Siento cómo mí pecho se tranca y no hago más qué dar un salto al sentir la sensación de caer, el sudor sigue corriendo por mí frente pero estoy en mí habitación, por lo que aquello anterior se trataba de un sueño. Me siento sobre mí cama y vuelvo a brincar sobre este cuándo alguien toca mí hombro. Es Elias.
- ¿Sucede algo?-pregunta con expresión neutral, me quedo observándolo por varios segundos para poder reaccionar.
-Sí. ¿Qué haces aquí?-aparto de manera discreta su agarre y él lo acepta.
-Gritaste-mete sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón-. Damien me ha mandado aquí contigo, necesitamos tú ayuda para conseguir el paradero de Amber-
-Oh claro, primero debo ducharme-me quedo observando a su dirección hasta que entiende y se retira de la habitación. Pude respirar con más tranquilidad cuándo cerró la puerta detrás de él.
Me levanto luego de estirarme y dirijo hacia el baño, desvisto mí cuerpo antes de dejar correr el agua por este. Se me hacen tan extraños los sueños que últimamente he tenido, siempre tenían que ver con muertes. Siempre era yo quién sobrevivía a una masacre o era yo quién lo ocasionaba. ¿Tenía qué preocuparme? ¿Tenían alguna relación? No tengo ni la mínima idea pero, tan sólo pensarlo me erizaba la piel.
Desde qué descubrí ciertos secretos y la existencia de los mutantes, todo se había vuelto confuso y extraño. ¿Acaso tenían qué ver algo qué ver con ellos? Al menos uno de ellos aparecían en mis sueños. Oliver, Elias, e incluso Frida. Ladeo mí cabeza al recordar el anterior sueño, necesitaba quitar la imagen de su sonrisa.
Lío un paño alrededor de mi cuerpo y me visto con unos jeans y una camisa sencilla, ato mí cabello en una cola y salgo de la habitación para dirigirme a la primera planta, en dónde se encuentra Elias esperándome. Al bajar, noto a Frida hablando en susurros con Elias, quien se gira a verme apenas toco el piso de la sala.
- ¿Dónde están los demás?-pregunto.
-Se han ido de nuevo para seguir buscando a Amber-dice Elias mientras da un paso hacia mí-. Frida te dirá lo que deben hacer para encontrar su paradero-volteo a verla y esta ya se encuentra observándome.
-¿Qué hacías qué no estuviste aquí?-ignoro a Elias y miro desafiante a la rubia.
-No es tú problema, querida-responde con una sonrisa arrogante y yo sólo le lanzo una mirada fulminante.
Elias carraspea su garganta y me entrega el libro.
-No sé sí prefieran intuición pero, creo que deberían hacerlo pronto o habrá un masacre por parte de Amber-
Asiento en su dirección a pesar de no confiar del todo en Frida, algo me decía qué no decía la verdad siempre sobre sus salidas, algo ocultaba y mí curiosidad estaba en ella. ¿Qué cosa hacia que le llevo todo un día? Quiero decir, es su vida. Pero no me quito la idea de desconfiar.
Frida me rodeo de velas y me entregó un amuleto para protegerme de alguna interferencia en el hechizo, retrocede junto a Elias y respiro hondo antes de comenzar, todo esto aún me causaba nervios porque no estaba segura de que saldría cómo debería. Aclaro mí garganta y procedo con lo que debía. Agarro un cuchillo que Elias había traído para mí, debía derramar un poco de mí sangre para que este nos guiara en el mapa. Relajo mis músculos y corto mí mano para dejar caer al menos una gota.
Gruño por el ardor y de reojo logro ver cómo Elias se remueve incómodo en su puesto. Agarro el libro con la otra mano libre y prosigo a leer el hechizo, la gota se comienza a mover y se detiene más allá del pueblo, por lo qué Amber se encontraba justo ahí. Elias se apresura en posicionarse a mí lado y maldice bajo al detallar el mapa.
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Avenencia. [#1 LIBRO]
FantasyLa adrenalina corre por sus venas, y el peligro saborea sus labios. Sarah Parks, una chica común y corriente, o al menos eso parecía antes de ser visitada por una pequeña e inocente niña en busca de ayuda para escapar de ciertos sujetos que la persi...