-____ Anderson.
- Muy bien ____- esbozo una sonrisa y abrió una carpeta que estaba sobre su escritorio- De acuerdo- menciono mientras analizaba a detalle cada párrafo que habían en las tantas hojas que existían; mientras él se dedicaba a leer, la curiosidad por observar el consultorio me invadio, las paredes blancas haciendo conjunto con los muebles; la única pieza que le daba color a la habitación era un florero azulado- Muy bien, te explico: ayer me encargue de clasificar tu expediente de manera ordenada- señalo con orgullo el portafolio- Por las descripciones que me dio tu padre sobre tu comportamiento, me siento obligado a confirmar mi teoria tras nuestro encuentro, querida- se levanto de su respectivo asiento y junto con el portafolio en su mano, se dirigió a un mueble lleno de cajones con diferentes expedientes dentro de cada uno- me temo decirte que padeces una enfermedad de personalidad múltiple- expuso un poco serio.
La respuesta no me agarro de sorpresa, pero para mis padres quienes no estaban al tanto de la situación; la actuación que llevaría en los siguientes segundos quedaría marcada en la historia.
-¿Personalidad de qué?- expuse sorprendida.
- Me refiero a que tu forma de ser cambia tras algún suceso que ves o que llevas a cabo- se levantó de su asiento y se dirigió a su ventana- Por favor recuéstate sobre la camilla- susurro y yo asentí, me levante y me dirigí a la camilla como me lo indico, en cuanto me recosté él se dirigió a lado de mi- ¿Estas al tanto de los acontecimientos negativos que se encuentran marcados en tu expediente?
- Ammm, ¿Creó?
-¿Tienes idea de por que lo haces?
- Porque...- titubee: incomoda, acorralada y nerviosa- Me imagino que son necesarios- concluí esperanzada a haber respondido adecuadamente.
- ¿A qué te refieres con que son necesarios?- insistio con un tono lleno de confianza que empezaba a irritarme; sin tomar en cuenta que cada segundo que pasaba en dicho consultorio empezaba a ser redactado en una libreta... no solo en una, de eso estaba segura.
-A que... la situación lo merita- expuse segura.
-¿Te has arrepentido de algún momento?
- A veces- mencione forzando las palabras que con dificultad empezaban a arrastrarse por mis labios.
-Por ejemplo- me vio directamente a los ojos- ¿A que viene el insulto hacia tus padres?
Vale, no pude mas; una vez mas perdí ante una situación "controlable".
- Porque se lo merecen, esas personas solo estan robando oxigeno que su hija necesita para sobrevivir, creó que es un gran motivo ¿No?- esboce una sonrisa- ¿Dónde estuvieron cuando más los necesitaba ? Solo hablan de negocios y he averiguado que la razón de sus viajes no son otros mas que revivir la pasión- bufé.
- En este momento- sonrió- ¿No te arrepientes de algún momento?
- ¿Yo?- me reí- Para nada, ¿Por que lo haría?
- Muy bien- su mirada empezó a molestarme por mucho y a continuación su actitud remato con mi malestar- Mucho gusto, mi nombre es Logan Henderson- extendió su mano.
Observe su mano por unos breves segundos y confiando en mi seguridad de mantener viva mi esencia en su cabeza sobre la impresión que daría, sostuve su mano.
-Chloe Anderson- solté orgullosa.
-Chloe- repitió con la esperanza de recordar mi nombre y esencia, seguramente- ¿Conoces a ____?
- No la menciones- murmure estresada por escuchar el simple nombre- Es muy tontita, aun no entiende la razón por la que existo solo se queda con la tonta idea de que sirvo para hacer desaparecer sus nervios y miedos- resople- Parezco una madre cuidando de una niña berrinchuda quien no sabe agradecérmelo con momentos mas extendidos para mí.
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Enamorada de mi psicólogo
Fiksi PenggemarUna familia adinerada que quiere que su hija vuelva en si. Un psicólogo profesional que se hara cargo de una chica berrinchuda. El principio de un nuevo amor.