C25 LOS PROTEGIDOS DEL PRÍNCIPE

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Un día después de la visita de Kit, un carruaje llegó a la mansión Tremaine lleno de regalos costosos y un mensajero.

Cuando los cuatro miembros salieron de la mansión para estirar la mano, el gracioso mensajero se bajó del carruaje y dio unas palabras ensayadas antes de entregar los objetos.

La primera en recibir fue Lady Tremaine. Su con una expresión de gratitud forzada. A ella se le dio varios cosméticos y fragancias nuevas. Entre los perfumes se encontraba una fragancia desconocida pero costosa y altamente placentera, la fragancia china Xue Li.

El perfume chino Xue Li era el perfume más deseado entre las damas de alto estatus social, ya que se decía que era muy bueno para la piel de las féminas y las ayudaba a mantenerse jóvenes. ¡Y claro que todas las damas de alta cuna lo deseaban! Sin embargo, era muy difícil traerlo de China y muchísimo más conseguirlo en su país de origen. Por lo tanto, cuando Lady Tremaine consiguió dos frasquitos de esta fragancia tan codiciada se sintió honrada, aunque seguía reacia a aceptar algo de Kit.

Griselda, al no recibir nada de eso se sintió celosa, no obstante, poco le duró el sentimiento ya que sus regalos fueron igual de buenos.

Para la mayor de las Tremaine, las joyas y los vestidos eran las cosas más valiosas y eso fue lo que recibió. Aunque se entristeció un poco al darse cuenta de que tendría que esperar otros cuatro meses antes de poder usar los vestidos debido a la barriga que se cargaba.

Annie espero pacientemente sus obsequios con Hans a un lado.

Una simple mirada y uno podía darse cuenta de que éste acto no le agradaba nada a Hans.

Por otro lado, Annie pensaba en estos presentes como regalos de consolación que Kit enviaba especialmente para ella, pensando que de esa forma apaciguaría su molestia.

Cosa que funcionaba perfectamente ya que Annie no era buena en el papel de 'la difícil'.

Annie estaba perdida en sus pensamientos cuando el mensajero puso en sus manos, no millones, sino solo una flor roja.

Griselda, aunque no era ella la que recibía tal obsequio, se sintió ofendida. ¡Solo una! ¡Que bruto! ¡Que bastardo! Mi hermana se merece por lo menos doce, pensó ella.

En cambio, Annie se sintió complacida. Ella siempre había pensado que una rosa era diez veces más romántico que un millón y al parecer Kit lo entendía muy bien.

Tras olfatear un poco la rosa, un ladrido juguetón le llamó la atención.

— Miss Tremaine — la mencionó el mensajero mientras tendía en brazos a un pequeño perro de raza Pug.

De inmediato Annie lo tomó y se dejó querer por ese pequeño animal que venía con un collar de diamantes perfectamente incrustados. Luego tomó un abrigo de piel de oso que le tendió el mensajero.

Después, el mensajero tendió una carta que fue tomada a tiempo por Annie. Si hubiese reaccionado un segundo después ahora la que tendría en manos la carta sería Griselda.

La joven Tremaine se adaptó fácil a la nueva criatura en sus manos. Tanto que se olvidó de enviarle las gracias a Kit.

Sin prisa, se dio la vuelta y caminó en dirección al jardín trasero. Dejando a todos en el frente.

Desde que Kit dejó de visitarla abiertamente, Annie había puesto mucho empeño en arreglar el jardín trasero a su gusto y, como todos en la casa deseaban que ella olvidará rápido a su antiguo pretendiente, le permitieron todo.

En el corazón del jardín había un techo de mármol con suelo de pavimento que se elevaba a una altura de tres escalones. Ahí había un columpio doble de color rosa pastel en el que siempre se recostaba. El centro del suelo blanco por el azulejo estaba adornado con una flor de loto creada por el mejor pintor, y encima, en el techo, había una especie de candelabro que emitía sonidos agradables para Annie cada vez que el viento los movía.

LEGACY: Las Hermanas TremaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora