C9 AZUL

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Príncipe Kit Pv's

—Buenos días, Miss Cinderella— saludé con propiedad a Cinderella después de bajarme del caballo. Seguido por mi amigo y acompañante, el Barón Henry, quien también hizo lo propio.

Hace tanto tiempo que no la veía, me contaron que estuvo en la boda de Hans pero supongo que no la note debido a que estaba más entretenido mirando los tropiezos de Annie. Revisando que no se hiciera daño. Fueron dieciocho tropiezos, lo sé por qué los conté. También conté los minutos que estuvo dormida en mi hombro. Fueron los veinte minutos más preciosos de mi vida.

Cinderella me sonrió insinuante mientras cargaba una cubeta ¿Por qué lo hace? No lo sé, ella nunca había hecho eso... o por lo menos, nunca lo hacía tan obvio. De cualquier forma no tiene nada que me interese, por ahora.

Las mujeres son aburridas cuando todas son iguales.

Seguí mi camino hasta la entrada de la casa Tremaine, evadiendo con cortesía a Ella.

Aquel camino que siempre me había parecido tan largo ahora lo veía tan corto debido a los nervios, podía sentir mis manos sudar y mis piernas flaquear. Trague difícilmente la saliva. ¿Cómo podría explicar este sentimiento? Es la primera vez que voy a cortejar a una mujer. Estoy acostumbrado a que sean ellas las que hacen los movimientos, y no de forma muy disimulada, y ahora que me toca a mí ser quien inicie el coqueteo, me resulta incómodo. Aunque creo que en parte se debe a que es Annie a quien planeo cortejar, la niña bodoque de mi adolescencia y la mujer de ojos tristes en la que se ha convertido.

Después de la muerte del Sr. Tremaine, Annie me dejo un camino difícil para poder llegar a ella, quiero suponer que se debía a la pérdida de su padre. Trate de ocupar mi tiempo pidiéndole a padre que me iniciara en las funciones como próximo rey y se lo tomo muy bien, sin embargo, mi pasatiempo termino convirtiéndose en el mayor de mis problemas. Sin notarlo, pasaron años en los que pude haber tomado la ventaja y ahora estaría casado con Annie en lugar de cortejándola.

Desde que logre manipular a padre para que casará a Hans con Griselda me siento un poco aliviado, ya no tengo competencia. Eso me enfada, porque nadie es capaz de ver a través de ella para darse cuenta de lo tierna que es, y a la vez, me agrada porque así no tengo que lidiar con toda una manada de lobos hambrientos que la desean. Pobre miserable de Hans, ese sí que tiene una liebre deseada por cada lobo de Inglaterra. Incluso, pensándolo ahora, creo que termine ganándome otro favor por parte de Griselda. ¿Qué mujer deseada por todos sería capaz de permanecer soltera hasta los veinte?

Sin quererlo, una sonrisa de satisfacción se forma en mi rostro.

A veces me regaño a mí mismo porque me confió demasiado. Confíe en que Annie no le prestaría la más mínima atención a Hans después de que las familias se distanciaron un poco, ¡pero vaya sorpresa! cuando pregunté al mozo de Hans sobre su paradero y me respondió: "cortejando a miss Tremaine", no hubo necesidad de preguntarle a cuál de las tres pues yo ya sabía a cuál. Lo que más me hacía hervir la sangre era verlo llegar sonriente y rebosante de energía con el aroma de Annie, aunque sabía perfectamente que ella no era de esas que aflojan tan fácil por amor.

No hubo necesidad de tocar la puerta pues apenas levantando la mano la puerta se abrió y fue Lady Tremaine quien me recibió con una reverencia.

— Su alteza real, príncipe Kit, ¿Puedo saber a qué se debe el honor de su visita? —preguntó ella sin vacilar.

Me quedé congelado por no saber qué contestar pero gracias al barón Henry, uno de mis amigos íntimos, me libre de la vergüenza.

—Lady Tremaine, su alteza real, el príncipe Kit y yo, hemos venido con la intención de visitar a la joven Miss Anastasia. Pero claro, con su debido permiso, Lady Tremaine— dijo el Barón Henry.

LEGACY: Las Hermanas TremaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora