C11 REALMENTE ME PREOCUPAS

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Dos días después, Annie y su madre viajaron a Essex para visitar a su hermana mayor, la hermana con la que se había distanciado diez veces más después de que se fue de la casa.

La mansión Randall era dos o tres veces más grande que la mansión Tremaine. El tamaño tan exagerado hacia que Annie se sintiera muy pequeña.

A pesar de que su madre se desenvolvió muy bien, Annie era otro asunto.

Hans, el ahora esposo de Griselda siquiera estaba en Essex, se encontraba en escocia arreglando asuntos familiares de los que no quería hablar con la misma Griselda.

Solo eran ellas tres, aunque Annie sentía que solo eran su madre y Griselda.

Al quinto día de su estancia, la madre de Annie fue a dar una vuelta por los alrededores de Essex, dejando solas a sus dos hijas.

Annie pensó que lo mejor sería encerrarse en su habitación hasta que llegara su madre pero Griselda no se lo permitió.

— Anna— La llamo cuando subía las escaleras.

Lo que nos lleva a la actual situación. Ambas jóvenes caminando por el jardín debido a la insistencia de Griselda. El silencio era muy incómodo y Annie estaba dispuesta a quebrarlo pero la mirada calculadora de su hermana le decía que no era el momento, así que siguió caminando a su lado hasta que ella habló.

— ¿Desde cuándo te está cortejando Kit? — preguntó Griselda sin previo aviso.

— ¿Ah? —.

— Nada de "¿ha?", respóndeme —.

— Es que no sé qué contestar a tu pregunta, siquiera tiene sentido —.

— ¿Acaso no te fue a ver antes de que tu venir aquí? — preguntó Griselda con extrañes.

— Si... pero solo me visitó una vez y no considero que nuestro encuentro sea uno de cortejo. Si fuera así, ¿madre no estaría junto a nosotros como lo hacía con...? —

— Como lo hacía con Hans antes de que se casara conmigo, quieres decir — dijo Griselda sin tapujos. Luego soltó un suspiro antes de continuar — La Sra. Tremaine no es una santa y mucho menos una estúpida, ella sabe lo que hace. Ahora que una de sus hijas está casada con un príncipe adinerado, está poniendo tu futuro en mis manos. ¿En serio crees que solo me visita para ver cómo me encuentro? ... esa mujer, en serio. La Sra. Tremaine quiere que te empuje a un matrimonio, y ahora que estoy enterada de lo de Kit estoy casi segura de que ella ve en él a su futuro nuero —.

— ¿Madre te contó sobre mi encuentro con su alteza? —.

Griselda la miro antes de volver al frente y contestar: — No, me enteré gracias a los espías de Hans —.

— ¿Espías?... ¡Espera! ¿Qué? ¿Tienes espías en nuestra casa? —.

— No es como si me importara mucho el bienestar tuyo y el de la Sra. Tremaine, pero hace poco me entere que Hans velaba por ti mediante espías. No soy estúpida, yo sé a quién favorece su corazón, así que me aproveche de eso para informarme también de los sucesos de la mansión Tremaine — dijo Griselda fingiendo poco interés.

Annie sonrió. Pues entre líneas se podía leer un "me preocupan".

Griselda volvió a soltar un gran suspiro antes de continuar. — Como sea, aléjate de él. Y esto lo digo como tú hermana, no me importa si yo te hago sufrir, pero no toleraría que alguien más lo haga... y Kit lo hará —.

— ¿Qué estás diciendo? ¿Por qué estás tan segura? —.

— ¿Lo amas? Dímelo ahora, si es muy tarde mis advertencias serían en vano y no tiene caso gastar mi saliva. Así que dilo, ¿tú lo amas? —.

— Guardo su recuerdo: el recuerdo de una niñez maravillosa pero han pasado tanto años y hemos estado distanciados. Por supuesto que mi corazón no lo favorece con amor, sin embargo le quiero... como a un amigo —.

— Es bueno escuchar eso. Aléjate de él, no lo dejes entrar en tu corazón porque lo hará pedazos una vez que se plante ahí... — las palabras de Griselda estaban cargadas de resentimiento.

— ¿Por qué estás tan segura? — volvió a preguntó Annie.

— Anna. Cuando éramos más jóvenes, apenas unas "damitas", como nos solía llamar ese difunto coronel, él te seguía a todos lados, siempre dándote manjares y dulces hasta hacerte casi reventar... recuerdo lo gorda que te habías puesto en ese entonces, es un milagro que el tiempo lejos de él te haya vuelto tan esbelta y alta... en aquel tiempo, yo tenía muchos celos de ti, porque tu asqueroso cuerpo rechoncho había logrado cautivar a dos príncipes al mismo tiempo y yo que apenas lograba comer no lograba siquiera llamar su atención... —.

— Yo no era tan gorda... — la interrumpió Annie, avergonzada al recordar su antiguo yo.

— La verdad es que no recuerdo mucho cómo era tu cuerpo en ese entonces, llegue a repetirme tantas veces que eras enorme y gorda como un gorila que con el tiempo llegué a creérmelo... ahora, prosigo. Tú, siempre tan estúpida, caminabas por el gran jardín del castillo sin darte cuenta de nada. Una de esas veces, Hans te estaba llevando por el jardín para mostrarte unas flores que al parecer el mismo había sembrado y cuidado, en el camino, tu no eras consciente de ello porque Hans estaba llamando toda tu atención, pero Kit iba detrás de ustedes y yo alado de él, aunque Kit siempre aceleraba el paso para evitarme. En esa corta caminata que emprendimos los cuatro, tu casi caes al estanque y Hans te salvo. Tus ojos brillaron como miel, los míos te querían quemar viva... —.

— ¿Podemos omitir las partes en las que me insultas? Comienzo a deprimirme— interrumpió Annie.

—Lo intentare— dijo Griselda antes de continuar—... tus ojos brillaban, yo quería quemarte viva...y los ojos de Kit querían matarlos a ambos—.

Aquella declaración hizo que los ojos de Annie se abrieran por completo, girando el rostro para encontrarse con el de su hermana, quien al igual que ella se había detenido.

— Obviamente eran celos... — continuo Griselda, — eso es normal en un hombre. No debes asustarte, no todavía. La peor parte es que ustedes siguieron caminando y se perdieron mientras Kit hervía en ira. Él realmente da miedo cuando está furioso, a pesar de ser un niño. Dio otros dos pasos y casualmente uno de los pavorreales del jardín paso frente a él, supuse que se detendría o lo saltaría, o simplemente lo espantaría pero nunca que lo fuera a patear ... Anna, esa fue la primera vez que vi a un animal muerto. Lo pateo tan fuerte que le rompió el cuello y fue a volar al estanque. Temo que haga lo mismo con las personas y es por eso que debo evitar que te acerques demasiado a él—.

Esa noche, Annie no podía dormir.

LEGACY: Las Hermanas TremaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora