capítulo 13: "Idiota mujeriego".

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En el momento en el que decido recoger la poca dignidad que me queda, escucho unos toques en mi puerta. Descubro mi rostro de las sábanas que, hasta ahora, me han funcionado como un escudo de la jocosidad de Marlon, y me coloco de pie rápidamente. Le lanzo una mirada llena de angustia a mi tonto amigo, quien sigue plácidamente acostado sobre mi cama con uno de mis libros entre sus manos.

—¿Michi? ¿Estás despierta? —escucho la voz de mi madre tras la madera. Mi mandíbula cae e inmediatamente dirijo la vista hacia Marlon, quien ahora me observa con un gesto divertido. Se está regodeando en mi desgracia, lo sé.

—¿No abrirás? —pregunta con gran tranquilidad, luego, una sonrisa ladina se forma en sus labios.

Mis manos se vuelven puños y mis dientes se aprietan fuerte. Me sorprendo al notar que la vergüenza que sentía hace unos instantes, ahora es una mezcla de indignación y enojo. Así que, conducida por la ira, tomo uno de mis cojines del suelo y se lo arrojo con fuerza. Por último, me felicito interiormente al notar que ha caído justo en su rostro.

—Muévete —hablo entre dientes—. ¿Acaso no tienes sangre en la cara? Mamá puede pensar lo peor si te encuentra aquí.

— Tu madre ya me acepta en la familia, además, no hicimos nada malo. Claro que... tus sueños te jugaron una mala pasada, pero ese es tu asunto, no mío. Yo no pienso en sexo todo el tiempo... —flexiona los brazos detrás de su cuello y estira las piernas con comodidad sobre mi cama.

— Cállate, no digas eso —gruño.

Espero que mamá no haya oído la palabra sexo detrás de esa puerta, de lo contrario estaría en serios problemas ahora.

—¿Sexo? —pregunta con fingida inocencia.

— ¿Michi? ¿Puedes abrir? —mamá vuelve a preguntar, pero esta vez los sonidos en la puerta se vuelven más insistentes

— ¿Por qué no quieres que pronuncie la palabra sexo? —Marlon toma asiento en el borde mi cama, aún tiene el torso desnudo, lo cual me hace pensar en que si alguien entrara hasta habitación intuiría que él y yo tuvimos...

— No lo digas y ya —lo señalo con un dedo y tomo un gran suspiro—. Bien, Marlon. Hagamos algo. Mi madre está detrás de esa puerta y ella siente un profundo aprecio por ti. No creo que le resulte tan malo que hayas dormido en mi habitación, pero no actúes como tonto cuando salgas.

— ¿No dijiste una vez que quería nietitos lindos? —se burla.

Achico los ojos y niego con la cabeza. Trato de no hacerle caso a sus infantiles bromas.

—Ahora ten por seguro de que, si fuera mi padre, te mataría antes de que pronuncies sexo y considera que es una palabra de dos sílabas —suspiro de forma pesada—. ¿Podrías hacerme al menos un favor en tu vida y no actuar como si tú y yo hubiéramos tenido...

—¿Un perro?

—¡No, sexo! —grito histérica, y segundos después me cubro los labios por mi gran estupidez. Oigo la irritante risa de Marlon desde mi cama. Mamá carraspea detrás de la puerta y luego escucho unos cuchicheos. —¿Michi, estás ocupada, verdad hija?

— ¡No, no, no! —hablo por primera vez. No quiero que mamá piense que estoy en una faena—.Yo... estoy alistándome para ir a la universidad, dame unos minutos.

— Vístete primero, Michi —comenta Marlon con tono burlón, haciendo que las mejillas se me enrojezcan producto de la ira. Arrojo un segundo almohadón en su cuerpo, pero esta vez lo esquiva. Entonces él toma el cojín y lo arroja en mi dirección dándole justo en el blanco, mi trasero. —¡Auch! Eso dolió —me quejo, luego cubro mis labios por segunda vez ante el doble sentido de mis palabras—. Tranquila, la próxima lo haré más despacio.

WHEN SHE WAS HIS FRIEND.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora