Capítulo 38: "Villana de la historia"

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A lo lejos, veo a Rizo corretear junto a una pequeña niña de aproximadamente seis años. Hace unos cuantos minutos decidimos tomar asiento en un pequeño parque cercano a la Universidad. Marlon se ha mantenido muy callado desde el beso que nos dimos. La única vez que se atrevió hablar fue para sugerir visitar este lugar y desde entonces ha optado por mantener silencio.

Mi tensión aumenta en cada segundo que paso sentada en las verdes bancas del parque. Al igual que él, solo he emitido unas cuantas palabras, de las cuales muchas han sido solo quiravoces o respuestas vagas a sus preguntas. Así que todo se resume en un momento bastante incómodo y confuso para mí. Y es que hasta ahora no obtengo ninguna explicación de lo que ha significado para él besarme. Además, que haya dicho que está enamorado de mí, no es suficiente ¡No lo es! Una chica necesita explicaciones y respuestas. Necesita escuchar el porqué de todo y cómo sucedió.

Le echo una mirada de reojo. Marlon luce un poco meditabundo y hasta medio confuso. Decido mirar hacia en frente y acomodarme con tosquedad en mi asiento para llamar su atención. Descanso mis manos sobre el asiento de la banca y recaigo mi peso en ellas, luego miro hacia el piso mientras jugueteo con mis pies en un ir y venir. Empiezo a sentirme un poco tonta por milésima vez.

¡Habla ya, tonto, ciego, estúpido y ...

De pronto siento su palma colocarse sobre mi mano.

¡Hermoso Marlon!

El pequeño roce causa tantas sensaciones como el beso de hace unos minutos. Un estremecimiento recorre el largo de mi espalda y miles de cosquillitas se acentúan en mi estómago. Y casi casi como si estuviera en un juego mecánico a toda marcha, mi corazón late tan fuerte que golpea mi caja torácica.

Tímida, decido girar y mirarlo directamente a los ojos. Sin embargo, me topo nuevamente con su atractivo perfil. Sigue luciendo completamente pensativo. Miro hacia en frente con un poco de desilusión en mi corazón y muy temerosa de que pueda estar arrepentido. Pero en entonces mis dudas se disipan cuando siento su brazo rodear mi espalda y su mano posicionarse en mi hombro. Como una muñeca de trapo soy atraída unos centímetros más cerca de él, en donde me pega con fuerza a su costado. Seguido de esto, deposita un beso en mi mejilla.

— No estés tan lejos de mí —pronuncia sin todavía mirarme.

Mi corazón salta de emoción y una sonrisa se forma en mis labios. Solo falta una pequeña frase para que me arroje a sus brazos como una boba.

Pero...

Cinco minutos después, entiendo que el silencio ha vuelto a ganarme la batalla. Así que un poco cansada de sus juegos mentales, decido tomar riendas del asunto y mostrarme como una mujer a la que no pueden confundir más. Saco de mi bolso unas pequeñas galletas de avena que compré en la cafetería, me llevo una a la boca y seguido de esto pregunto con firmeza:

—¿Deseas una?

Gran plan, tonta.

Obtengo que Marlon gire y me mire por un segundo, luego observa las galletas con recelo.

— ¿No estarán vencidas?

— Claro que no, tonto. Las compré hoy en un lugar de confianza.

Sorprendida por la naturalidad de mi voz, compruebo que mi plan ha funcionado.

Marlon toma una del paquete y se lo lleva a los labios. Se me hace imposible no ver como la introduce en su boca y la mastica con esos perfectos y blancos dientes. A los segundos, me percato que he de estar luciendo como una psicópata frente a él. Por lo que giro y me concentro en terminar las galletas sobrantes. Me preparo para otros minutos de silencio y decido concentrarme en vigilar a Rizo. De repente, siento su mano deslizarse ahora por mi cabello y pasar por mi espalda. Luego, extiende su brazo y acaricia con su mano izquierda mi mejilla derecha. Finalmente, hace que mi rostro gire en dirección hacia a él. Por fin nuestras miradas se han encontrado.

WHEN SHE WAS HIS FRIEND.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora