Me desperezo con cuidado de no mover a mi acompañante. Es un nuevo día, otoñal por cierto. En realidad el otoño ya ha entrado hace un mes, pero recién comienza a sentirse como debe ser y es hermoso. ¡Al fin se fue el verano!
Pretendo que sea un nuevo y bonito día, sin ningún martirio. Así que, después de una relajante ducha, vestirme cómodamente y liberar mi mente, bajo a la cocina, saludo a las señoras, en el camino, a Francis y por último veo a Rebeca. Me acerco y le doy un abrazo, quiero a esta mujer como si fuese mi madre. La veo algo extraña, esto me preocupa.
-¿Estás bien?- Pregunto. Ella me mira con seriedad.
-¿Y tú?- Pregunta.
-Sí ¿Por q...? ohh... ya sé. Ya te enteraste.- Asiente y continua con su trabajo.-¿Estás enojada?
-Estoy preocupada.
-Rebeca, mírame, estoy bien. Todo está bien, no es algo tan malo ¿o sí? No hay de qué preocuparse.
Ella me mira y su rostro se frunce aún más en preocupación.
-Esta mañana discutí con el señor- silencio- Soy una entrometida, no debí meterme en sus asuntos. Él se enojó mucho... y se fue enojado.
-¿Qué le dijiste?
-Ya no importa. Quién sabe cómo lo tome después. Últimamente he estado opinando más de lo debido, tal vez se canse de mí.
-Rebeca no digas eso, él nunca se cansaría de ti. Tranquila.
Me come la curiosidad saber qué le dijo. Pero no pregunto más, ya no quiero que pase por más angustias por mi culpa. Prefiero acompañarla mientras hace sus cosas, así aprendo un poco de su magia culinaria.
Norman no llega para almorzar, se le está haciendo costumbre. Llega cerca de las cinco de la tarde, gritando y armando alboroto. Quiero preguntarle qué le pasa, pero... una vez más reservo mis preguntas. Se encierra en su despacho, oigo que se enoja mucho, mucho. Creo que tengo miedo.
"Espero que eso sea lo que se haga" Se oye con tono autoritario.
Guarda su celular en el bolsillo, camina por el pasillo y pasa de mí como si nada. Se dirige al armario del comedor, lo abre y saca algunos papeles. No sé qué hacer, quiero ayudarlo, parece perdido en tantas palabras importantes, sin embargo, me acerco a la ventana y observo a través de ella.
-Toma, quiero que quemes estos papeles- Le dice a una de las señoras de la servidumbre. También ignora a Rebeca.
-¿Dónde los quemo, señor?
-¡No sé, donde quieras! Pero hazlo.- Responde de mala manera. Pobre mujer.
El teléfono suena. El voltea a verme, me mira fijamente por varios segundos. Su mirada es fría. El teléfono sigue sonando, me dijo una vez que nunca contestara, por eso no lo toco.
-Contesta- Ordena. Al parecer cambió de opinión.
-¿Hola?
-¡Qué suerte! ¡Contigo quería hablar!- exclaman del otro lado- Soy Giancarlo...
-Giancarlo ¡Hola! ¿ qué necesitas?
-Sólo quería saber cómo estaba la futura señora Reedus.- me estremezco al oírlo de esa forma
-Muy bien ¿sólo eso?
-¿Qué tan sorpresivo fue para ti?
-¿Me estás encuestando? O como sea que se diga...
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Completamente Tuya *(Norman Reedus)* #PTWDNR2016
أدب الهواةTras varios años de encierro, esperando a su comprador, Lia ve la oportunidad de su vida cuando el Maestro le consigue un dueño... Elegante... Intimidante... Y muy sexy... Confundida, ella no sabrá escapar de su mirada y él intentará buscar un lazo...