Al llegar al pueblo, Frida se detiene a unas calles del almacén para no llamar la atención. Ya el sol se había ocultado por completo y la falta de luz cae rápidamente en el pueblo, por lo que nos da ventaja de lograr desplazarnos por los edificios y callejones. Cada edificio tiene espacios angostos a los lados, pueden llevar a un callejón sin salida o a una puerta trasera del lugar.
Finalmente estamos en la acera frente al almacén, nos ocultamos entre pipotes de basura y nos ocultamos para que no logren vernos. La puerta ya no tenía los grandes candados que antes por lo que daba a entender que estaban adentro, y Ethan junto a ellos. Esperamos largos minutos después hasta que por fin logramos captar movimiento. Un hombre de más o menos metro ochenta y cinco, viste de negro y parece asqueado al observar sus manos, me fijo en esa área y siento como mi cuerpo se tensa completamente al descubrir la razón, tiene sangre en ellas. Frida parece darse cuenta también porque me agarra del brazo y me hace una seña de precaución, sabía que una de mis intensiones era el salir corriendo hacia allá y buscar a Ethan, cosa que era realmente una idiotez porque no dudarían en matarme.
El hombre espera otros largos minutos afuera del almacén agotando así toda mi paciencia, hasta que logro captar a otro hombre acercarse a él, viste de rojo con negro, se dan un choque de manos y entran de nuevo al almacén. Frida gruñe a su dirección y presiona con fuerza la lámpara de mano que lleva.
- ¿Cuál de ellos es Bahamonde?-pregunto mirando a su dirección.
-Ninguno, sólo son matones de su equipo-contesta con dureza y sin querer voltear la mirada.
- ¿Cómo sabes de todos ellos?-levanto una ceja.
-Simplemente lo sé, conocí a esos idiotas tiempo atrás en un enfrentamiento-dice-. Los Bahamonde son cuatro hermanos pero sólo tres de ellos son considerados líderes por tener mayoría de edad-se encoge de hombros.
- ¿Y qué pasa con el cuarto hermano?-
-Él se encarga del trabajo sucio-ríe sin gracia.
Vuelvo mi vista al almacén cuando escucho una puerta abrirse, son ellos de nuevo pero esta vez van acompañados por otro sujeto que mide un poco menos y sólo lleva una camisa, no parece importarle el frío de la noche, tiene una chaqueta de cuero a sus manos y juzgando por su aspecto, no era más que un fanfarrón.
-Él es Blake Bahamonde, el cuarto hermano-dice Frida sacándome de pensamientos.
Mientras los otros terminan de cerrar el almacén, Blake se monta en un BMW junto a los otros sujetos y arranca luego de un minuto, ya no había nadie en el almacén por lo que ya teníamos en claro el horario de su estancia en el lugar. Frida sale sin preocupación de su lugar y avanza hacia la acera de enfrente, sacude los candados de las puertas e inspecciona el área.
-Se pueden romper, abrir, no sé-parece hablar con ella misma por lo que aguardo silencio-. Será un poco difícil entrar-
- ¿No hay puertas traseras?-pregunto y me encojo de hombros cuando voltea a verme-. Todos estos sitios deben tener por seguridad-
La rubia observa los costados y se introduce en uno de ellos conmigo atrás mientras enciende la lámpara causando al menos cinco ratas salen de sus escondites, procuro no chillar de sorpresa por su gran tamaño. Vuelvo mi vista al frente e inspecciono la puerta frente a nosotras, como antes lo había previsto sí existía una pero esta no abre si no es por dentro.
-Nos serviría como puerta de escape-dice haciendo un gesto extraño con sus manos.
Abro mi boca para decir algo pero me detengo al instante que escucho pasos y seguidamente, la puerta que observábamos se abre, Frida retrocede y se tensa al ver dos sujetos salir del almacén, ellos parecen vernos también y nos muestran sus afilados colmillos. No dudo en girarme y correr lejos con Frida atrás. Los hombres intentan detenernos con sus llamados y siento que mis piernas se tambalean al escuchar lo cerca que se encuentran, no me detengo y apresuro mi paso al ver que Frida se adelanta mucho más que yo. Maldigo el momento en que dejamos el auto tan lejos y volteo a ver a mis espaldas queriendo no conseguir más rastros de aquellos sujetos pero, no fue así. Venían aún persiguiéndonos y de muy cerca.
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Avenencia. [#1 LIBRO]
FantasyLa adrenalina corre por sus venas, y el peligro saborea sus labios. Sarah Parks, una chica común y corriente, o al menos eso parecía antes de ser visitada por una pequeña e inocente niña en busca de ayuda para escapar de ciertos sujetos que la persi...