A la orilla del lago

¿Se siente algo al morir?

Leer Lucas 16:19-31

¿Qué se siente cuando uno muere? ¿Cuál será la sensación de ese brevísimo momento en el que abandonamos nuestro cuerpo? ¿Cómo se sentirá uno en el momento en que exhala? No hay forma de saberlo, no si tienes planes de volver a esta vida. Es una experiencia que tendremos una sola vez. La Biblia no habla nada sobre la sensación de dejar este mundo y atravesar el umbral de la eternidad, pero si nos da información sobre otros aspectos.

En el texto de hoy el mismo Señor Jesucristo habla de la experiencia de dos hombres: el rico y Lázaro. Primeramente, hay dos lugares donde podríamos ir al morir. Uno de ellos se llama “el seno de Abraham”, que es el lugar para aquellos que ya se han reconciliado con Dios,  que han sido perdonados, que han nacido de nuevo en Cristo. El otro lugar es el Hades, que es un lugar de tormento temporal. A este lugar toda persona que no se ha puesto a cuentas con Dios estando de este lado de la vida. Es decir, no hay ningún lugar en las Escrituras donde se mencione que los muertos vayan a un lugar de castigo temporal y que luego puedan salir. Una vez ahí su destino final es la condenación eterna. Además, se menciona el hecho de que nadie puede cruzarse de un lado a otro.

También esta historia nos revela que las personas tendrán memoria de lo que vivieron y de las personas que dejaron aquí. Otro elemento importante es que se tiene la capacidad de sentir, de tener sensaciones, emociones. Es decir, no es un estado de trance o de sueño eterno hasta que llegue cierto día. La Biblia revela que la muerte no es el final. Mas bien, es un comienzo. El comienzo de la vida perfecta que cada ser humano anhela y por la que lucha, pero que no se puede lograr en este mundo. Un día eso será posible, pero no aquí ni ahora.

 El apóstol Pablo escribió una carta a unos hermanos para consolarlos porque algunos familiares y allegados habían muerto. Todos hemos oído la expresión: “Cristo viene”. Algunas personas hasta se burlan de dicha expresión diciendo que desde que son niños la han escuchado y Cristo no viene. Pero lo hará. Cuando lo haga vendrá a buscar a todos aquellos que han creído en su mensaje. Dice Pablo que sonará una trompeta, se abrirán las tumbas y los “muertos en Cristo” resucitarán primero. Los creyentes que estén vivos serán transformados en un abrir y cerrar de ojos. Luego, todos serán levantados hacia las nubes donde estará el Señor Jesús esperándonos para estar con el por siempre. Ese día vendrá, tan seguro como que amanecerá mañana. Y ahí será el fin del sufrimiento, de la muerte y ya no habrá más dolor. Pregunta para ti: si esto pasara hoy ¿te irías con él? ¿Ya te reconciliaste con Dios? ¿Estás viviendo para él? ¿Le eres fiel? Hoy sería el mejor día de tu vida si te reconciliaras con él, si decidieras serle fiel.