Pasan cuatro días y en tres ya estaremos regresando a la casa ¡Nooo! No quiero volver, me quiero quedar aquí. Aunque... pensándolo bien, extraño mucho a Francis y Rebeca, y quiero acariciar a la bola de pelos ¿y si los traemos?
Aquella conversación que tuvimos días atrás, se zanjó allí y no la volvimos a tocar. Su actitud, ahora, me encanta ¿qué puedo decir? Si esto es un sueño no quiero despertar nunca. Norman me muestra en estos días cosas que no imaginé en él. Y por otro lado nos encontramos en la intimidad y ¡Dioses! Si no lo controlo me puedo volver adicta a él.
En una de esas tardes, menciono algo que me lo guardé desde el primer momento en que... lo hicimos.
-Bueno- Me defiendo ante su expresión de arrogancia- He oído de muy pocos hombres que se recuperan rápido o que resisten bastante, y casi nadie puede con ambos, creo...- Él ríe.
-¿Ah sí?- Se acerca a mí, peligrosamente. Asiento- ¿Quieres ver contar cuánto resisto?
No hace falta decir en qué terminó esa pregunta...
También, tras la mutua curiosidad de saber qué hay en el depósito, vamos a ver y nos encontramos con una moto. Veo como una nube de corazones lo envuelve tras tener esa máquina frente a sus ojos. Está embobadisimo con eso. Incluso, ayer por la tarde fuimos a comprar los repuestos que necesitaba, yo por mi parte me compré un par de libros, una novela y un libro de cocina, ya que ando en el camino de la experimentación, mejor aprovechar. Más que luna de miel, esto parece unas vacaciones, un pequeño escape en el que no somos nosotros mismos, o tal vez nos estamos conociendo verdaderamente. Y me gusta.
Voy a buscarlo en su nuevo taller, es tarde y ya hace frío, creo que el invierno se adelanta. Como de costumbre él quería salir, pero como a veces me siento de buen humor y quiero ser buena persona, me niego, por dos motivos: mi libro de recetas es interesante y él está como un niño pequeño con la motocicleta, sabía que le gustaba, pero no pensé que le gustaba tanto. Ingreso, tiene el ceño fruncido mientras ajusta alguna tuerca, no tengo ni el más pálido conocimiento de motos, no sé lo que está colocando ni cómo se llama. Pero verlo así me da gracia.
-Norman, hace frío...- Levanta la vista y me sonríe. Su sonrisa comienza a volverme loca y no he tomado ni una gota de alcohol. Soy solo yo. -¿Por qué no te bañas y vienes a la casa?- Suelta una carcajada.
-Creo que te estás volviendo adicta, Muñequita. ¿Cómo se llama eso? Creo que la palabra comienza con N. Nin...
-¡No!- exclamo- Solo digo que hace frío y que deberías meterte a la casa.- Siento mis mejillas arder, tal vez tenga un poquitito de razón.- Creo que si sigues tocándola, funcionará menos de lo que no funciona.
-Sí- se limpia las manos con un trapo aún más sucio y gira los ojos-, ya querrás que te lleve de paseo...
-Olvídalo.
-Esta chiquita me llevará lejos. No tanto como tú, pero lejos al fin. – Se incorpora, me sonríe y me toma de la cintura.
-Bestia- Murmuro bajito. Antes de sentir sus labios sobre los míos, besándome arrebatadoramente como solo él sabe hacerlo.- Vamos a la casa...- susurro.
-¿Qué me espera allí?- Me besa una y otra vez.
-Dijiste que harías la cena...- Me burlo de él.
-mmm... sí., pero quiero un aperitivo antes.- Besa mi cuello, le dejo hacerlo, porque me encanta.
En estos días de lo único que puedo quejarme es que no me deja tocar su espalda mientras tenemos sexo. Ni que estuviera maldita su espalda, desgraciado incitador. Cuando siente que mis manos vagan más de lo que deberían me las aprisiona encima de mi cabeza o de algún modo me impide tocarlo.
-¿Vamos?- pregunta apartándose- tengo que ver como se deja manejar ese pescado.
-¿Pescado? ¿No puedes elegir algo más complicado?- suelto con sarcasmo.
-No subestimes mi poder.- río y me aparto.
Veo que me ha dejado la blusa manchada de grasa, lo voy a matar. Es consciente de lo que ha hecho porque se aleja riendo.
***
-¿Sabías que el pescado es afrodisiaco?- Pregunta en la cena.
-¿Crudo y lleno de espinas?- Pregunto riendo.
-No me refiero precisamente a este, sino en general. ¿Al menos el risotto está bueno, no?- Río y asiento.
Su intención era preparar pescado con no sé qué técnica y risotto. A veces la intención es lo que vale, pero no puedo evitar burlarme de él. Lo que le pasa por arrogante. Cansado de mi burla me observa con seriedad.
-Si te sigues riendo tendré que castigarte- Lo miro más seria aún. Veo ese brillo de picardía en sus ojos.
-¿Ah sí? ¿Cómo?- Se frota las manos cual mosca y sonríe lobunamente. Mi imaginación comienza con su juego macabro.
-Te voy a dar nalgadas... muchas nalgadas.- Involuntariamente muerdo mi labio inferior. Lo noto cuando dice:- si sigues haciendo eso olvidaré la cena.
¡Dioooseees! Mi imaginación se pone en contra cuando dice estas cosas. No sabía que guardaba tantos pensamientos prohibidos. No sabía que él podía despertar tantas cosas en mí. Tantas peleas en los pasados días que ahora terminamos en la cama, como si nos conociéramos de toda la vida. ¡Cuán ilógico es esto!
Terminamos con la cena, recogemos los platos y los lavo mientras él termina de acomodar todo. Regresa donde estoy yo y me observa, me observa y me observa, no dice nada y ya estoy temblando. Su respiración me puede erizar los vellos de la nuca, incluso ponerme la piel de gallina.
-Te reíste mucho de mí esta noche- Susurra, haciendo que la llamita que encendió durante la cena se convierta en una fogata.
-Culpa tuya, por tonto. – Se acomoda detrás de mí y da un ligero beso debajo de mi oreja.
-Te espero listo en el sofá- Murmura y se va.
"¿te espero listo en el sofá?" ¿Listo? Ohh... por favor, si es lo que pienso. Deseándolo a él y muerta de curiosidad, voy para allá. Camino lentamente, por el camino encuentro su ropa, toda su ropa. Lo que significa que está desnudo.
***
Chicas, chicas! estoy feliz :3 esta tarde estoy curiosamente feliz y les traigo dos capítulos cargado de cosas. xD (lol)
Espero que le esté gustando, ya saben si quieren comenten y voten.
Gracias por leerme :* un beso! Y no odien a Lía cuando se pone un poco insoportable :D
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Completamente Tuya *(Norman Reedus)* #PTWDNR2016
FanfictionTras varios años de encierro, esperando a su comprador, Lia ve la oportunidad de su vida cuando el Maestro le consigue un dueño... Elegante... Intimidante... Y muy sexy... Confundida, ella no sabrá escapar de su mirada y él intentará buscar un lazo...