Estoy sentada en una de las bancas que se encuentran afuera de las salas del cine. Jugueteo con mis pies en el piso para así reducir mi ansiedad, pero no funciona. No cuando tengo un letrero detrás de mí que dice: Afuera, por besucona.
¡Ja!
El castaño está hablando con uno de los supervisores y, al parecer, él trata de persuadirlo para que no nos cobren una multa. ¿Multa por besarse? Definitivamente no volveré a este cine nunca más.
Es entonces que diviso a Marlon y su peliteñida amiga saliendo de la sala. Al parecer a ellos también les han prohibido soltar sus bajos instintos en los asientos rojos. La rubia luce cómoda junto a Marlon, entrelaza sus dedos con los de él y apoya la cabeza en su hombro. Cuando los arrumacos vuelven, giro el rostro hacia un costado. No quiero seguir viendo como ella pasa sus manos por sus pectorales, ni tampoco como mordisquea su cuello. Es asqueroso.
El "muchacho sin nombre" se acerca hacia mí con rostro abatido, puedo detectar en él que algo no ha salido del todo bien. Me encojo en mi asiento, no quiero ir a la cárcel. Luego recuerdo que en todo caso podrían capturarme por estar semidesnuda sobre un acosado Sam Clafin, pero no por besuqueos. Sería extraño.
Como también que no sepa su nombre.
— ¿Ocurrió algo?
—Tengo una buena y mala noticia, jugo de papaya —achico los ojos—. ¿Cuál quieres que diga primero?
—Soy Michi —extiendo una mano, él la toma y sonríe—. Dime la mala.
—Pagaremos multa —abro mi boca en una O y automáticamente empiezo a recordar si traigo dinero suficiente en mi bolso—. Tranquila... —coloca una mano en mi hombro tratando de transmitirme calma —. Eso ya lo solucioné.
—Oh, muchas gracias. ¿Y la buena? — después de todo lo peor ya había pasado.
—Nos dejaran volver a: —toma una pose erguida al estilo miliar —. ¡Cine camaleón, el mejor de la región!
Una enorme carcajada se oye en todo el ambiente. Cierro mi boca al instante, no quiero asustarlo con ese sonido tan horrible que proviene de mí.
— Ah, y una cosa más...
— ¿Cárcel? ¿Periódicos?
— No —ríe—. Tengo que regresar a la sala, hay alguien esperándome.
Asiento y me sorprendo al darme cuenta que hay una fierecilla dentro de mi a la cual no le agrada eso.
— No hay problema.
— Si me esperas, puedo...
— No, no —agito las manos delante de él, y luego coloco detrás de mi oreja un mechón de cabello—. No está tan lejos, y aún es temprano.
— Créeme que te acompañaría pero...
— Todo bien —lo corto, no quiero oír la palabra "mi novia". Sé que lo va a decir, lo presiento, ya me ha pasado muchas veces. El chico lindo nunca está disponible.
— Bien —asiente, y levanta una mano en señal de despedida. Hago lo mismo, aunque para mí me resulta un poco más incómodo que a él.
Lo veo entrar nuevamente a la sala de cine y me dispongo a regresar a casa. Me siento un poco molesta por todo lo ocurrido. Todo esto no debió haber pasado si no fuera por mi tonta idea de ayudar a Marlon en sus tonterías. Quiero liberar mi frustración, deseo con todas mis ganas estrellar mi puño en algo, o en alguien. Giro, la rubia aún sigue besuqueándose con mi amigo frente a la taquilla. Ruedo los ojos y miro hacia los costados esperando que alguien los vea.
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WHEN SHE WAS HIS FRIEND.
Teen Fiction*Lista corta de los Wattys 2018 Él está confundido. Él es un poco idiota. Él está ciego. Él no olvida. Él está desilusionado. Él está enamorado. Él... Él es real. ¿Y yo? Yo siempre seré su amiga.