C4 EN LA MANSIÓN SE VISTE DE NEGRO.

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― ¡Anna! Deja de rascarte ― la censuró su madre en el carruaje.

Su padre le defendió ― Déjale, tal vez está nerviosa ―.

― ¿Nerviosa? ¿Por qué estaría nerviosa? ―.

― No lo sé, querida ―. Respondió el Sr. Tremaine sin más ganas de discutir en el trayecto.

Después de viajar en el carruaje durante más de media hora, llegaron a su destino. Un terreno extenso y hermosamente verde, con árboles adultos que cubría a más de uno con sus hojas y ramas y una laguna cristalina que recientemente había comprado Lord Tremaine.

― Es precioso, ¿No lo crees? ― preguntó el Sr. Tremaine después de bajar del carruaje. Con las manos en los costados mientras admiraba el hermoso verde.

Lady Tremaine bajó después de él y miró el paisaje, le resultaba bonito pero no tan bonito como se lo había platicado su marido. Además, está muy segura de que es otro de esos intentos por compensar su "madures" al aceptar a Ella en sus vidas.

― He visto mejores ―. Comentó ella.

Las niñas bajaron poco después y no tardaron mucho en acomodarse, extendieron el pedazo de tela para el picnic, pusieron los alimentos sobre él y finalmente se fueron a jugar a excepción de Griselda, quien prefería leer un libro.

Anastasia y Cinderella se dejaron llevar por el juego, ambas rodaron por el pasto verde y rieron a mares.

De vez en cuando se escuchaba a Lady Tremaine advirtiendo a las niñas que tuvieran cuidado con el lago y las niñas siempre respondían lo mismo "Está bien"

Ambas jovencitas permanecían cerca del lago, jugando sin prestar verdadera atención a las advertencias de Lady Tremaine.

De pronto, una discusión tomo lugar cerca del lago.

― ¡Oye! Ese es mi gargantilla ― la acusó Cinderella.

La castaña se llevó la mano al objeto en disputa y negó con la cabeza.

― ¡Te equivocas! Es la mía ― afirmó Anastasia.

― No es verdad, ¡es mía! ¡Eres una ladrona! ―

―Yo no soy una ladrona porque esta es mía. ¡Es mía! ¡Mi padre me la dio! ―.

De pronto, la atmósfera de paz y tranquilidad se desvaneció cuando ambas niñas comenzaron a forcejear. Anastasia intentaba quitarse a Cinderella de encima y la rubia forzosamente trataba de quitar la gargantilla del cuello de Annie. Cinderella la tiró al suelo y se le lanzo encima, entonces Anastasia la pateó con demasiada fuerza, haciendo que la rubia cayera al agua.

La pelea se había desvanecido de forma poco conveniente ya que la rubia no sabía nadar. Algo irónico es que incluso a punto de ahogarse, Cinderella no soltaba la gargantilla. Anastasia, por otra parte, corrió en dirección a sus padres gritando por ayuda.

Lady Tremaine terminaba de darle una taza de té a su hija mayor cuando observo a la más pequeña en estatura de sus hijas correr hacia ellos, moviendo los brazos de un lado a otro. Parecía alterada.

― ¡Papá! ― La escucho gritar ― ¡Cinderella! ―.

― ¿Pero qué le pasa? ― Se preguntó Lady Tremaine en voz alta con el ceño fruncido.

Griselda, sin algún interés a los problemas de su hermana, dijo haciendo una mueca y abriendo un libro: ― Lo más seguro es que se peleó con Ella. Quizá la mato por accidente, lo cual no me parece una tragedia del todo ―.

LEGACY: Las Hermanas TremaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora