C25.5 LOS PROTEGIDOS

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Por consejo de los hombres de Fe de su lado, Kit espero unos días, sin embargo, él no era uno de esos que se quedaban quietos por mucho tiempo.

El castillo ya estaba dividido desde hace algunas semanas debido a que no hay un poder específico al cual seguir. Incluso entre los sirvientes había hostilidad, los seguidores de Kit no se acercaban a los seguidores de la reina y viceversa. Gracias a esto, el lado de la reina desconocía la existencia de estos tres niños, y como Kit no los dejaba salir libremente...

Aun con todo esto, debajo del agua todos los seguidores de la reina buscaban al Papa desaparecido en el exterior, sin saber que estaban justo debajo de sus narices.

Kit miro a Sissi y Sirhan jugar una partida de ajedrez y a Leon leyendo un libro de historia. No es que estos tres renacuajos supiesen hacer eso desde antes, sino que Kit los instruyó un poco y ellos resultaron ser como una esponja que todo lo absorbe. Hace dos días les había enseñado a leer y solo Sissi se quedaba a medias debido a que no comprende bien el inglés escrito pero lo compensa con mirada fotográfica y una gran intuición, y si en ocasiones los mocosos encontraban una palabra desconocida corrían con Adam para preguntar. Apenas ayer les enseño a jugar ajedrez pero ahora ya saben mover bien sus piezas aunque no tienen una estrategia en mente y lo hacían más por simple diversión.

— Sissi — llamo Kit a la niña angelical.

La pequeña giró la cabeza para mirarlo y se dirigió en su dirección cuando él le hizo una seña con el dedo, pidiendo que acortará la distancia. Cuando ella llego frente a él, Kit la miró de arriba a abajo antes hablar.

—Tengo un trabajo para ti...— dijo él y le hecho una mirada a los niños que con cautela paraban la oreja.

Kit se rio para sus adentros.

—... pero te va a doler. Así que tienes dos opciones, elige bien. Ellos o yo, ¿quién deseas que te golpe? —.

Los tres niños se pusieron rígidos.

[♦]

Cinderella estaba ocupada con su costura cuando escuchó un fuerte lamento de niña no tan lejos de su habitación personal. Al principio lo ignoro, pero cuando la puerta fue abierta sus ojos se abrieron tanto que casi salen de su órbita al ver a una pequeña rubia de no más de doce años entrar llorando con una mejilla roja y un leve rastro de sangre saliendo de ella, con una imagen lamentable y rogando ayuda a Ella. Poco después, el hombre que la seguía apareció, era Kit, quien en su mano llevaba un fuete y tenía algunas ropas mojadas. Ella de inmediato se horrorizó y corrió, aunque no tan rápido como para evitar que Kit tomará del cabello a la chica y la arrastrara por el piso unos pasos.

— ¡Detente!— le gritó Ella.

Kit no le hizo caso.

La escena era horrible a los ojos. Lo que comenzó como una simple represalia de un amo a su sirviente terminó convirtiéndose en otra escena de la común violencia entre parejas. Al final, Ella cubrió a la niña con su cuerpo recibiendo los golpes de Kit en la espalda hasta que Kit se fastidio y la tomó del cabello: — ¡Será mejor que ninguna de las dos se me ponga enfrente otra vez! ¡No tengo tiempo para lidiar con mujeres estúpidas ahora! — las amenazó antes de tirarla con fuerza contra el piso otra vez.

Ella no se sorprendió por la violencia de Kit, pensó que era su forma de apaciguar su frustración por su situación actual. Hace mucho que ella aceptó soportarlo y no intervenía cuando la que recibía los golpes no era ella ¡Eso es mejor!, pero tampoco dejaría a una pequeña, como la que tenía en sus brazos, recibir la ira de ese caballero.

LEGACY: Las Hermanas TremaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora