Capítulo 28: "¡Basta ya!"

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No es como si el trayecto en motocicleta con Marlon haya sido una experiencia tipo película chico bueno-chica mala, en realidad fue muy aburrido pasar todo el camino con el mentón apoyado en su hombro y las manos apretadas a su chaqueta gris. Y es que, al escuchar la mención de "ex-amiga" que ahora poseo, las ganas de tratar de iniciar una conversación se disiparon.

Apenas escucho que el ruido del motor cesa, abro los ojos. La motocicleta ya no está en movimiento, ahora se encuentra estacionada frente a la puerta principal de mi casa. No me preocupo porque mi madre o mis hermanas estén fisgoneando tras las cortinas, a estas horas de la noche, estoy casi segura de que están dormidas. Aunque prefiero no subestimarla, nunca se sabe cuándo ellas pueden volverse más entrometidas.

Coloco mis pies en el piso sin ayuda alguna y doy unos cuantos pasitos tímidos hacia mi casa, luego giro para tratar de agradecerle por el gesto, pero me intimido al ver la imagen dura de mi compañero de viaje. Marlon no ha bajado de la motocicleta aún, tiene las manos puestas en el timón y un pie en el pedal. Todo me indica que está a punto de irse, pero algo lo detiene.

Espero ser yo.

Carraspeo un poco antes de hablar y llevo un mechón de cabello tras mi oreja. Trago saliva e intento formular algo en mi mente antes de hablar. Lo único que obtengo al mirarlo directamente a esos ojos verdes es titubear.

Me siento tonta.

Trato por segunda vez, pero ahora mantengo la mirada puesta en miz zapatillas. Para equilibrar la presión que siento, muevo en forma circular mi pie sobre el piso y tomar una silenciosa respiración. No obstante, dichos movimientos no funcionan, ya que pasan varios segundos y sigo completamente muda.

Me siento doble tonta.

Por mil.

Decido volver a conectarme con su mirada, él mantiene la vista muy fija en mí como esperando que yo haga un movimiento o emita una palabra. Me atrevo a sonreírle de forma amable y quizás hasta un poco amistosa para romper el hielo, pero obtengo una respuesta muy contraria. Él solo atina a girar la cabeza hacia un costado dándome ahora su perfil. Tiene un gesto frío y poco expresivo, de esos que solo ves en una persona que no le interesa absolutamente nada y menos quien está parado a solo pocos metros de distancia. Una "risa", que más parece un resoplido golpeando el pecho, escapa de mi garganta. Pronuncio un "gracias por todo" y opto por girar hacia la entrada principal de mi casa. Tengo esa mezcla de orgullo herido con culpabilidad, y sé muy bien que lo último es lo más apropiado para esta situación. Sin embargo, no puedo creer que las cosas de Marie le sigan afectando de manera tan fuerte, tanto así que posea el poder de romper nuestra amistad. Ni siquiera yo, quien soporté muchas de sus tonterías, he pensado en no hablarle por dos largos meses.

Mis manos se aprietan como dos puños, tengo enormes ganas de girar y empezar con un "Lo siento o ¿Qué ha sido de tu vida?", pero no lo hago. Él ha de tener sus motivos y quizás Norma sea uno de ellos. No puedo obviar que lo he encontrado en el jardín de Joseph, y es muy probable que ella lo haya llevado hasta ahí. Pero, soy tonta y no quiero perder su amistad, como tampoco quiero arruinar mi relación con Joseph. Si tan solo él dejara de mirarme como lo hace ahora, tan frío y distante quizás yo tendría más valor para preguntarle cosas. Cosas como qué sintió al besarme o por qué lo hizo - aparte de desearlo-; o por qué está con Norma, si a mi parecer, ella no es la chica que lo ayudará a sanar su corazón. Si el me respondiera que la ama, me daría una tranquilidad enorme porque entonces yo entendería todo.

—Michi...

Giro antes de que pueda decir una palabra más, estoy a la expectativa de lo siguiente que dirá.

WHEN SHE WAS HIS FRIEND.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora