Necesito un pellizco.
Una bofetada.
Un golpe en la nariz.
¡¿Cómo rayos mi padre pudo costear esta lujosa habitación?!
Me llevo una mano al pecho cuando me percato de que posiblemente soy hija de un narcotraficante, o tal vez del integrante de un cartel famoso muy buscado. Esa es la única explicación que encuentro para estar pisando esta habitación rodeada de muebles y aparatos que posiblemente cuesten el triple de lo que vale mi casa.
No, Michi. Tú no eres de la mafia italiana. Tú no eres Kathia Carusso.
Camino lenta y cautelosamente por los alrededores de tan lujosa pieza. Dejo mis maletas a un costado de la enorme cama de dos plazas, y luego algunos detalles de la mueblería fina. Todo tiene un labrado en madera bastante delicado y muy bien trabajado, es muy notorio que esta habitación no es precisamente la más económica.
Siento uno de mis cabellos en mi frente y resoplo provocando que este se levante, después mi vista se dirige hacia el armario color caoba y de diseño clásico que está frente a mí. Me dirijo hacia este y abro las puertas con aires de misterio casi sintiéndome "Lucy La valiente", pero luego mi emoción se desinfla como un globo cuando lo único que encuentro son varios percheros y ninguna ciudad mágica en el fondo.
Tontita.
Desempaco todo y en el transcurso me voy sintiendo realmente mal por la ropa que se me ha ocurrido traer. La imagen de Norma viene a mi mente y una mueca de disgusto se forma en mis labios, aunque... hay que aceptar que la mujer tiene estilo y bueno, yo nunca podré usar tacones tan altos sin torcerme un pie.
Un vómito de la moda, eso es lo que eres Michi Paz.
Me desplomo sobre la cama cuando he terminado de ordenar todo. Esta tan suave que me provoca rodar sobre la esta una y otra vez.
Un ruido en la puerta me hace sobresaltar, así que corro hacia esta para ver de qué o quién se trata. Por el rabillo veo a mi padre esperar con un gesto de ansiedad.
— Bichito, te esperamos abajo para el almuerzo — dice en cuanto abro la puerta—. Jess les tiene preparada otra sorpresa.
Asiento, pero antes de que se vaya lo detengo.
—Eh, papá, yo... ¿puedo saber cómo pagaste este lugar?
— ¿Por qué la pregunta?
— Nunca nos habías llevado a un hotel como este, al menos no cuando estabas con mamá.
El tose antes de responder.
—No pasas nada por alto, ¿verdad?
Subo los hombros, no puedo evitar ver las diferencias de su pasado y presente. ¡Es demasiado obvio!
—Bueno, Jess y yo pagamos. Al consultorio ha ganado mucha popularidad y le va mucho mejor que antes. Y... —empieza a tartamudear un poco—, ella y su hermana... están acostumbradas a este tipo de lugares. No les hacía mucha gracia la idea de un campamento en las afueras de la ciudad.
— A mamá si le agradaba mucho la naturaleza, ¿recuerdas?
Papá carraspea y cambia de tema.
— Jess cree que habrá muchos mosquitos y Norma le tiene fobia a los insectos.
Así que fobia a los insectos, eh.
Qué interesante...
— ¿Por qué tienes esa sonrisa macabra en tu rostro? —pregunta papá.
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WHEN SHE WAS HIS FRIEND.
Teen Fiction*Lista corta de los Wattys 2018 Él está confundido. Él es un poco idiota. Él está ciego. Él no olvida. Él está desilusionado. Él está enamorado. Él... Él es real. ¿Y yo? Yo siempre seré su amiga.