. En ese momento olvidé las lágrimas y el ardor, sólo me concentro en todos sus movimientos.

- ¡Vaya! Pensé que nunca ibas a despertar, ya me comenzaba a preocupar por ti-dice y puedo sentir mi sangre hervir bajo mi piel.

- ¿Cuánto he durado dormida?-pregunto sin importar lo mal que sonaba, me encuentro tan cansada que sólo quería salir de aquí.

-Un día, dos, quizás menos-calcula en voz alta.

¿He durado tanto tiempo de esta manera?

- ¿Desde cuándo tengo esto en mi brazo?-digo al borde de perder la cordura y comenzar a llorar de nuevo.

-Desde qué te haz dormido. Pero tranquila, lo he sacado unas cuantas horas-camina alrededor de la camilla hasta sentarse a mi lado-. Es más, creo que es hora de quitarlo, a menos que quiera matarte-

- ¿Eso no es lo qué quieres?-cierro mis ojos mientras hablo con repugnancia.

-Oh no, eso estropearía todo-niega levemente-. Pienso hacerlo con calma, así podré extraer correctamente toda tu sangre y usarla en lo que desee-se encoge de hombros.

Blake agarra mi brazo y saca con cuidado la aguja, limpia esa área con algodón y alcohol coloca una pequeña cura. Mis muñecas y brazos son liberados, luego bajó a mis piernas finalmente todo mi cuerpo, intento moverme pero el cansancio me gana, por lo que decido quedarme quieta en mi lugar. Blake mete sus manos por debajo de mi espalda y me levanta para colocarme de pie. osa que no es de buena idea ya que al intentar mantenerme, caigo al piso en el instante que me suelta.

Mi cabeza da vueltas y siento repentinas ganas de vomitar pero ni eso puedo lograr, los brazos de Blake me sostienen de nuevo y me cargan sobre su espalda con tranquilidad. No sé a dónde me lleva, sólo sé que sentía estar al borde de la muerte. Me encuentro sedienta, con hambre y muy pocas energías, mi sangre ha estado siendo extraída de mi cuerpo sin previo aviso y quién sabe cuántos litros ya han sacado de mí. Todo es tan de repente y luce tan falso que sigo sin querer creerme mi propia vida y todo lo que se oculta detrás de ella.

Avenencia. [#1 LIBRO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora