45: "Roce de pieles."

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Una cálida mano se posa en mi mejilla, mis ojos se abren poco a poco y distingo los rostros de mis amigos quienes me observan con preocupación. Varios huesos de mi cuerpo crujen al intentar levantarme, es difícil pero lo logro.

Jane recoge los trozos de la espada del suelo y mientras intentamos apresurarnos en el camino, lágrimas rebeldes me impiden ver con claridad. Casi tropiezo pero Ethan es mucho más rápido, me sostiene y con protección de Elias y Jane, alcanzamos avanzar.

Finalmente llegamos a casa y nos refugiamos allí. Me acuesto sobre el mueble de la sala y por primera vez en bastante tiempo, detallo mi aspecto. La sangre de Andrew y probablemente la mía se encuentran mezcladas sobre mi camiseta y piel. Cosa que me causa un sentimiento abrumador en mi garganta y estómago, están de vuelta las ganas de llorar.

No me puedo contener mucho tiempo y estallo. Sollozos largos me envuelven y me hacen fallar la respiración. La imagen de Andrew aparece en mi mente una y otra vez. A pesar de que no había sido yo quien ha atravesado la espada, me siento como si en realidad hubiese sucedido de tal manera. Los chicos al verme prefieren no decirme nada, sólo se sientan cerca de mí y de vez en cuando me consuelan. Pero nada de eso podrá aliviar el dolor interno.


Tiempo después de haber llegado, salgo de la ducha sin ningún rastro de sangre o mugre en mi cuerpo. He depilado mis piernas, cejas y entre otras cosas necesarias. Al salir del baño me llevo la sorpresa de que Elias está sentado en la esquina de mi cama, pensativo. Sus manos juegan entre sí mientras su mirada se encuentra fija en el suelo, luciendo totalmente ido de sí mismo. Camino hacia él y me coloco de cuclillas frente a frente.

-Todo ha acabado, ¿cierto?-intento cambiar su expresión-Elias...-le alerto y jadea su cabeza, sonríe de lado y me observa.

-No pasa nada. Vamos, debes descansar-dice colocándose de pie y hago lo mismo.

A diferencia de Elias, no puedo mantenerme de pie mucho tiempo. Toda mi espalda se contrae y siento como si una espada me atravesara desde allí. Elias me sostiene e intenta saber qué me sucede pero no le doy tiempo de preguntar. Varios gritos se escapan de mis labios al no poder aguantar el dolor. Ethan y Jane aparecen rápidamente y se sitúan a mi lado.

- ¿Qué sucede?-pregunta Ethan con rapidez.

-Mi espalda... Arde...-gruño y sin darme cuenta, comienzo a clavar mis uñas en los brazos de Elias.

Lo suelto y este aprovecha el momento para levantar mi camiseta hasta el cuello. Ninguno de los tres dice algo, la habitación se ve envuelta en un silencio hasta que decido romperlo.

-Por favor, díganme qué tengo-pregunto sin obtener respuestas.

***

Elias;

Ethan me dedica una mirada llena de preocupación y lo entiendo, también puedo ver lo que en sentido literal, sobresale de la espalda de Sarah. Al principio tengo que detenerme para pensar qué cosa es, hasta que logro detallar su figura. Lo que parece crecer en su espalda, son en realidad alas.

-Esto es imposible-susurra Ethan a mi lado igual de perplejo que yo.

-No, no lo es-respondo y volteo para mirar a Jane. Su mirada me da a entender que no estoy equivocado. El cuerpo de Sarah se encuentra en la fase final de su transformación. Y eso quiere decir sólo una cosa; los Dioses querrán llevarla con ellos.

***

La claridad que hay en la habitación me despierta y me obliga a pestañear varias veces, de esta manera pude acostumbrar mi vista ante la luz del día. A mi lado Elias duerme plácidamente sobre la almohada. Intento no despertarlo y me arrastro hacia el lado contrario, alcanzo levantarme sin hacer ruido y cuando me vuelvo a girar, lo consigo con los ojos abiertos hacia mí.

Avenencia. [#1 LIBRO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora