Lo estoy besando.
Estoy besando a Marlon.
Sus labios están salados, pero saben bien. Presiono mi boca más a la suya, quiero que este no sea un beso típico de Michi. Deseo que él crea que no soy la inocente niñita de siempre. He aprendido mucho en este corto tiempo, quizás no tanto como Norma, pero no lo hago tan mal.
Trato de ignorar los fuertes latidos de mi corazón e incluso las pequeñas gotas de agua que se están acumulando en mis pestañas. ¿Por qué tenga ganas de llorar? No es mi intención disfrutar esto, y en realidad no lo estoy haciendo. No cuando sé que esto es precisamente lo que imaginó Joseph. Sin embargo, esa culpa se deshace con el deseo de trasmitirle a Marlon el mismo sentimiento que yo tuve. Quiero que él aprenda una lección por una maldita vez en su vida.
Me doy cuenta que el beso empieza disminuir su ritmo cuando siento su cuerpo alejarse unos centímetros. Todavía me siento algo grogui por la forma en la que él me está correspondiendo. Pero supongo que Marlon sucumbe conmigo como lo haría con cualquier otra chica. Entonces me preparo para darle un poco más. Mis labios se presionan con más fuerza y se mueven sobre los suyos con rudeza, por otro lado, mis piernas tiemblan y mis manos se vuelven torpes. Aprieto los ojos y entre abro la boca, escucho la respiración agitada de mi amigo. Sus manos empiezan a vagar por mis caderas. Mis nervios aumentan cuando me imagino lo que está a punto de hacer. Segundos después, me sorprendo al ver que las mantiene firmes. Solo sus pulgares se mueven en círculos sobre la pequeña brecha de piel entre mi blusa y el jean que llevo. Abro los ojos un poco y solo tengo frente a mí su rostro bronceado. Los vuelvo a cerrar cuando siento su lengua rozar la mía. Se siente tan bien que temo perder la poca cordura que me queda, y es que una parte de ella se ha esfumado cuando tomé el cuello de su camisa. Trato de inclinarme hacia atrás pero ahora una de sus manos está tomando mi mejilla. Comprendo que el león tiene muy bien capturada a su presa.
Y obviamente yo no soy el león.
Avanzo unos pasos y con mis manos hago que él retroceda un poco. Su espalda choca contra la pared de cerámica. Escucho una risa ronca oculta tras los sonidos de nuestros labios chocando. De repente comienzo a experimentar las mismas sensaciones que describían en los libros. Pero estas van mezcladas de una pequeña ansiedad y un toque de desesperación. Un gustito que a medida que pasa el tiempo empieza a subirse a mi cabeza. Me siento febril y muy sudosa. No he experimentado esto desde que tengo diez años y pesqué una infección al estómago.
Recalco, nunca he besado de esta manera a alguien.
Vuelvo a abrir los ojos, esta vez me choco con las largas y rizadas pestañas de Marlon y el movimiento de sus labios mientras me besa. Me veo tentada a sumergirme otra vez en el placer de besarlo, pero esa no es la idea de este macabro plan. Me concentro ahora en el bolsillo delantero de su jean, donde minutos antes vi guardado su móvil. Deslizo mi mano dentro de este y saco el teléfono. Ahora mantengo la mirada en la pantalla fingiendo estar muy concentrada en el beso. Selecciono la opción de contactos y luego vídeo llamada. Antes de que pueda arrepentirme vuelvo a cerrar los ojos, pero esta vez no todo está tan callado. Un pequeño sonidito se hace presente a medida que nos besamos. Marlon no lo oye, está muy pendiente de seguir acariciando mi lengua con la suya. Pero estoy segura que la rubia de la otra línea puede ver con claridad todo.
— Vaya, no me esperaba esto —habla ella.
Los labios de Marlon se despegan de los míos y sus ojos se plantan en la pantalla de su móvil. Tiene un gesto de asombro, las cejas levantadas y la boca entre abierta. No tarda en quitarme el móvil de la mano y colgar.
Me quedo firme esperando su reacción y tratando de mostrarme lo suficientemente frívola. Él se encuentra de espaldas mientras sus dedos sostienen varios mechones de su rizado cabello. Su desesperación me desconcierta. Marlon luce tan angustiado como yo esta mañana, pero a diferencia de él no tengo ánimo para burlarme. Me siento vil.
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WHEN SHE WAS HIS FRIEND.
Teen Fiction*Lista corta de los Wattys 2018 Él está confundido. Él es un poco idiota. Él está ciego. Él no olvida. Él está desilusionado. Él está enamorado. Él... Él es real. ¿Y yo? Yo siempre seré su amiga.