07: "Estás muerta pequeña Sarah."

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Hojeé nuevamente las páginas del libro que Oliver me había entregado antes de decirme, o mejor dicho, antes de haberme ordenado el alejarme de Elias. ¿Por qué tanta necesidad? Ni siquiera había cercanía entre nosotros dos, de hecho hasta llegaba a pensar que mi presencia aquí, le molestaba.

Ladeo mi cabeza y centro nuevamente mí atención a las líneas del libro, que mis dedos recorrían con delicadeza.

La puerta es tocada y abierta al instante, sin esperar respuesta. Era Frida. Lucía unos jeans ajustados y una camisa casi transparente, pues estaba desgastada dejando ver con claridad su también ajustado sostén. Realmente tenía un cuerpo envidiable.

Sonrío de lado, un poco forzada, pero suficiente. Frida se sienta a mí lado y expulsa un largo suspiro.

-Veo que estás practicando. Eso es bueno, ayudará-le escucho decir-. ¿Has aprendido algo?-

-No. De hecho, sólo intento entender para qué se necesitan estas cosas-señalo el libro y la veo virar los ojos irritada.

-Esas cosas son las que necesitamos para conocer el paradero de los Bahamonde, genio-me arrebata el libro de las manos y la veo buscar una página-. Leeremos esta página juntas, sí te concentras lo lograremos-

Seguidamente se sentó mirándome fijamente, colocó sus manos encima de las mías y cerró los ojos. Algo insegura, leí el párrafo hasta aprendérmelo correctamente, y fue así que logré hacer lo mismo que ella.

Comenzamos a repetir aquel escrito más de dos veces, esperando recibir algún resultado y antes de que abriera mis ojos rendida, imágenes repentinas llegaron a mí mente. Era una especie de bosque, estaba desde la cima de una cascada realmente alta y grande.

¿Qué se suponía que conseguiría en aquel lugar?

Seguidamente vi como dos chicas se posicionaban en la orilla de esta, sin temor a caer. Eran vampiros, sus ojos eran de un rojo intenso, suficientes como para atrapar a cualquiera que los observe de manera fija. Realmente eran hermosas y a juzgar por su aspecto, tenían un plan en manos.

Las dos saltan coordinadamente y comienzan a correr a través del bosque, eran demasiado rápidas, ningún humano podría percatarse de su presencia. Las dos mujeres se detienen y trepan por diferentes árboles de misma estatura sin dejar de sonreír. Levantan su mirada y miran fijamente una casa que no se encontraba tan lejos, había un grupo de chicos fuera de esta, justo en el porche.

Las mujeres se acercan más a ellos, dándome la libertad de identificar el rostro de uno de los chicos que se encontraba en el grupo. Mí corazón se detiene al instante en el que reconozco a Ethan al instante, este se encontraba sin camisa al igual que sus amigos, estaba bien. Se veía bien.

Y no te ha llamado.

Sigo observando el momento. Las mujeres saltan frente a ellos captando su atención, haciendo algunos retroceder y rugir molestos. Al momento, dos hombres que aparecen entre los árboles de sus espaldas, se posicionan a los lados de las vampiresas. Y antes de que pudiesen comentar algo, saltan sobre ellos. Ethan se abalanza sobre una de las mujeres, pasando de ser humano a un lobo.

Sus garras atacaban a la mujer, y sin piedad, intentaba llegar a su rostro. Mí garganta se secó al instante.

Ethan se ha convertido.

Lo has visto convertirse. Y nunca lo supiste.

Centré mí atención de nuevo sobre Ethan y, pude notar como intentaba morder el cuello de ella, incluso hasta cuando es fuertemente elevado de un golpe, la mujer sonríe victoriosa y antes de que Ethan se lograse levantar del suelo, una jaula cae sobre él, encerrándolo.

Avenencia. [#1 LIBRO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora