A su tiempo
Luego que el Señor Jesús echara los demonios del hombre de nuestra historia uno ciertamente no esperaría que la gente le pidiera que se fuera de la región, pero así lo hicieron. ¿Cuál fue la respuesta del Señor a tan singular e incomprensible petición?
"Luego, los que habían visto lo sucedido con el endemoniado y con los cerdos, se lo contaron a los demás, y comenzaron a rogarle a Jesús que se fuera de sus contornos...Jesús regresó en una barca a la otra orilla". (Marcos 5:16-17,21)
La petición nos sorprende, pero la respuesta del Señor nos deja perplejos. El Señor sabía que era una petición ilógica, que ellos lo necesitaban muchísimo aunque no lo supieran, que iban camino a la perdición y había el riesgo de que corrieran la misma suerte de ser poseídos por los demonios que él había echado de aquel hombre. El hizo dos cosas: respetó su decisión y les dio tiempo (o como diríamos en este tiempo: les dio su "espacio"). Notemos que ni siquiera se detuvo a discutir, no los forzó a creer, no los presionó, ni les hizo reflexionar sobre las ramificaciones que dicha decisión comportaba. Tan sólo se subió a la barca para irse a la otra orilla donde multitudes lo esperaban (¡Ah, qué ironía!)
Dios nos ha dado libertad. La libertad de aceptar o de rechazar su oferta de perdón. No nos forzará, respetará cualquiera que sea nuestra decisión en cuanto a su oferta. No significa que sea indiferente, todo lo contrario. Su deseo es que lo aceptemos, pero de todo corazón y no por obligación. Lo rechazamos, no cuando le decimos que se vaya como aquellas personas, sino cuando postergamos nuestra decisión o cuando somos indiferentes a nuestra necesidad de él. Hasta ahora hemos tenido la oportunidad de aceptar su perdón y de recibirle, pero la experiencia de la vida nos ha enseñado que un día pasará una de dos cosas: O Jesús se subirá en la barca para irse a la otra orilla o nosotros nos subiremos en una que ya no regresará.

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A la orilla del lago
SpiritualEsta es una colección de meditaciones, reflexiones, cuestionamientos, preguntas, que han sido escritas como parte de mi experiencia personal con Dios. Ellas reflejan momentos de crecimiento y de fracasos, de gozo y de tristeza, de éxtasis y depresió...