WHEN SHE WAS HIS FRIEND.

Capítulo 42: ¡Sorpresa!

— Si me miras así de fijo, no se me ocurre nada que decirte. De hecho, pareces una psicópata.

Mis hombros caen y me recuesto en el espaldar de la silla.

Pero... ¿qué le dan a este muchacho de comer para que solo hable sandeces?

— Olvídalo.

— No lo haré, si te dijera la cantidad de cosas que me gustan y enamoran de ti...

Casi, casi, como una niña pequeña a punto de oír su cuento preferido para dormir, mis ojos se abren de par en par y esperan atentos la culminación de su frase.

— Pero... no lo diré, es que una lista muy larga.

— ¡Marlon!

— ¿Qué?

— No puedes ser tan... tú. ¿Qué pasa con esas hermosas frases acerca de mi personalidad? ¿O esas grandes sensaciones que tienes al mirarme? Y...y... Olvídalo.

Marlon ríe y su risa solo provoca que me enfurezca más. Así que introduzco una gran cantidad de helado en mi boca y me embuto para no decir algo grosero.

Calma, Michi y repite conmigo: "Los chicos reales no son personajes ficticios"

— Acabas de hacer algo que me enamora de ti.

El helado pasa por mi garganta de un solo tirón, produciéndome un enfriamiento en el esófago. Sin embargo, la sensación pierde fuerza cuando capto que él intenta decirme algo lindo.

— ¿A qué te refieres con eso? — articulo con dificultad. Me es complicado hablar cuando tengo aún una gran porción de helado derritiéndose en mi boca.

— Ese lado tuyo, ese lado tierno e infantil me gusta mucho.

— ¿Qué quieres decir con eso? —sin querer una pizca de crema sale chispeante de mi boca y cae directo en su mano.

Oh, genial.

Justo tan romántico como me lo imaginé.

Me disculpo bajito y tomo una servilleta para limpiar la pequeña gota. Deberían pagarme por hacer que me ocurran momentos bochornosos. Estoy muy segura de que, a este paso, conseguiría tener mi biblioteca soñada en unos pocos años.

Marlon coloca su codo sobre la mesa y apoya el mentón en una de sus manos, seguido de esto me da una sonrisa amplia, pero no muestra sus perfectos dientes, sus labios solo tienen una hermosa curvatura.

Mi mirada cae, no puedo verlo directamente. Me gustaría tener el valor suficiente para mirar sin temor esos hermosos ojos verdes.

— Me gusta verte comer, me gusta verte hacer tonterías, me gusta verte leer y me encantaría verte dormir...

— ¿Dormir?

Marlon suelta una pequeña carcajada mientras niega con la cabeza.

—Lo digo en el buen sentido. Bueno... —frota su barbilla—. Tampoco es que lo otro sea algo malo. Es muy bueno en realidad. Y hasta más que bueno, sería genial.

Golpeo su brazo y sonrío.

La seriedad vuelve a mí cuando me percato que él no ha respondido todavía una de mis preguntas más importantes.

— ¿Cuándo sucedió todo?

El rizado frunce el ceño, pero no en un gesto sombrío y mal humorado, sino como una muestra de que él realmente luce tan confundido como yo por todo lo sucedido en este corto tiempo. Es decir, pasamos de ser unos tontos amigos a algo aún más tonto pero romántico.